Metro de Quito deja con menos pasajeros a los buses
La reorganización de rutas empezará en septiembre. Se compensaría por kilómetro recorrido y pasajeros trasladados
Hasta noviembre de 2023 -antes de la operación del Metro de Quito- un bus de la Compañía Transporsel, en la ruta La Marín-Chillogallo, trasladaba un promedio diario de 650 pasajeros. Pero desde diciembre registran entre 450 y 500 usuarios cada día.
Eso lamenta Iván Vaca, presidente de la compañía, que mueve 59 buses, en el norte y en el sur. En este último sector tienen una sola línea, con 10 unidades. Acepta que hace falta una reorganización de rutas y frecuencias que implique ajustes a los actuales recorridos, pero no creación de nuevos trayectos.
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En Quito circulan 3.200 buses, en 258 rutas, que cubren el 95% de la urbe. Álex Pérez, secretario de Movilidad, afirma que eso no es mucho ni poco. En ciertas zonas hay sobreoferta de unidades, por ejemplo, en la avenida Simón Bolívar, por lo que hay competencia y siniestros. Mientras en La Libertad y El Placer no existe servicio.
La idea no es desaparecer las rutas vigentes para crear nuevas, sino “redistribuirlas, revisar su diseño y modificarlas para hacerlas más cortas y eficientes”.
Así se conectarán con el metro, trolebús y ecovía. Y se reorganizarán las rutas y frecuencias, como estableció la Ordenanza 017, en el 2020, para integrar a todo el sistema.
Tarifa integrada
El ciudadano debería moverse con una sola tarifa de 60 centavos. El precio cubriría el uso del bus convencional hasta llegar al metro, para atravesar la ciudad en menor tiempo; o tomar el trole o ecovía. El alcalde Pabel Muñoz plantea que será necesario revisar esa cifra, ya que el subsidio no puede ser irresponsable con las finanzas municipales.
Pérez evita adelantarse. En este julio firmarán el contrato con el PNUD para contar con el Sistema de Ayuda a la Explotación (SAE), una plataforma tecnológica para monitoreo 24/7 y saber cuál es la demanda de usuarios y controlar todo.
Eso sí, adelanta que la fórmula para compensaciones será kilómetro-pasajero y no solo kilómetro-recorrido, porque ya han tenido dificultades con los alimentadores actuales, que ni se detienen a recoger usuarios.
¿Nuevas rutas?
“La tarifa dependerá de esos datos”, según Pérez. Los transportistas -sostiene- saben cuánto les cuesta una ruta y que hay algunas que recorren de forma paralela al metro, que ya reportan 10% a 15% menos pasajeros.
“Los transportistas me han dicho que hay secciones de las rutas en donde los buses circulan con dos o tres pasajeros. Me piden: ‘Por Dios cámbieme’. Trabajamos en las zonas suroccidentales y en parroquias rurales. Estamos casi de acuerdo con los dirigentes, luego mostraremos las rutas a la población y haremos correcciones”, señala.
En su caso, Iván Vaca, de Transporsel, dice que no les convendría empezar con rutas nuevas. Han propuesto ajustes a sus recorridos y desviarse media cuadra en tramos para llevar a los pasajeros hasta el metro.
“Para mover un bus durante un kilómetro requerimos 1,58 dólares. Y recorremos en promedio entre 200 y 250 km diarios. Desde hace siete años sabemos que la tarifa de 35 centavos no cubre el costo de operación, debió ser 47 centavos”.
Pablo Lima, de la Compañía Guadalajara, admite que con una realidad distorsionada, en medio de la pandemia, se calculó la tarifa integrada en 60 centavos.
Transportistas preocupados
Esta compañía mueve 61 buses en cinco rutas, una es la Llano Grande-Asamblea. Su presidente, Lima, dice que se calculó que cada unidad movería 950 pasajeros al día y ahora no superan los 800, incluso bajan a 710, con las vacaciones escolares.
Por día, cada bus subsidia entre 20 a 25 dólares, por el medio pasaje de estudiantes y adultos mayores, añade.
Desde el 2017, Guadalajara invirtió 2.500 dólares por bus, en una plataforma tecnológica que les permite saber en qué paradas y a qué hora tienen mayor afluencia de pasajeros para planificar la operación.
El Municipio debe subsidiar el servicio, opina. “De lo contrario tendremos que reducir costos y no podremos pagar a dos conductores, sino a uno; el cambio de aceite no se hará a los 5.000 sino a los 8.000 kilómetros, igual con las llantas”.
Iván Vaca, de Transporsel, anticipa que, con un sistema de kilómetro recorrido/pasajero levantando, tendrán que seguir “en los correteos y competir para obtener mayores ingresos”.
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