¿El muro del Colegio Benalcázar oculta cambios en el uso de suelo en Quito?
El cerramiento se dio por denuncias de inseguridad pero traslada la situación al exterior. Hay alertas sobre el uso de suelo
En octubre de 2024 se iniciaron los trabajos de construcción de un muro alrededor de la Unidad Educativa Municipal ‘Sebastián de Benalcázar’. La principal motivación del Municipio fue la seguridad.
Este año, detrás del cerramiento han quedado ocultos el viejo Teatro Benalcázar, la cancha de fútbol, su renovada pista atlética y el Coliseo Oswaldo Proaño Yépez. Lo visible es la pared pintada de blanco, con un latón gris ubicado sobre maceteros del grosor de un cenicero.
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Leer másLa sensación al caminar por la calle República del Salvador, al occidente, es de encierro, comenta el librero Byron Silva, que administra el local ‘Books’ en la calle Austria. Vive en El Batán desde 2011 y, entre los años 1981 y 1987, estudió en el Colegio Benalcázar. Sobre el nuevo muro es tajante: prefería las mallas de antes. Esas que permitían mirar a través del cerco.
“Los muros ciegos se encargan de aniquilar la vida hacia el espacio público que es, por defecto, el principal bien de la ciudad”, considera la arquitecta urbanista Daniela Loayza. La especialista confirma que está al tanto de las razones que llevaron a construirlo, pero coincide con el comunicado del Colegio de Arquitectos de Pichincha (CAE-P) que se publicó el 27 de enero con el título ‘El sinsentido del cerramiento del Colegio Benalcázar’.
En ese texto se señala que el muro “genera una absurda desconexión entre la dinámica barrial y las instalaciones de la Unidad Educativa”, que era “un referente importante en la estructura urbana del sector y en su relación con los vecinos” en un terreno “con alta plusvalía y actividad inmobiliaria”. Y hay un cuestionamiento técnico: el cerramiento “se aleja todo lo que el PUGS (Plan de uso y gestión del suelo), en teoría, busca o promueve”.
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La inseguridad continúa
Intimidaciones, venta de drogas, comercio informal, acoso contra estudiantes y una malla rota provocaron que se tomara de decisión de “cerrar por completo la institución”, confirma un vocero de la Secretaría Metropolitana de Educación. Las denuncias de padres y madres de familia llegaron a la Dirección de Gestión educativa del Municipio, cuyo titular es Benjamín Quijano, a cargo del Colegio Benalcázar.
La obra contó con una inversión de 280 mil dólares para cambiar el cerramiento y asciende a $ casi 330 mil con los trabajos en la pista atlética. Los juegos deportivos se inaugurarán el próximo 15 de febrero. Las formaciones de los equipos, de bastoneras y de bandas de paz eran visibles en el barrio cuando no había muro, recuerda Byron Silva entre los libros nuevos y usados que vende en el local del edificio Grand Victoria, desde abril de 2022.
En las esquinas que forma la calle Irlanda con la República del Salvador está ubicada una carpa con el letrero “punto seguro” de la Policía Nacional. Pero es más frecuente que bajo esta se instalen vendedores a que lleguen los vigilantes, cuenta Silva.
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Leer másEn una caseta de concreto, en el parterre que está frente al hotel Dann Carlton, sí hay un uniformado. Es parte de la seguridad de la Embajada del Perú, que está junto al hotel desde hace décadas. El alcantarillado es de 1954, por lo cual en los edificios suele haber filtraciones. Los trabajos para la edificación del muro no representaron mayores molestias en un sector donde el ruido de construcciones y la circulación de material es permanente. Para el soterramiento de cables en la calle Austria, los trabajos se demoraron ocho meses, dice Silva. Y en los últimos tres años, al menos una decena de negocios han cerrado por distintas razones.
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Consultada por EXPRESO, la arquitecta Daniela Loayza insiste en que el cerramiento es un parche a corto plazo en términos de seguridad. “Es cuestión de tiempo que la gente deje de caminar por ahí; los estudiantes no van a poder llegar solos caminando al colegio porque se va a volver un sector más inseguro y esto va a obligar a los padres a que saquen sus vehículos, si los tienen, o que vayan acompañados por una masa de gente”, también en el transporte escolar.
Antes del muro, si había un problema en las esquinas o dentro del colegio, la alerta llegaba hasta la calle aledaña. Una solución creativa, con la vigilancia natural que rodea los espacios vivos, sumada a un “sistema de tecnología de punta para reforzar la vigilancia podría haberse reducido a un 5% (14 mil dólares)”, considera esta especialista.
Ahora, hasta para vender frutillas hay que cambiarse de calle, dice Jeannette, una comerciante extranjera que se ha apostado bajo uno de los árboles en Portugal y República del Salvador. Para Silva, la obra fue tan inconsulta como la estructura del bulevar que remplazó a la Tribuna de Los Shyris. Y es contradictorio que al derrocamiento de esa estructura le haya seguido el levantamiento de un muro de cuatro cuadras.
Sospechas sobre el uso del suelo
La presencia de la Unidad educativa “es vital porque refuerza los elementos fundamentales para mantener una zona urbana activa: usos mixtos, adecuada densidad, cercanía a otros centros educativos, centros de salud o transporte público. Además, destaca por su característica de frentes de lote abiertos y permeables”, señala el comunicado del CAE-P. “¿Se busca que la compleja y costosa propuesta geométrica del cerramiento desvíe la atención del verdadero perjuicio urbano que ha causado?”, se cuestiona en el documento.
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Leer másEl predio del Colegio Benalcázar se encuentra en una zonificación M (Múltiple), en la cual “se permitirá únicamente el uso de cerramientos móviles o desmontables, por la noche, con una altura máxima de 2.50 m sobre el retiro frontal”, señala el comunicado del CAE-P. Sin embargo, “la misma normativa establece una excepción para los equipamientos educativos”.
La planificación incentiva “a que haya una mayor diversidad de usuarios y de horarios en el sector porque el mayor indicador de la vitalidad de una ciudad es la gente en la calle”, explica Daniela Loayza. Sin ese uso diverso, “si se le vuelve cualquier cosa que no sea un colegio, se empiezan a generar estas sospechas de por qué se está tomando esta decisión”. Lo que ocultaría este nuevo muro es la intención del cambio en el uso de suelo debido a la presión en los últimos años para la venta del espacio, consideran varios especialistas.
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