Una ordenanza municipal complica a los productores avícolas
La normativa de Bienestar Animal obliga al sector a una crianza sin jaulas, lo cual encarecería la producción. Se trabaja en un reglamento y una reforma.
Una norma que busca la protección animal complica a un sector. La ordenanza 019, que se elaboró bajo la premisa “que los animales se desarrollen con libertad y bienestar”, pone en problemas a la producción avícola, como huevos y proteína de ave.
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Leer másLa norma, vigente desde enero de 2021, “hace referencia a animales destinados a compañía, trabajo, oficio o asistencia, consumo, entretenimiento y experimentación. El objeto es regular y controlar la fauna urbana, garantizando los principios de bienestar animal en la tenencia, crianza, comercialización, reproducción, transporte y eutanasia en el Distrito Metropolitano de Quito…”.
Esta ordenanza limita la actividad pecuaria, en especial la avícola, por lo que se solicitó al Municipio su modificación, aseguró la Corporación Nacional de Avicultores del Ecuador (Conave).
De hecho, actualmente se trabaja en un reglamento técnico para que la ordenanza entre en vigencia y en una reforma del estatuto denominado Bienestar Animal.
Un borrador del reglamento estará listo para esta semana, aseguró Brith Vaca, vicealcaldesa de Quito.
“Con las organizaciones avícolas hemos tenido un acercamiento y hay un proyecto de ordenanza específico para la modificación de unos artículos”, señaló Vaca.
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Leer másLa premisa de “bienestar y libertad” complica a los planteles avícolas, que actualmente operan con jaulas en galpones. Realizar los cambios en infraestructura complicaría a pequeños productores y elevaría los costos de los productos, aseguró Diana Espín, presidenta de Conave.
“Eso significa que se necesitaría extensiones de terreno amplias para poder tenerles en libertad a las gallinas. Eso se reflejaría en mayores costos de producción y en la infraestructura”, explicó Ernesto Freire, gerente de Aliforte, una empresa avícola ubicada en Calderón, en el norte de Quito.
El reglamento plantea como salida un período de 10 años para que las empresas avícolas migren a los nuevos estándares de crianza como lo establece la ordenanza municipal. El sector señala que el proceso debería haber plazos más amplios, sobre todo para los nuevos productores.
Otro tema complicado es la prohibición de cría, comercialización y transporte de genética de rápido crecimiento. “El 95 %de la crianza de aves y de cerdos en el país es de esta genética, mal llamada de rápido crecimiento”, dijo Espín.
La titular de Conave aseguró que la medida no tiene que ver con bienestar animal y se trata de un proceso de evolución de los animales de crianza.
Como consecuencia, los costos de producción de los productos avícolas se elevarían y el precio al consumidor final también aumentaría. “Nosotros podemos ver en los supermercados. Una cubeta de huevos de gallinas normales cuesta $ 4 y huevos de gallinas orgánicas o ‘felices’ cuestan $ 10. Es un incremento del más del 100 %”.
El 95 o el 98 % de la crianza de aves o de cerdo es de genética y está mal llamado de rápido crecimiento, sino que son evoluciones de la ciencia. La ciencia ha ido mejorando.
“El producto final debería costar el doble de esto. Lo digo porque hay plantas que producen huevos orgánicos o huevos ecológicos”, aseguró Freire.
La empresa Dicorne se especializa en la producción de huevos de campo. José Díaz, su gerente, aseguró que si bien en países de Europa, como España o Inglaterra, la tendencia ahora es comercializar únicamente productos con esas características, en Ecuador se requerirá de más tiempo para implementar nuevos estándares.
Estos son criterios técnicos y científicos. Puede haber una afectación económica, pero ahí viene el tema de los tiempos. Legislar unos tiempos prudentes para implementar estos cambios.
La crianza en campo abierto hace que la producción baje, señaló Díaz, lo cual hace que el costo del producto final se eleve. “La producción industrial puede manejar temperaturas, humedad y espacios”, añadió.