Con la lluvia regresa el plan de llenar Quito con ‘uilli uillis’
La rana marsupial andina, una especie emblemática de la ciudad, está en peligro de desaparecer. Desde el 2020 hay un proyecto
Por primera vez, en sus 9 años, Andrés escuchó la palabra ‘uilli uillis’. Al oírla sonrió. Desconocía que es el nombre popular que utilizan lo quiteños para referirse a los renacuajos. No solo el nombre no le era familiar, tampoco había visto uno.
En el parque Las Cuadras tuvo la oportunidad de conocer varios uillis y quedó maravillado, le impresionó su metamorfosis, su textura suave y húmeda.
Al igual que Andrés, pocos niños habían visto de cerca esta especie que hace al menos tres décadas era muy común apreciar en zonas verdes de la ciudad y en charcas. En la actualidad, la rana marsupial andina se encuentra bajo la categoría de ‘casi amenazada’, según la última Lista Roja de Anfibios del Ecuador.
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Uilli Uillis en el parque Las Cuadras
Debido a ello, desde el 2020 surgió una iniciativa para reintroducirla. Aprovechando el inicio de la época de lluvias, se eligió al parque Las Cuadras, sur de Quito, para el proceso. En una charca del extenso espacio público se colocó 267 uilli uillis, seis metamorfos, seis juveniles y siete subadultas.
Antes de sumergir los ejemplares, Thais Carvajal, bióloga del Zoológico de Quito, se asegura que el agua esté en óptimas condiciones y realiza una prueba para verificar el nivel de cloro, de pH y de químicos. “Los uilli uillis respiran por su piel y necesitamos saber que el agua esté limpia”, señala.
No solo el agua debe ser la adecuada. Gabriela Arévalo, directora de Educación del ‘zoo’ de Quito, explica que el parque tiene condiciones similares que el parque Bicentenario, en donde se hizo la primera reintroducción, en 2022. Es decir que hay plantas nativas que a su vez atraen a bichos e insectos que son el alimento de estos anfibios y las charcas siempre permanezcan llenas.
Una esperanza para la rana marsupial
La reintroducción en el parque Las Cuadras es una esperanza más para que la rana marsupial nuevamente habite Quito. En los monitoreos que se hizo en el Bicentenario los resultados fueron alentadores. Arévalo menciona que se identificó a cinco adultos, entre machos y hembras, lo que facilita la reproducción. “Parece poco, pero que tengamos ese número es bastante, es una buena noticia pese a las condiciones de sequía”, dice.
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Lo que le preocupa a la especialista es que la situación crítica del marsupial, sumada a la extinción de especies que habitaban Quito como la cohete, una de cristal y jambato, muestran la fragilidad del ecosistema. “Los anfibios son un indicador biológico, muestran el estado de salud, no solo de la vida silvestre, sino la humana. La desaparición evidencia que el hábitat no está bien”, agrega.
Mucho se ha hablado de las consecuencias que conlleva el crecimiento urbano acelerado en la población, pero, según señala Arévalo, poco se dice de la afectación a los distintos ecosistemas. Las nuevas construcciones no consideran los entornos verdes, las quebradas desaparecen y se pierde toda la biodiversidad en esas zonas. Y si lo toman en cuenta, indica, se hacen jardines con plantas ornamentales.
Por ello, si la capital quiere escuchar el canto de la rana marsupial nuevamente, es insdispensable recuperar hábitats, así como espacios y jardines con plantas nativas en casas, en terrazas, en balcones, no solo para las ranas, también para otras especies.
Para hacer seguimiento de las reintroducciones, el ‘zoo’ diseñó un plan. En el parque Bicentenario se realizaron tres monitoreos en las charcas y zonas cercanas a estas, entre diciembre del 2023 y junio de este año.
En Las Cuadras, en cambio, está previsto un primer seguimiento en dos meses y uno nuevo en el Bicentenario, donde se encontraron las ranas cutines en sectores aledaños a charcas, una especie que también es característica de Quito, al igual que la pristimantis.
“Es importante educar a la gente que no son simples ‘sapos’. La cosmovisión andina las relaciona mucho con la lluvia, que invoca a la especie”, finaliza.
Especie amenazada en el país
En Ecuador, el 57% de las 630 especies de anfibios que habitan en el país se encuentran amenazadas de extinción, según la Lista Roja de estos animales de 2020. La fragmentación de los ecosistemas, las actividades extractivas y la deforestación son algunos de los factores que afectan a estas poblaciones.
Es estudio mostró que de 630 especies de anfibios, 83 están en la categoría de ‘estado crítico’, 149 son consideradas ‘en peligro’ y 129 son ‘Vulnerables’. Además, 76 son consideradas ‘casi amenazadas’, 25 presentan ‘datos insuficientes’, 168 son de ‘preocupación menor’ y una está en la categoría ‘no evaluada’.
El Instituto Nacional de Biodiversidad (Inabio) también presentó un estudio y señaló que todas las especies del género de ranas Atelopus están consideradas como amenazadas. Entre estas se encuentran la rana militar del Guayas, la arlequín triste del Parque Nacional Cajas y la rana del Río Faisanes de Carchi.
La situación no es exclusiva de Ecuador, durante los últimos años, los anfibios tienen problemas con sus hábitats a nivel mundial por la deforestación y la explotación petrolera. Es el grupo de animales más amenazados dentro de los vertebrados.
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