En Ponceano, la inseguridad genera un éxodo inmobiliario

A inicios de 2022, la consultora de mercado Marketwatch incluyó a Ponceano Alto entre las cinco zonas de Quito con mayor potencial de desarrollo inmobiliario.

En ese momento, adquirir un apartamento en esta localidad del norte de Quito, tenía un monto promedio de $ 113.000, y alquilar uno ahí podía costar entre $ 400 y $ 450 mensuales.

Un año y medio después, comprar un apartamento en este sector, cuesta ahora entre $ 55.000 y $ 70.000, y los alquileres fluctúan entre $ 220 y $ 310.

¿A qué se debe este descenso en los montos? La agente de bienes raíces, Mireya Mora, asegura que un factor principal es la inseguridad.

“Cada vez son más las denuncias de robos a casas y a personas. Hasta 2020, Ponceano Alto era muy cotizado y tenía un desarrollo importante de edificios y conjuntos. Las cifras de robos han tenido un impacto, pues nadie quiere vivir en un sitio inseguro. Ha subido un 50 % la oferta versus la demanda”, señaló.

Según datos de la Policía Nacional, en lo que va de 2023, se han reportado 124 denuncias de robos a viviendas, personas y negocios en la localidad, un aumento de 2020, donde se reportaron 98 delitos, de 2021, donde se registraron 121, y un alza considerable del año pasado, donde en todo el 2022 se emitieron 123 denuncias.

Para Luis Sempértegui, morador de la localidad, la cifra no responde a la realidad, pues asegura que un alto número de asaltos no se denuncia.

“Hay robos todos los días. La gente evita salir de noche porque las calles están desoladas y en cualquier momento a uno lo pueden asaltar. Para las trabajadoras del hogar, es cosa de todos los días”, afirma.

Este agrega que, pese a múltiples denuncias, pedidos de asistencia e incluso alertas en los chats comunitarios, no se han visto mejoras.

“Siempre hay reuniones, y la Policía dice que aumentará el patrullaje. Unos dos días pasan con más frecuencia, y luego desaparecen otra vez”, señala.

María Collaguazo, otra vecina de la localidad, señala que, tras ser asaltada dos veces mientras sacaba a pasear a su perro en la cuadra de su edificio, evita salir, incluso en las mañanas.

“Hay que tener cuidado hasta metiendo el carro al garaje, porque en cualquier momento salen los ladrones”, aseguró.

Esta añade que, en el inmueble donde reside, cuyo nombre prefiere no dar, ocho de los catorce apartamentos disponibles permanecen vacíos.

“Hay vecinos que han preferido irse y poner en venta su departamento o alquilarlo”, dijo.

Para Joao Proaño, de Constructores Positivos, la baja en la adquisición de apartamentos en Ponceano es una cuestión de percepción. “Las zonas más inseguras de Quito son La Mariscal y el hipocentro, toda la zona cercana al parque La Carolina”, afirma. Sin embargo, acepta que las denuncias sobre inseguridad sí afectan la adquisición de viviendas. “Debido a que el ecuatoriano suele comprar una casa a lo largo de su vida, busca un sitio que percibe como seguro”.

Añade que entre los lugares más solicitados para la construcción de nuevas viviendas están Cumbayá, Tumbaco, Los Chillos, Pomasqui y Calderón, todos a las afueras de Quito.

Esta migración inmobiliaria es respaldada por cifras de la Secretaría de Territorio, Hábitat y Vivienda, que a inicios de año señaló que el 33 % de quiteños se ha asentado en zonas rurales, un aumento del 6 % frente a las cifras de 2010.

Pese a ello, sí se han realizado intentos de recuperar los espacios públicos de Ponceano Alto e integrarlos a la comunidad. El Cabildo participó en la intervención de las escalinatas de Barrio Marisol y la rehabilitación del parque Ponceano Alto, junto a dos constructoras.

“El compromiso de nosotros es empoderarnos, utilizarlos, mantenerlos con ayuda de la empresa privada. Tenemos tres espacios apadrinados por la empresa privada y a eso se debe que están en buen estado”, afirmó en su momento el presidente del comité promejoras de Ponceano Alto, Carlos Terán.

Pero para los vecinos estas intervenciones deben venir acompañadas de acciones que garanticen la habitabilidad.

“Si el parque está bonito, pero no se puede ir, no sirve de nada. Necesitamos presencia policial permanente o tendremos que irnos”, añadió Collaguazo.