Las plazas comerciales llevan más servicios a los barrios
Bancos, restaurantes, farmacias, supermercados y cafeterías reactivan los comercios en zonas residenciales. En Quito han proliferado estos negocios
La fila para el ingreso a un centro comercial luce enorme. Frente al volante, María Clara Morales dice que los minutos le parecen eternos. Ingresa y adentro otro reto: encontrar un estacionamiento libre. Sube y baja pisos hasta ubicarlo.
La República de El Salvador crece, pero hacia arriba
Leer másSu único motivo para visitar el mall era acudir a su banco y pedir una nueva tarjeta de débito. Allí demora 15 minutos y está feliz por eso. Pero al sacar su vehículo descubre que el parqueadero cuesta 1,50 o es gratis si compra algo de 5 dólares.
La sonrisa se ha esfumado de su cara y tras pagar y salir a la calle empieza a dibujarse una mueca porque el siguiente reto es llegar a su casa en medio del caótico tráfico quiteño.
“Es que es el banco más cercano. De ley me toca desplazarme unos 3 kilómetros”, explica María Clara Morales.
Aunque las plazas comerciales no fueron concebidas como una competencia directa para los centros comerciales, en los últimos años estos comercios están tomando auge en Quito, sobre todo en barrios residenciales y en zonas de alto nivel comercial. Su propuesta es acercar servicios bancarios, de comida o entretenimiento a los barrios para que la gente no tenga que desplazarse a buscarlos a los grandes centros comerciales.
Para mí era más sencillo ir a comer en la placita que ir al centro comercial. Porque a la placita podría ir caminando y ahí cerca hay un parque donde me sentaba a comer.
En Villaflora, al sur de la capital, en enero se abrirá la Plaza Comercial Villaflora. Tendrá un banco, la tienda de muebles El Bosque, una farmacia, una cafetería, entre otros negocios. “Esta plaza será un motor de cambio para la zona”, resalta Cristian Herrera, CEO de la constructora Obrum.
El comercio en el centro se ajusta al bolsillo de la gente
Leer másLa infraestructura se levantó en un predio que era una bodega industrial. El cerramiento solía pasar grafiteado o lleno de afiches y no había luminarias, por lo que muy poca gente se atrevía a pasar por allí.
“Hemos querido insertarnos en la zona y cambiar la filosofía del barrio, pero en buen sentido. Que los moradores tengan un lugar bonito para tomarse un café, que puedan pasear por la plaza que está detrás y que hemos readecuado”.
Iván Angrango es morador del barrio hace 20 años. Cuenta que hay mucho movimiento de negocios por allí, pero pocos cuentan con parqueadero o con una decoración diferente. “En el barrio hay de todo: panaderías, heladerías, pero no hay dónde parquear y tampoco puede decirse que son locales bien decorados”.
En Solanda, en el sur, hay otra plaza comercial muy concurrida. Allí funciona un banco y una cooperativa de ahorro. Un supermercado. Una pizzería, una cadena de comida rápida, una peluquería, una operadora telefónica y dos centros de diversión para niños.
“Yo prefiero venir a la plaza que ir al centro comercial, sobre todo por el tiempo. Claro que en el centro comercial hay más variedad, pero de lunes a viernes yo compro comida en la plaza, vengo a la peluquería y me gusta que hay parqueadero”, dice Ximena García.
En Quito, un polo comercial busca renacer
Leer másEn Calderón, en cambio, funciona la Plaza Vancouver. Su concepto es similar: llevar nuevos servicios altamente demandados a los barrios. Allí hay farmacias, locales de comidas, una óptica y más.
Incluso, las plazas comerciales han surgido en el hipercentro, muy cercanas a los grandes centros comerciales, como CCI o Quicentro, y donde están las sedes de los bancos.
En pleno corazón de la zona céntrica está la Plaza Río Coca. Su fuerte es la comida. De los 13 locales que tiene, ocho son restaurantes de comida manaba, guayaca, carnes y ensaladas. Hay un gimnasio, una óptica, accesorios de vehículos y más. “Por ahorrarme el tráfico para entrar al centro comercial, prefiero la placita. Vengo caminando”, dice Roberta Acosta.