Pico y placa en Quito: se debate solo multar y no retener los vehículos
No está claro cómo los agentes de tránsito identificarán a los carros ya sancionados en las vías
A diario, en Quito, 54 ciudadanos son multados por conducir un automotor durante la restricción vehicular, conocida como Pico y placa. Al año, el total es de unos 14.093 sancionados; entre ellos hay 425 reincidentes. La medida, que funciona desde hace 14 años y tres meses, la cumple el 96 % de los conductores en la capital.
Esos datos de 2022 los dio a conocer este 27 de agosto de 2024 la concejala Cristina López, de SUMA. Lo hizo al presentar para primer debate el proyecto de Ordenanza Reformatoria a la retención de los vehículos del plan de restricción vehicular Pico y placa.
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Polémica entre concejales de Quito por supuesto discurso violento
Leer másCatorce años después de la aplicación de la medida de restricción vehicular, el Concejo Metropolitano de Quito analiza un ajuste. Pero no algo sustancial que incida en el tránsito. El Pleno estudia cómo quitar la carga operativa y disminuir costos al Municipio.
¿Cómo? Prohibiendo la retención de los vehículos, que contravengan la norma.
López argumentó que por cada proceso sancionatorio, Quito recibe 69 dólares, equivalente a la multa, en la primera ocasión que se irrespete la norma. Pero, el costo operativo asciende a 103.31 dólares.
El déficit es de 31 dólares, en cada proceso. Además, el Municipio costea los gastos de garaje, que no son cobrados al ciudadano. Y el infractor suele pagar por la grúa. Pocos conocen que podrían ir manejando su carro hasta el patio de retención.
Posición de los concejales
Entre los ediles, el proyecto de reforma tuvo acogida. Sin embargo, Wilson Merino, de Imparables; Emilio Uzcátegui y el propio alcalde Pabel Muñoz, de la Revolución Ciudadana, propusieron debatir más en torno a la opción de retener el vehículo en caso de reincidencia.
En contra del proyecto estuvo la concejala Estefanía Grunauer (Pachakutik y PID). A ella no le parece que “flexibilizar la norma” será positivo, ya que habrá ciudadanos que seguirán transgrediendo la ordenanza. También criticó que no se haya avanzado más en la llamada tercera placa (dispositivo de identificación vehicular, que permitirá ubicar y sancionar) y en la reforma de rutas y frecuencias. “Les seguimos debiendo a los quiteños”, manifestó.
El concejal Andrés Campaña, socialista, subrayó que el Pico y placa aún es una medida parche, que no soluciona los problemas de movilidad. Anotó que en Bogotá hay multas, pero también salvoconductos o exoneraciones, que pueden ser una fuente de ingresos.
Uzcátegui dijo que la retención del vehículo permite el cobro de la multa. En otras ciudades se puede aplicar a exenciones de Pico y placa pagándola, a costos altos. “La tercera placa y la movilidad y ciudad inteligente” son las salidas, apuntó.
Sobre la reforma, el exalcalde Augusto Barrera, quien la empezó a aplicar en 2010, dijo que en aspectos vinculados a la regulación de la convivencia, como Pico y placa o no violentar espacios públicos, el papel de la sanción es disuasivo. Esto porque podrían sumar un elevadísimo número de infractores.
Augusto Barrera
En países civilizados, comentó, las multas son muy altas en temas de movilidad. “El objetivo nunca es la multa, no es recaudación. Hay que trabajar en conciencia ciudadana y no he visto un solo spot para generar sensibilización. Lo del tema de velocidad se manejó mal, fue una tomadura de pelo”.
A Carlos Páez, exsecretario de Movilidad, le parece oportuno revisar esa política. En Colombia, comentó, hay ciudades, en donde la restricción vehicular se hace de diferentes maneras: más números de la placa cada día, horas más extendidas, en algunos casos inclusive con variación semanal del número de la placa por día de la semana.
Por su parte, el experto en movilidad, Guillermo Abad, cree que el cambio debería tener una visión más amplia. El objetivo principal de la reforma era aumentar el número de horas o pasar del Pico y placa al Hoy no circula, que se mantuvo por un tiempo en la ciudad y redujo la carga vehicular. Aunque confirma que los centros de retención están saturados y han existido actos de vandalismo.
Abad advirtió que, con la reforma, los controles serán más complejos, ya que será difícil para el agente identificar qué carros ya están multados. También cree que la sanción debería compensar la permisibilidad. En eso último coincidió el alcalde. Y lo consultará con el área jurídica.
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