Una nueva zona roja se traza en la Real Audiencia
El robo a personas, la circulación de billetes falsos y hasta sicariatos empañan a esta avenida populosa. Se contabilizan 236 delitos.
La incertidumbre es la incómoda compañera con la que conviven los moradores de la avenida Real Audiencia, ubicada en el norte de Quito. Esta concurrida y populosa zona dejó de ser rosa para tornarse roja, debido a la gama de delitos que se cometen.
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Leer másAsí lo sostiene Leidy Moncayo, una de sus habitantes, quien cuenta que la paz y tranquilidad fueron arrolladas por los robos a personas, vehículos, locales comerciales, venta de droga, circulación de billetes falsos y, últimamente, también por sicariatos.
El pasado 9 de septiembre, en la intersección de esta avenida con la calle Héctor Manotoa, un presunto sicario fue abatido tras un enfrentamiento con otros dos delincuentes.
Según informó la Policía, el cazador fue cazado por sus víctimas. Es decir, el occiso habría intentado acribillar a dos ocupantes que se desplazaban por la zona a bordo de un automóvil, pero la bala se atascó en el arma y los otros antisociales aprovecharon para acribillarlo.
“Esa muerte nos dejó bastante asustados, pero sin eso ya estábamos en ascuas porque los robos, al menos, son pasando un día. En los negocios no podemos dejar nada sin protección porque hay arranchadores que vienen a cualquier hora y se llevan lo que pueden”, contó Moncayo.
Esta zona se vuelve roja desde las 21:30. Se convierte en un sitio intransitable y toca trabajar.
La mujer colocó seis cámaras de videovigilancia para precautelar un negocio de verduras que tiene en la zona. Lo hizo para al menos sentirse un poco segura, afirmó. En los dispositivos externos así como en los focos colocó rejillas para evitar que también se los lleven los antisociales.
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Leer más“Si se deja un alfiler eso se cargan. Hay que vivir encadenando todo o encerrándose uno, mientras se pueda”, añadió la comerciante.
La comercialización de estupefacientes y las persecuciones a malandrines, en las madrugadas, son otra constante con la que conviven lugareños como Francis Vásquez.
Según ella, todos los días, desde las 03:00, se escucha a la patrulla policial perseguir a pillos que venden el alcaloide en la calle Héctor Manotoa.
“Esto ya es zona roja. Vivimos en peligro inminente y pese a los patrullajes esporádicos de la Policía no se logra controlar la situación”.
Vásquez también añadió que otro inconveniente que enfrentan los dueños de locales comerciales principalmente, es el acecho de una presunta banda de estafadoras, quienes operan con más frecuencia en las tardes.
“Yo trabajo en un local con otra compañera y en reiteradas ocasiones han venido unas cuatro o cinco mujeres, en diferentes tiempos, a comprar con billetes falsos. En una ocasión nos pasaron uno de 20 dólares, en otra ya no pudieron y volvió horas después otra chica con el mismo billete que le rechazamos en la mañana”, narró la señora.
Hemos aplicado estrategias nuevas como servicio preventivo y otros operativos para desarticular.
Desde la Policía Nacional, el jefe del subcircuito Ponceano, Jefferson Valverde, se refirió ante estos eventos, aclarando que los patrullajes se han intensificado en la zona, más aún después del crimen que hubo hace unos días.
Además, el oficial señaló que desde entonces se han activado 150 botones más de seguridad y cuentan con tres chats comunitarios conformados por más de 800 líderes comunitarios para reportar novedades en sus sectores. En 2021, hasta septiembre se registraron 250 delitos, pero en el mismo período, en 2022 suman 236. De estos, el 75 % corresponde al robo a personas. El 15 % al robo de vehículos y el 10 % final a la sustracción de autopartes.
“Estamos tras la pista de bandas delictivas que operan en el norte. Ya logramos desarticular a una, hace un mes, en Carcelén. Le devolveremos la tranquilidad a la gente”, finalizó.