La fiesta inicia su plan piloto en bares y discotecas
El carné de vacunación completo es requisito obligatorio para entrar a los establecimientos. La Mariscal fue uno de los barrios con mayor actividad
Las luces de neón se encendieron. Las máquinas de humo lanzaban vapor. El DJ prendió su consola. Y empezó el baile en la capital.
- Contexto: La tarde del miércoles se reabrieron 106 discotecas, bares y centros de diversión nocturna, como parte del plan piloto que impulsa el Municipio de Quito y el sector privado para reactivar su economía, que fue uno de los rubros más afectados por la pandemia de COVID-19.
Hubo establecimientos que tenían luz verde para funcionar en distintos puntos de la urbe; sin embargo, la actividad se concentró en la zona de La Mariscal, en el centro-norte. Allí, Doménica Arrobo y sus amigos bailaron en la discoteca Buga Club luego de un año y ocho meses.
Discotecas y bares reabren sus puertas en Quito
Leer más“Me siento feliz. Sientes cómo explota la serotonina de tu cuerpo, que estuvo guardada por tanto tiempo”.
Arrobo contó que antes del confinamiento por el coronavirus solía ir a este lugar y ahora nota que hay varios cambios.
El primero que apreció es que ya no existe una pista de baile. Ahora deben celebrar alrededor de la misma mesa donde se sirven los tragos. Para esto, los dueños colocaron cinta adhesiva de dos metros alrededor de cada mueble, para que no sobrepasen el límite permitido.
Otra de las nuevas medidas fue que les anotaron la hora de ingreso y les dijeron que solo podían permanecer dos horas. “Me parece bien que nos dejen disfrutar hasta cierto punto, pero respetando al virus”, dijo.
En las afueras, Álex Herrera, dueño de la discoteca, vestía su mejor terno. La ocasión lo ameritaba. El hombre estuvo a punto de ver quebrar su negocio, pero este plan piloto le lanzó un salvavidas digno de aprovechar.
Herrera piensa reunir los 20.000 dólares de arriendo que debe y espera que el plan piloto triunfe para volver a ganar como antes. Él contó que durante la pandemia se puso negocios de verduras y de ropa para mantener a su familia. Su local emplea a 10 personas entre meseros, guardias y otros trabajadores.
Melisa Cedeño es parte de este personal. La joven estaba desesperada por conseguir dinero. Ella vive sola, estudia Comunicación y tenía deudas. La reapertura le favoreció, aunque ahora ganará de 10 a 20 dólares. Antes se hacía hasta 35 diarios.
No todas las discotecas que estaban en el plan abrieron sus puertas. Otras, en cambio, mantienen el giro de su negocio como bar-restaurante.
Otro establecimiento que abrió fue el de María Ávila, en La Michelena. La mujer estaba llorando porque, según ella, funcionarios de la Intendencia de Policía intentaron clausurar su local. “Primer día que abro, no saco ni 10 dólares y ya me quieren cerrar”.
Ávila añadió que se endeudó con tres mil dólares para hacer adecuaciones en su disco y entrar al plan piloto.
Ella estaba sola, no tenía DJ ni meseros, tampoco un guardia de seguridad. Sus amigos, dueños de otros centros nocturnos, fueron para apoyarla.
La mujer enfatizó que las autoridades deberían ser más flexibles con las medidas. En su caso, tenía cinco mesas de las 25 que antes solía ocupar. El miércoles fue una pareja, se sirvió un par de cervezas y luego se marchó. “Nos vamos a ir a la quiebra y volveré a vender en las calles”, lamentó Ávila.
El plan durará dos meses y las autoridades realizarán inspecciones para determinar si esta actividad volverá a la normalidad. Los horarios de atención son de lunes a jueves de 16:00 a 23:00, y los viernes y sábados de 16:00 a 00:00.