Quito

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En la avenida 10 de Agosto, parte de la acera ha desaparecido, dejando en su lugar arena y un bache de aproximadamente dos metros.Foto: Karina Defas / EXPRESO

Quito: El mal estado de las vías se extiende a las veredas

Algunas aceras incumplen la norma por repavimentación y otras están descuidadas por los dueños de los predios

“Hay una deuda histórica del Municipio. Se hacen cargo de las calles, pero no de las veredas”. Con estas palabras cargadas de molestia, Juan Pablo Rosales, miembro de la Asociación de Peatones de Quito, expone una realidad que enfrentan día a día los ciudadanos de la capital ecuatoriana.

Para Rosales, el descuido de las aceras es un problema que se ha expandido por toda la ciudad. No solo las calles están deterioradas; las veredas también sufren el impacto del abandono. Huecos, baches, agua estancada y maleza componen el paisaje de un Quito que parece haber olvidado que el derecho a transitar de manera segura es fundamental para todos.

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Y es que para los peatones las aceras se han transformado en trampas peligrosas, convirtiendo el simple acto de caminar en un desafío diario lleno de riesgos.

Gustavo Andrade, propietario de un negocio en el sector de Santa Clara, en el norte de la ciudad, relata cómo, entre las calles Ramírez Dávalos y la avenida 10 de Agosto, parte de la acera ha desaparecido, dejando en su lugar arena y un bache de aproximadamente dos metros. “No solo dificulta el paso, sino que es un peligro para las personas con movilidad reducida. Esta es una zona comercial”, comenta el usuario.

Con esto concuerda Alicia Gines, quien trabaja en la Zona Azul. Culpa a los camiones que se estacionan sobre las veredas y las destruyen. “Ha pasado un año que la acera está así con huecos, pero no han venido a dar mantenimiento las autoridades”, señala.

La situación no es diferente en la avenida 10 de Agosto, donde abundan los locales comerciales. Aquí, los automóviles se estacionan sobre las aceras, ocupando gran parte del espacio que debería estar destinado a los peatones y los obliga a caminar por la calzada, exponiéndose a posibles accidentes. En un recorrido realizado por Diario EXPRESO se constató el lamentable estado de las aceras en esta área de la urbe.

Ciudad que excluye a los peatones

Hortensia Panchi, quien lleva diez años utilizando un andador debido a un problema en su columna, afirma que Quito no es una ciudad inclusiva y que está diseñada para los vehículos más que para los peatones.

Todos estos factores han sido el detonante para que los quiteños califiquen a las calles y veredas como nada inclusivas. Así lo revela una encuesta de la multinacional Ipsos. Según los datos, el 52% cree que ese espacio no es inclusivo para las personas con discapacidad y un 49% lo considera nada amigables con el adulto mayor.

Ante estas cifras, Pamela Salazar, analista de Comunicación de la Federación Nacional de Ecuatorianos con Discapacidad (Fenedif), dice que la ciudad no es amigable sobre todo con las personas con discapacidad física y visual. “Moverse por Quito en silla de ruedas no es factible, debes ir por la calle porque la acera presenta baches o desniveles”, comenta.

Veredas Quito
Las veredas también son un riesgo para las personas con movilidad reducida.Foto: Karina Defas / EXPRESO

La mujer, quien también usa una silla de ruedas, menciona que siempre debe ir acompañada, ya que muchas aceras no cuentan con rampas adecuadas y necesita que alguien la ayude a sortear los obstáculos. Además, ha sido testigo de cómo compañeros no videntes han tenido dificultad de caminar debido a empresas que colocan vallas publicitarias sin control.

En la ciudad, 29.626 personas tienen alguna discapacidad física y 8.892 padecen discapacidad visual. No obstante, según Salazar, “la gran mayoría de veredas de Quito no brindan las condiciones necesarias para que ciudadanos con discapacidad puedan trasladarse de un lugar a otro con autonomía”.

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En esta misma línea, la Asociación de Peatones realizó una consultoría con el Municipio en el 2015 y crearon un manual en el que se establece que, en nuevas urbanizaciones, el 50% del espacio de una calle debe estar destinado a los vehículos y el otro 50% a los peatones. Es decir, si una vía tiene 14 metros de ancho, se deben dejar 7 metros para la calzada y tres metros y medio de vereda a cada lado para los transeúntes. “Pero no sabemos si lo están poniendo en práctica”, cuestiona Rosales, evidenciando la falta de seguimiento de las autoridades.

Además del mal estado de las aceras, otro factor que complica la situación son las ventas ambulantes que han invadido estos espacios. En las avenidas Colón y 6 de Diciembre, por ejemplo, las personas en sillas de ruedas deben abrirse paso entre los puestos de comercio informal y la calzada, una situación que también se repite en sectores como La Marín y Villaflora, en el sur.

Responsabilidad y falta de claridad

La concejala Analía Ledesma señala que el principal problema es que las veredas son responsabilidad de los frentistas, es decir, de cada propietario de inmueble. “Si no hay dueño, no es competencia de nadie”, menciona.

Las autoridades deben comprender que también tienen ciudadanos con discapacidad. Las aceras no son óptimas

Pamela Salazar

analista de Comunicación Fenedif

La edil considera esta situación como un problema serio que afecta no solo a las personas con discapacidad, sino también a los adultos mayores. Sin embargo, algunos propietarios de viviendas desconocen esta responsabilidad e incluso se justifican diciendo que no han sido notificados por el Cabildo. “Yo cancelo puntualmente los impuestos prediales; incluso esta semana acabo de pagarlos, pero nunca me han cobrado multas por el estado de la vereda, incluso he solicitado mantenimiento, pero no he recibido respuesta”, lamenta Jorge, propietario de un local en el sector El Dorado, en el centro.

En respuesta, Ledesma indica que ha presentado un proyecto de ordenanza. Consiste en que las veredas dejen de ser responsabilidad de los frentistas y pasen a ser competencia del Cabildo. “Si el Municipio no quiere o no puede asumir toda la competencia, he propuesto un modelo de cofinanciamiento, 50% los vecinos y 50% el Municipio”, explica.

Por otro lado, la Agencia Metropolitana de Control (AMC) informa que entre enero y mayo de 2024 se emitieron 607 informes que inician el proceso de sanción por descuidar las veredas, aunque durante el trámite también se promueve la corrección de conductas.

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comerciante

Mientras que la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (EPMMOP) ha implementado el Plan Integral de Recuperación de Aceras en las principales arterias del Distrito Metropolitano de Quito. Este proyecto abarca diferentes administraciones zonales de la ciudad, como Quitumbe, Los Chillos, Calderón, La Delicia, entre otras.

La inversión actual en la recuperación de aceras asciende a aproximadamente 1’668.530,24 dólares, cubriendo una variedad de intervenciones que incluyen la construcción de nuevas veredas.

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