Quito: Pérdidas por los incendios en Itulcachi se evidencian entre productores

No era la primera vez que el fuego aparecía en Itulcachi, por eso, Verónica Vásquez y Bibiana Arteaga, en principio, no se alarmaron demasiado por las llamas en ese sector de Pifo, en el valle del nororiente de Quito. Desde 2020, cuando empezaron en el negocio de las frutillas, habían escuchado sirenas por los incendios en la época veraniega, pero nunca antes la amenaza había llegado hasta los sitios de sus sembríos.

Esta semana, las cosas cambiaron. Arteaga arribó en su camioneta y se sorprendió porque encontró llamas hasta en la vía de acceso al terreno de cerca de tres hectáreas que renta para producir la fruta. Se bajó y avanzó a pie. Cuando recibieron la alerta telefónica, la situación no era tan grave en su zona, pero acudió por si acaso. En segundos, el verde y rojo predominante de su querida finca a la que bautizaron Fresart se tornó naranja, por la candela que avanzaba y arrasaba con todo a su paso.

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Las llamas afectaron a los productores de Itulcachi 

Unas diez personas lo intentaron todo para frenar las llamas que destruyeron varios sembríos en esa zona de Pifo y que afectaron el área de cría de borregos de otros productores. Usaron, mientras pudieron, las mangueras de riego, baldes, picos y machetes. Pronto, el humo los envolvió y les cubrió hasta dejarles sin aire. Arteaga se desmayó y no sabe por cuánto tiempo estuvo inconsciente.

Ayer aún tenía dolor de garganta, tos y algo de malestar, pero eso no la frenó para ir a intentar recuperar algo de sus plantas de frutilla. Para ella y Vásquez es fundamental restablecerse porque de la venta de la deliciosa fruta depende no solo su sustento sino el de ocho mujeres más que lograron independencia económica gracias a este trabajo. Ahora tienen dinero para alimentar a sus hijos y evitar la violencia física y psicológica a la que eran sometidas.

Monitoreo Permanente 

Por ahora, pagarles un sueldo será imposible. Las pérdidas alcanzan alrededor de $ 20.000 y el panorama devastador del día del incendio les ha quitado hasta el apetito, pero no las ganas de volver a comenzar. Necesitarán comprar de nuevo equipos y toda la infraestructura que habían adquirido para la época de lluvias.

En el terreno había fruta lista para cosechar y vender y plantas que estaban por producir. En medio de las cenizas, es desolador encontrar los restos de aves y otras especies calcinadas. El fuego arrasó con todo a su paso, pero ellas no abandonarán a sus trabajadoras. Mientras encuentran un camino, les darán kits de alimentos para que puedan sostener a sus familias hasta que vuelva la producción.

Una de sus colaboradoras es Marisol Quilumba. “Estamos destrozadas porque este es el sustento que lleva el pan del día a nuestros hogares. Somos jefas de hogar, no tenemos esposos y ahorita tendremos que buscar por otro lado quién nos pueda dar unos días de trabajo”, dice.

Ayer ayudaba a limpiar el terreno para prepararlo antes del cultivo. “Estamos dándole la mano a la señorita. Nosotros hemos recibido ayuda, tenemos que poner el hombro porque cuando se vuelva a recuperar, vamos a volver a tener trabajo”.

El viernes estas fincas recibieron la visita de asesores técnicos del Municipio de Quito, les dijeron que se puede salvar una parte de su inversión reactivando las plantas que se quemaron en la superficie, pero cuyas raíces siguen vivas. “Estamos buscando mangueras para regarlas y que retoñen. Pero tomará mínimo seis meses para que entren de nuevo a producir”, señala Arteaga.

Así como estas fincas, también hay granjas de aves y animales que resultaron afectadas. Funcionarios de Conquito, de la Secretaría de Desarrollo Económico, del Ministerio de Agricultura y Ganadería, entre otros, entregaron ayuda a 50 familias y asistencia técnica e insumos a tres plantaciones afectadas en alrededor de 5.000 m2 de cultivo de frutillas. También llevaron alimentos para animales. Las tareas se coordinan desde el COE Metropolitano de Quito.

Pedro Guapi también perdió una hectárea de sembríos. Todo su sistema de riego se destruyó y lo único que quedó libre del fuego fue un pequeño lote de arvejas. “Esperamos de las autoridades que nos apoyen”, solicita, porque las pérdidas superan los $15.000. Él se había endeudado y le preocupa porque “los bancos y cooperativas no esperan y nos toca pagar”.

Hasta la tarde de ayer no había un informe consolidado de las pérdidas que han causado los voraces incendios, que comenzaron el miércoles pasado. EXPRESO solicitó al Municipio información de los daños, pero señalaron que aún no existe un reporte consolidado. Las autoridades seguían enfocadas en la atención a los incendios, pues se registraron dos emergencias más en los sectores de Monjas y San José de Morán, en el norte.

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