
Temporada invernal expone el colapso vial en Quito: 60 % de calles en mal estado
El Municipio asegura que se intervendrá 10 paquetes viales. El material influye en la calidad de las calles, según experta
Las intensas lluvias que se han registrado en las últimas semanas en Quito no solo han generado molestias cotidianas para sus habitantes, sino que también han dejado al descubierto una realidad crítica: la infraestructura vial de la ciudad está al borde del colapso. Baches, hundimientos, fisuras y grietas proliferan en múltiples sectores, afectando la movilidad y poniendo en riesgo la seguridad de los ciudadanos.
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Durante su informe semanal del lunes 31 de marzo de 2025, el alcalde de Quito, Pabel Muñoz, reconoció que el 60 por ciento de la red vial de la capital se encuentra en mal estado, situación que se ha agravado con la llegada de la temporada invernal.
En el sector de La Roldós, por ejemplo, los moradores enfrentan a diario vías completamente deterioradas. La calle Francisco de Rumihurco, una arteria de doble sentido, presenta huecos de gran tamaño y múltiples fisuras que obligan a los conductores de buses, camiones y vehículos particulares a maniobrar constantemente para evitar daños. Teobaldo Luque, vecino del barrio desde hace 58 años, recuerda que esta vía lleva varios años sin recibir mantenimiento adecuado. “En ciertos tramos, ya ni veredas hay. Caminamos por la calzada con miedo a ser atropellados”, revela.
Jesús Cruz, otro morador del sector, añade que la capa asfáltica se ha levantado en varios puntos, y los restos han sido acumulados en las orillas. A esta situación se sumó, hace dos semanas, el colapso de una alcantarilla que provocó el desprendimiento del adoquinado y obligó al cierre temporal de la vía. EXPRESO constató que personal municipal trabaja en la reposición del pavimento. Sin embargo, los vecinos señalan que la calle carece de señalización, veredas y rompevelocidades. “Aquí es un caos. Las motos se cruzan entre los autos, los carros van rápido y solo frenan para esquivar los huecos. Esta vía necesita una intervención integral”, denuncia Rosa Sangucho.
En Cotocollao, la situación no es diferente. En la calle Flavio Alfaro, tras una obra de alcantarillado realizada hace cinco meses, comenzó a hundirse la vía. Ruth Mármol relata que un pequeño hueco fue creciendo con los días, y las lluvias terminaron por convertirlo en un gran socavón. “Se filtraba el agua, la tierra se humedecía y el hueco se agrandaba. Ahora solo hay una cinta de precaución”, explica. A pocos metros, en la intersección con la avenida La Prensa, se observan grietas y baches que complican el tránsito.
Otro punto crítico está entre las calles Mariano Cardenal y Joaquín Mancheno. “Aquí ya no sirve seguir parchando. Necesitamos una nueva capa asfáltica”, exige Rosa Castro, moradora de la zona.

En la avenida Simón Bolívar, una de las principales vías de Quito, el deterioro también es evidente. Aunque el Municipio ha intervenido con bacheo en varios tramos, los usuarios aseguran que los huecos reaparecen a los pocos días. En el sur, en el sector de Monjas, la calle Francisco Matiz muestra grietas profundas. Y la situación es similar en las intersecciones con la calle Mariana de Jesús.
Rosa Sangucho
Frente a este panorama, la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop) informó que ha realizado trabajos de mantenimiento en más de 2.000 calles durante este año. Estas labores incluyen bacheo, reparación de arterias adoquinadas y mejoras en la infraestructura vial. Para 2025 se ha planificado intervenir en 150 kilómetros adicionales.
Actualmente se ejecutan diez paquetes viales en sectores como Guamaní, Turubamba, Tumbaco, La Ecuatoriana, Pifo, Chilibulo, La Argelia, Chillogallo e Itchimbía. Estas intervenciones se definieron tras estudios de factibilidad que identificaron las zonas donde era más urgentes actuar.
Además, se desarrollan tareas estratégicas como la rehabilitación de los carriles centrales de la avenida Galo Plaza Lasso, la construcción del intercambiador entre la avenida Mariana de Jesús y la Mariscal Sucre, y el mantenimiento técnico de la avenida Simón Bolívar, con el objetivo de mejorar la movilidad de miles de quiteños.

Para la experta Verónica Rubio, directora de Ingeniería Civil de la Universidad Internacional del Ecuador, el problema de fondo es estructural. Explica que la mayoría de calles en Quito tienen pavimento flexible, que requiere mantenimiento constante.
“Cuando hay fisuras o baches, el agua de lluvia se filtra y daña la base del pavimento. Si no se actúa a tiempo, los daños dejan de ser superficiales y pasan a ser estructurales”, advierte.
Rubio considera necesario un plan integral de gestión vial y la implementación de tecnologías más durables, como el pavimento rígido de hormigón, que si bien es más costoso, tiene una vida útil más larga y reduce los gastos a largo plazo. “También se requiere un inventario actualizado de las vías, desviación adecuada de flujos, cunetas de coronación y protección de taludes, especialmente en zonas como la avenida Simón Bolívar, donde las grietas son constantes”, concluye.