Hay posturas a favor y en contra de la cantonización de Tumbaco

A favor, en contra y dudas. Diversas reacciones ha generado el proyecto de cantonización en la parroquia de Tumbaco, al oriente de Quito.

La propuesta de crear un nuevo cantón surgió en 2018 y desde ahí la Junta Cívica del Valle del Ilaló ha avanzado en los requisitos dispuestos en el Código Orgánico de Organización Territorial, Autonomía y Descentralización (Cootad).

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Según la Junta, el abandono de las autoridades frente a las necesidades y problemas en la parroquia son algunos de los motivos para buscar la cantonización.

Moradores consultados por EXPRESO tienen diversas opiniones. Algunos consideran que sería positivo debido a que los recursos que se generen se quedarían en la parroquia. Otros creen que se está promoviendo una división innecesaria.

Fernanda Salazar vive en el barrio Collaquí hace 14 años. Menciona al menos dos problemas: los servicios básicos y el transporte. “Cuando es verano no tenemos agua y nadie nos da una explicación”, dice. Considera que si Tumbaco es cantón habría más recursos, aunque con ello, también el riesgo de que esos ingresos tomen otros rumbos.

Para Carlos Castellanos, morador de Tumbaco, lo que se plantea es una fragmentación. Según su criterio, se debería trabajar en mejorar la administración pública para que el presupuesto existente se ejecute efectivamente.

En redes sociales también se ha debatido el tema. Daniel Oquendo escribió en X que el Municipio es demasiado grande y “no responde a las necesidades de la ciudad, peor a las parroquias rurales más alejadas”.

El usuario Lucas Ville se preguntó: “¿Más municipios? ¿Más gasto corriente? No creo”.

Juan Fernando Serrano, presidente de la Junta Cívica, señala que, al tratarse de un proyecto complejo, con aristas políticas y económicas, existen diversas dudas y cuestionamientos.

Lo cierto es que, dice, la provisión de servicios, limpieza y la organización y control del transporte público son algunos de los aspectos de las administraciones locales que más desaprueban los habitantes de Quito y Guayaquil.

Serrano hace referencia a una encuesta de Click Report publicada el 18 de junio en la que el 76,8 % de quiteños desconfía del alcalde Pabel Muñoz. “Esos números demuestran que tenemos razón”, sostiene. Recuerda la encuesta que hicieron en 2019.

Los principales problemas de la parroquia que señalaron los entrevistados fueron la inseguridad, calles en mal estado, falta de obras y mala administración. Además, el 65 % pensaba que la Alcaldía de ese entonces no le daba importancia a la zona.

Si bien las necesidades y problemas no son nuevos, el presidente de la Junta recalca “que no pueden soportar más el descuido y la falta de planificación”.

¿Con la cantonización se resuelven los problemas?

Mauricio Unda, urbanista y director de la Escuela Arquitectura de la Universidad Internacional del Ecuador (UIDE), menciona que nada puede garantizarlo tomando en cuenta que es un proceso complejo y finalmente la población de la parroquia lo decidirá.

Por un lado habrían beneficios como una administración más cercana y probablemente más receptiva a las necesidades de los habitantes. También se podría solventar los problemas de servicios básicos y planificación urbana. 

Sin embargo, en el campo político, la gestión podría verse influenciada por intereses políticos locales, lo que dificultaría la toma de decisiones consensuadas. Además, en la parte administrativa se deben establecer nuevas estructuras y gestionar la transición.

Para María Elena Rodríguez, miembro del Cabildo Cívico, el proyecto de un nuevo cantón demuestra la incapacidad del Municipio para responder a las necesidades de la parroquia. Pero, si la propuesta se concreta, se complicaría a la entidad en términos de asignaciones presupuestarias, sostiene.

Por ello, una de las soluciones que plantea es que se busquen alternativas que descentralicen los servicios.

Analía Ledesma, de la Comisión de Ordenamiento Territorial del Concejo, considera que no se requieren más cantones, sino que es necesario trabajar en la desconcentración de los servicios.  También sugiere que en lugar de administraciones zonales se generen alcaldías menores que solventen los problemas de los territorios de manera más efectiva y eficiente.

El edil Ángel Vega, de la Comisión de Desarrollo Parroquial, coincide que no es necesario fraccionar el territorio, más bien dice que es indispensable dar seguimiento a la ejecución de obras. 

Recordó que se destinó un presupuesto extra de 15 millones para las 33 parroquias rurales para el fomento productivo, infraestructura social y vialidad estratégica, entre otras obras. Para Serrano esos recursos no son suficientes para solucionar problemas que se han generado durante años.  

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