
La obstrucción de colectores en Quito agrava los efectos de la lluvia
En Quito hay más de 6.000 kilómetros de redes de alcantarillado, 618 corresponde a colectores
Después de una semana de tregua, el país se prepara para una nueva jornada de lluvias intensas. Según el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), las precipitaciones afectarán todas las regiones, con mayor intensidad los días 22 y 23 de abril.
En Quito, las lluvias en han superado los registros históricos. De acuerdo con el Centro de Operaciones de Emergencia Metropolitano (COE-M), el primer trimestre de 2025 ha sido uno de los más húmedos en la historia de la ciudad, con un incremento del 26 % en comparación con 2017, que fue el año más lluvioso registrado.
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Ese escenario se vio reflejado en un mayor número de emergencias. Solo en marzo, se atendieron 292 eventos, principalmente deslizamientos de tierra. Uno de los más significativos ocurrió en Guápulo, donde un derrumbe provocó la caída de un árbol sobre una vivienda. Además, el colector de la zona estaba obstruido con diversos objetos como un termostato, llantas, cobijas, piedras de gran tamaño y basura.
Las labores de limpieza permitieron remover aproximadamente 200 toneladas de material vegetal, lodo y escombros que bloqueaban el colector.
618 km de colectores en Quito
Durante la temporada de lluviosa, el adecuado funcionamiento del sistema de drenaje es crucial para evitar inundaciones y acumulaciones de agua. Jorge Rivera, jefe de Alcantarillado de la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable (Epmaps), explica que los colectores son conductos de gran tamaño que transportan el agua hacia los ríos.
En la capital existen más de 6.000 kilómetros de redes de alcantarillado, de los cuales 618 km corresponden a colectores, en su mayoría de hormigón armado. Sin embargo, estos pueden obstruirse debido a residuos arrastrados por la corriente, como muebles, colchones y materiales de construcción. Por ejemplo, los ingresos de la estructura de Guápulo estaban tapados con latas amarradas con alambre, lo que impedía que el agua drene adecuadamente por los sumideros.
Otro factor que afecta la infraestructura es el crecimiento de las raíces de los árboles. En marzo pasado, un socavón se abrió en la avenida De Los Shyris y Gaspar de Villarroel, en el norte, en donde hay un colector.

Ernesto Fonseca, subgerente de saneamiento de Epmaps, señala que las intensas precipitaciones han incrementado la cantidad de agua que circula por los colectores, generando más complicaciones en su funcionamiento.
Un millón de dólares para los colectores
Como parte del Plan Lluvias, se realizan trabajos de limpieza en quebradas y sumideros para reducir riesgos de inundaciones y aluviones. Además, se implementan inspecciones con equipos de alta tecnología, como robots con cámaras que permiten evaluar el estado interno de los colectores.
Para finales de 2025, dice Rivera, se prevé intervenir aproximadamente 1.500 metros de colectores con una inversión cercana a un millón de dólares. Paralelamente, se avanza en la construcción del nuevo colector de alivio Eloy Alfaro, en la Jipijapa, que beneficiará a 25.000 habitantes con una inversión de 4,6 millones de dólares.
David Benavides, docente de la Escuela de Riesgos de Desastres de la UIDE, destaca la importancia del mantenimiento de todo el sistema de alcantarillado, pero señala que también es necesario un control en el crecimiento urbano y campañas de concienciación para evitar el arrojo de residuos en las calles y quebradas.
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