Nuevos y renovados malls traen preguntas e ilusiones

Las aceras de las avenidas Seis de Diciembre y Tomás de Berlanga tienen un nuevo y bonito adoquín. La oscuridad del barrio se disipó con unas luminarias ledes y de sistema soterrado. Las plantas marchitas fueron reemplazadas por unas nuevas jardineras. Las mejoras obedecen a la inauguración del nuevo centro comercial Riocentro Shopping Quito, que creará más de 850 plazas de trabajo para una ciudad en donde la tasa de desempleo es del 9,2 %.

Como ha sucedido en otras oportunidades, cuando se inaugura un nuevo espacio de este tipo, hay ilusión y preocupación en los vecinos del sector. Ocurrió y ocurre, por ejemplo, alrededor del mall El Jardín, en la av. Amazonas, en donde la situación se complica pasado el mediodía entre semana y los fines de semana, con largas filas de autos esperando por ingresar.

En noviembre de 2019, tras la inauguración de El Portal Shopping, en el mapa de congestiones de la ciudad se creó un nuevo punto rojo junto a su ubicación: avenidas Simón Bolívar y Panamericana Norte, dos de los ejes viales más transitados de Quito. En ese año, en la capital existían al menos 15 grandes centros comerciales.

Esa megaconstrucción complicó el tránsito vehicular en el sector norte. Cuenta con 3.000 estacionamientos para autos y 500 para motos. Sin embargo, en varios fines de semana se han visto colas de carros esperando parquear y autos particulares y taxis estacionados en los alrededores. Y, además de la ilusión y alegría por el nuevo espacio, la apertura traerá impacto para la capital en aspectos como la movilidad, el ambiente y otros.

Se ha proyectado que más de mil personas lo visiten y hay cientos de plazas de parqueo. A esto se suma que las mañanas, cuando los capitalinos salen a sus trabajos, habrá camiones descargando mercadería.

“La Seis de Diciembre es una avenida compleja porque tiene la vía exclusiva de la Ecovía y la Tomás de Berlanga, en cambio, es una de las pocas avenidas transversales que ayudan a descongestionar la Av. NN. UU., la Gaspar de Villarroel, al tiempo que conectan con las avenidas De Los Shyris y Amazonas”, dice la concejal Mónica Sandoval. Ella afirma que revisará el proyecto de movilidad, ya que su aprobación es anterior a 2015 y porque todos los grandes centros comerciales de Quito generan congestión.

A la inauguración del nuevo centro comercial se suma la ampliación de otros. El Quicentro, por ejemplo, está adecuando la zona de parqueaderos para colocar nuevas tiendas. El Granados Plaza, hace pocas semanas, inauguró una nueva planta en donde funciona un gimnasio, al que acuden cientos de personas desde las 06:00.

Para los vecinos de la Jipijapa, Granados y Batán, la apertura es motivo de alegría. “Esta calle de la Isla Pinzón era muy oscura. Parecía un tugurio. Pero ahora con el mall habrá movimiento, ya hay más luz y eso generará más seguridad”, dice Gloria Flores, moradora.

Leopoldo Ocampo, presidente de la Cámara de la Industria de la Construcción, con el desarrollo económico que supone un nuevo mall o la ampliación de los que ya hay, se debe pensar en “proyectos sostenibles” y “hay que analizar el verdadero impacto en la movilidad”.

Quito tiene un grave problema de congestión. Según un estudio del Global Traffic Scorecard de INRIX, especializado en análisis de datos de movilidad alrededor del mundo, los quiteños pasan hasta 63 horas anuales en la congestión. Es decir, pierden 2,6 días. “Cualquier obra debe siempre pensarse en un beneficio integral para la urbe y esto es pensar en no colapsar las calles, más de lo que ya se soporta”. En Navidad todos los centros comerciales resultan caóticos para la ciudad.