La obra que muestra esa delgada línea entre la ficción y lo real
Edwin Alcarás realiza su debut novelístico con ‘Mal de espejos’, una novela que ahonda en los secretos del pasado
“Los críticos de mi abuelo no existen... Nadie excepto yo ha leído los papeles de ese hombre perturbado, con la ilusión de salvarse de la locura y la muerte”, señala el protagonista de ‘Mal de espejos’, novela del docente y periodista quiteño Edwin Alcarás.
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Leer másEn esta obra, publicada por el sello Seix Barral, el joven, nieto de Marcelo Trinidad Alcasser, encuentra los diarios que el hombre escribió durante sus estadías en el psiquiátrico, y en los que intentaba construirse un pasado propio para reemplazar el que la orfandad le dejó.
No obstante, esta obra no parte de la ficción, sino de la realidad, pues su abuelo paterno murió a los sesenta años con una enfermedad mental. “Siempre hubo un estigma y silencio en torno a mi abuelo”, afirmó durante el lanzamiento del libro en la capital. “Sin embargo, escribir sobre ese abuelo que no conocí era como sacarme un clavo de la adolescencia. En algún momento me di cuenta de que al hacerlo, también me estaba inventando un pasado”, aseguró.
Y así lo recoge la historia con fragmentos como este: “al principio creía que reformaba, quizás, el destino de mi familia, o reparaba una improbable injusticia existencial. Tal vez histórica. Pero a medida que he avanzado, me ha ido venciendo el escepticismo”.
Palacio se burló de todo y de todos. Destruyó la literatura de su tiempo a punta de carcajadas. Siento que el mejor homenaje que se le puede hacer a un escritor es leerlo y luego burlarse de él.
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Leer másEsa frustración de luchar contra el escepticismo también la llevó a cabo el autor, pues explicó que quiso capturar los silencios que lo habitaban durante la escritura. “Quería hablar de ese silencio de la voz de mi abuelo, del silencio de la literatura, y hasta de esta historia que muchas veces tuvo una ausencia de forma”, comentó.
Otra de las líneas entre la ficción y la realidad que cruza esta novela es el interés desmedido por el afamado escritor lojano Pablo Palacio, quien aparece como una obsesión en el libro.
“Me encanta Pablo Palacio. Se burló de todo y de todos, destruyó la literatura de su tiempo a punta de carcajadas (...) mientras escribía, noté que si me podía inventar la voz de ese abuelo, también podía inventarme a Pablo Palacio, y rendir un homenaje a su carcajada”, dijo.
En la obra, que aborda los años veinte en Quito, aparece continuamente el manuscrito perdido de la novela de Palacio, ‘Ojeras de virgen’.
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Leer más“La gran mayoría de los datos son ciertos. Lo del manuscrito perdido es ficción (...)Siento que el mejor homenaje que se le puede hacer a un autor es leerlo y luego burlarse de él”, señaló risueño.
Agregó que la imagen de este autor es una que resalta, pues décadas después, aún es un enigma, dejando de escribir muy joven para dedicarse a trabajar como docente, jurista y hasta subsecretario de Educación. Posteriormente fue internado en el hospital Lorenzo Ponce de Guayaquil, donde murió en 1947.
“Es curioso, porque pasó gran parte de su vida enloquecido. Escribió muy poco, y sin embargo, lo que escribió, es el centro de nuestro canon”, dijo.
- La obra es la primera de una trilogía. El proceso de escritura le tomó a Alcarás una década.
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Leer más“Tuve que dividir el manuscrito en tres. ‘Mal de espejos’ aborda a este hombre de Mulaló en el Quito del siglo pasado. Hace algunos años publiqué un adelanto en La Caracola, sobre el acercamiento de un adolescente con la maldad en el Quito de los años setenta”, estableció.
La obra tuvo dos presentaciones en el Puerto Principal, y se encuentra disponible en las principales librerías del país. A la par de su lanzamiento, Alcarás presentó el libro de relatos ‘Tras la tormenta’.