Las manifestaciones en el Centro Histórico agravan la situación de comerciantes
Quito. A los cortes de luz se suman los cierres viales por las protestas sociales. Propietarios dicen que estar en crisis
Son las 10:45. El Centro Histórico de la capital bulle de actividad y ruido. A días del inicio de diciembre, y del arribo de las Fiestas de Quito y la temporada navideña, cientos de personas caminan por las estrechas calles aprovechando para hacer compras y trámites. Turistas de varios países deambulan por la Plaza Grande, tomando fotos y deteniéndose en los puestos que comercian artesanías.
Al menos, hasta que miembros de la Policía Nacional empiezan a retirarlos.
Es la tercera vez en dos semanas que las acciones preventivas frente a las protestas sociales obliga al cierre anticipado del casco histórico de la capital. Vallas se alzan dos cuadras antes de la Plaza Grande desde todos los costados, y las autoridades se estacionan al borde de estas para asegurarse de que los visitantes se vayan.
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Leer másEl ingreso está permitido solo para quienes residen o trabajan al interior del cerco.
“No nos obligan a cerrar, pero estamos fregados igualmente”, afirma Narcisa Ramírez, propietaria de una tienda de ropa a pasos de la iglesia de la Compañía de Jesús.
“Las personas no pueden entrar, quienes trabajan aquí se quieren ir temprano, de nada nos sirve seguir abiertos. Toca cerrar y ya es un día perdido, no hay ganancias”, dice.
Según la mujer, entre los apagones y los recientes bloqueos, su establecimiento ha perdido cerca del 50% de sus ganancias habituales.
El miedo a un día de protestas en Quito
“Diciembre es el mejor mes del año para nosotros. Cuando hay protestas, la gente se asusta. No vuelve enseguida, evita el centro por meses porque lo ve como peligroso. Necesitamos por lo menos que esto deje de suceder en diciembre para poder recuperar algo de lo perdido”, afirma.
Con ella concuerda Fernando Escobar, propietario de la Dulcería Colonial, en la Plaza Grande. “No nos terminamos de recuperar o reactivar. Cuando al fin parece que las cosas van mejorando, otra vez pasa algo y hay cierres. Entre eso y los apagones estamos en una situación muy difícil”, asegura.
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Para este, la disposición gubernamental de los cierres en la zona se estrella contra el recién estrenado proyecto piloto de recuperación integral del Centro Histórico, que fue presentado el mes pasado.
¿De qué se trata la recuperación integral del Centro Histórico?
Este comprende el ensanchamiento de aceras, la eliminación de obstáculos, la siembra de arbolado urbano y el incremento de vegetación por medio de macetas para devolverle a la ciudadanía espacios públicos ‘caminables’, con mejores condiciones para la salud y el comercio.
La propuesta también incluye operativos de seguridad permanentes para que los visitantes puedan recorrer la zona sin enfrentarse al peligro.
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Leer másLa inversión en el plan, ha dicho el Cabildo, es de $600.000 y tiene como objetivo principal que las personas vuelvan a habitar el Centro Histórico.
Pero esto, afirma Ricardo Sánchez, director ejecutivo del Buró del Centro Histórico, solo se podrá implementar si existen acuerdos que busquen fomentar la reactivación del sector, que se ha enfrentado a los cierres esporádicos y a la presencia permanente de las vallas desde octubre de 2019.
“El miedo nos está alejando de todo, provoca que haya menos negocios y por lo tanto, más desempleo”, indicó.
Agregó que se necesitan acuerdos no solo con los comerciantes, sino también con quienes salen a protestar.
“La protesta social es correcta, pero lo que buscan las autoridades es que sea sin violencia y sin agredir a las personas y al patrimonio”, dijo.
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Un cerco más amplio en los días de protestas
La semana pasada, no obstante, los cierres no se dieron solo en las zonas aledañas a la Plaza Grande, sino que se extendieron hasta San Blas, donde se frenó el paso de los manifestantes y se suscitaron enfrentamientos.
La ampliación de la zona de control ha aumentado la afectación a los locales comerciales en esas calles, quienes aseguran que, además de la colocación de vallas, también se cierran las estaciones del Trolebús, lo que impide la circulación de quienes laboran ahí.
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Leer más“La semana pasada fue una pesadilla. Nos tocó caminar hasta la estación de El Ejido tratando de evitar la manifestación para salir del centro. Otras personas, en cambio, se quedaron hasta la noche para poder salir sin arriesgarse”, comentó Mireya Cuellar, quien labora en un restaurante de la localidad.
Al ingreso de la calle Guayaquil se encuentra el local de Víctor Parreño. Este labora en el sitio desde hace 37 años. Considera que la situación se ha vuelto insostenible para los comerciantes de la zona.
“La policía nos ha dicho que por precaución tenemos que cerrar las puertas para evitar saqueos o cualquier daño. Para nosotros, entre las pérdidas que nos están costando los cortes de luz y ahora esto, la situación es terrible. Se pierde la venta del día y no la recuperamos porque la gente ya no vuelve hasta que las cosas se calman otra vez. Es una calamidad porque cada vez vemos que más tiendas y locales cierran, y más gente se va del centro”, señaló.
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