Megaferias en Quito: ¿Son suficientes para frenar el comercio informal?
Quito enfrenta un reto: 30.000 comerciantes informales toman las calles
El Centro Histórico de Quito, conocido por su constante afluencia de turistas, se ha convertido en el epicentro de un fenómeno que combina necesidad y caos: el comercio informal. Aunque el Municipio de Quito ha implementado medidas como la creación de megaferias para ordenar la actividad comercial, la realidad económica sigue empujando a miles de personas a usar las calles como su espacio de trabajo y supervivencia.
La secretaria de Desarrollo Económico y Productivo, Paola Romero, explicó que las megaferias buscan ofrecer condiciones seguras y ordenadas para los comerciantes no regularizados. Durante diciembre de 2024, se llevaron a cabo cuatro megaferias en el Valle de los Chillos, Calderón, Quitumbe y el Boulevar 24 de Mayo. Estas ferias permitieron a 813 emprendedores exhibir y vender sus productos, fomentando la economía local y recuperar los espacios públicos.
Paola Romero
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“Somos conscientes de que estos espacios deben mantenerse activos. Aunque el plan de ferias sigue en desarrollo, continuaremos organizándolas para dinamizar la economía”, declaró Romero. Además, indicó que el Municipio trabaja en colaboración con federaciones de trabajadores autónomos para evaluar el uso de los Permisos Únicos de Comercio Autónomo (PUCAS) y explorar nuevas zonas de regularización.
La calle Chile, en el corazón del Centro Histórico, es un reflejo de este vibrante y caótico ecosistema. Cientos de vendedores ambulantes ofrecen productos de toda índole, desde alimentos hasta artículos de uso diario. Esta actividad se extiende hacia la Marín y los alrededores del Palacio Presidencial y se extiende a otros sectores de la ciudad, donde la necesidad y la economía informal moldean la vida urbana.
Según datos del Municipio de Quito, hasta junio de 2024, 28.000 comerciantes informales ocupaban las calles. Al cierre del año, esa cifra podría haber superado los 30.000, evidenciando tanto el impacto de la crisis económica como los desafíos que enfrenta la ciudad para manejar esta situación.
Mónica Chásig, comerciante autónoma y madre cabeza de hogar, ha participado en las megaferias organizadas por el Municipio durante las festividades. “Estos espacios ayudan, pero no son suficientes. Debo regresar a las calles una vez que las ferias terminan”, lamentó Mónica, quien ve en estas iniciativas una solución temporal.
Viviana Lema
Jenny Torres, vendedora de espumillas en el Centro Histórico desde hace 30 años, comparte una perspectiva similar. A pesar de su discapacidad física, recorre pausadamente las calles para sostener a su familia. “No puedo pagar un arriendo, todo ha subido. Tengo que seguir en las calles para mantener a mis hijos”, comentó, reflejando el impacto del alza en el costo de vida.
Hasta la fecha, el Municipio ha emitido 5.600 PUCAS, el límite máximo permitido. Romero destacó que ciertas zonas, como Tumbaco, el Centro Histórico y Calderón, presentan una alta concentración de comerciantes, mientras que en sectores como Quitumbe se evalúan medidas mixtas o complementarias.
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Leer másEntre las estrategias en discusión está la implementación de corredores comerciales, una iniciativa que busca equilibrar el derecho al trabajo con el respeto al uso adecuado del espacio público. “La crisis nos desafía a ser más creativos y recursivos en cómo gestionamos el espacio público”, concluyó Romero.
Aunque las autoridades municipales intentan reorganizar el comercio, muchos vendedores entrevistados por EXPRESO afirman que las calles ofrecen mayores ingresos que los mercados tradicionales.
Pedro Toaquiza, quien se dedica a la venta de productos para mascotas, asegura que “Mientras el desempleo siga afectando a la ciudad y las autoridades no implementen medidas definitivas, el comercio informal continuará creciendo”. Además, señala que establecer un local formal no es una opción viable para muchos comerciantes: “Nos exigen cumplir con numerosos requisitos y, además, no hay suficiente espacio para reubicar a todos. Por eso, para nosotros, la calle es la única solución”.
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