La paralización parcial de los buses caotizó a la capital
El 50% de cooperativas cesaron sus actividades en protesta al alza del diésel y la licitación de rutas. Un encuentro con el Cabildo no logró acuerdos
Pánico. Esa fue la sensación que cursó por el cuerpo de Micaela León cuando supo que el bus que necesitaba para llegar desde Carapungo hacía el centro de Quito, donde tenía una entrevista de trabajo, no llegaría.
“He estado esperando meses para que me llamen”, dijo al borde del llanto. Eran las 08:30 ayer, y como ella, cientos de usuarios llegaron hasta sus paraderos habituales solo para descubrir que el 50% de las cooperativas de la urbe no estaban laborando.
Mientras estos caminaban hacia paradas alimentadoras del sistema municipal, buscaban un taxi, pagaban hasta $ 1.50 a las camionetas que decidieron suplir el infortunio y trasladar a quienes lo pedían, o incluso ‘jalaban dedo’ para llegar a sus trabajos, en el parque El Arbolito, choferes, ayudantes y miembros de más de 40 cooperativas se congregaban.
Ahí, con letreros en mano, reiteraban los pedidos que el pasado viernes habían solicitado al Cabildo y al Estado: la congelación de los precios del combustible y el freno al concurso para la licitación de las rutas de transporte de la urbe.
“Estamos gastando un 45% de nuestros ingresos en combustible. No tenemos cómo dar mantenimiento a los buses o comprar repuestos. Queremos que se congele el precio, que es como se ha venido trabajando durante décadas”, dijo José Santamaría, presidente de la Cámara de Transporte del Distrito Metropolitano de Quito.
Santamaría añadió que la decisión de la Secretaría de Movilidad de licitar las rutas del transporte urbano, medida que se conoce desde fines del año pasado, y que permite la participación de empresas internacionales, responde a un supuesto irrespeto a la Ley de Tránsito vigente.
“La Ley dice que la asignación de las rutas las debe hacer el estado respetando los contratos de operación vigentes que tenemos. Queremos que se respeten los años de servicio que tenemos y el derecho al trabajo”, estableció.
Con el concordó Luis Calvopiña, gerente de la Cooperativa Bellavista, quien indicó que el cumplimiento de los parámetros de calidad que se llevan a cabo para poder alzar el valor del pasaje han significado inversiones altas para el gremio.
“Hemos invertido miles de dólares en equipos GPS, en talleres, para que ahora nos digan que quizás no seamos elegidos y no podamos seguir trabajando. Queremos que se respete nuestra labor histórica”.
No obstante, la paralización del servicio no fue total. Buses de dieciocho cooperativas, afiliadas a la Unión de Operadores de Transporte de Quito continuaron con sus recorridos.
Jorge Yánez, titular del gremio indicó que ellos no tenían conocimiento de la medida y no pensaba unirse a ella.
Propietarios de una decena de las unidades que sí circularon reportaron agresiones como piedrazos e insultos a los conductores.
El transporte municipal reportó un 20% más de usuarios, y problemas para dar abasto a la demanda en los buses alimentadores del Trole y la Ecovía.
Pasado el medio día, el alcalde Jorge Yunda recibió a una comitiva de dirigentes. “No sabía lo que estaba pasando con ustedes”, les dijo.
Pese a ello, hasta las 14:00, hora en que concluyó la reunión, no se llegaron a acuerdos, por lo que se definió el inicio de mesas técnicas en el que se analizarán los pedidos.
Hasta el momento, la Cámara de Transporte no había anunciado si se levantaba la paralización del servicio.
