Los predios del IESS alojan indigentes, basura y ratas
El Seguro Social mantiene desde hace décadas en abandono los terrenos. Los vecinos sufren porque son víctimas de la delincuencia y la insalubridad
Apenas levanta los ojos del suelo. Da pasos cortos y camina con la cabeza siempre baja y la mirada perdida. Si le hablan no responde y lo único que hace en todo el día es echarse al sol, consumir drogas y buscar algo de comida entre la basura.
Nadie sabe su nombre. Lo único que se conoce de él es que vive en una covacha, en los predios abandonados en la avenida Río Coca, entre las calles Joel Polanco y De las Hiedras.
Es uno de los barrios más densamente poblados, pues está lleno de edificios y condominios. Hay una universidad, dos centros comerciales, y cerca de la terminal de la Ecovía y la de buses para Tumbaco están estos terrenos del IESS que afean todo el sector.
Llevan años sin tener alguna productividad o sin aportar alguna ganancia a los afiliados. Simplemente sirven como guaridas para ladrones, alojan toneladas de basura, son espacios de consumo de drogas y se han convertido en nidos de ratas.
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Leer más“Por aquí es peligroso pasar, nos da miedo de que salga alguno de los vagos que viven ahí y nos pidan monedas o nos intenten violar, porque si se llevan a una chica para allá dentro nadie le puede escuchar”, dice Ana Cusicagua, moradora.
Los terrenos del IESS están en tan mal estado que los cerramientos se están desmoronando y adentro sirven de botadero.
María tiene más de 50 años y vive del reciclaje. Ella cuenta que se arriesga a entrar al terreno porque lo usa para apilar las botellas de plástico.
“No entramos mucho, nos quedamos cerca de la puerta, porque sí da miedo. Una vez uno de los indigentes que ahí viven nos gritó y nos tocó salir corriendo, no vaya a ser que nos ataque”, cuenta la mujer, quien siempre trabaja con su hija.
La situación que viven los vecinos de la Río Coca no es exclusiva. De hecho, el IESS tiene 1.335 bienes inmuebles improductivos: 308 son terrenos, lotes y solares y 52 están en Pichincha, sin ningún uso.
Este Diario solicitó la semana pasada una entrevista con el IESS, pero hasta el momento no se ha concretado.
Para los moradores de este sector, la presencia de los terrenos abandonados es cada día una carga más pesada.
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Leer más“Hasta hace unos dos meses había unas mecánicas que funcionaban en los terrenos del IESS, pero se han ido y desde que no están, ese predio es más abandonado, sin luz y sin personas circulando”, indica Gregorio González, morador.
Adentro de los terrenos la maleza está crecida, hay sigses que sobrepasan los dos metros de altura y hay plantas con espinas y pequeños pajonales.
También se encuentran muebles viejos, basura, cartones, desperdicios de construcción, botellas y fundas. Hay condones y jeringuillas.
La Policía Comunitaria hace patrullajes dentro del terreno. Los agentes ingresan en motocicletas y revisan que los indigentes no estén violentos.
Ellos han construido casuchas con palos, fundas plásticas y restos de refrigeradoras. Allí también hay conexiones de agua potable, que el IESS debe cancelar. En agosto pasado, una de las tuberías sufrió un desperfecto y durante una semana el agua se fugó.
“Queremos que venga alguien del IESS y se haga cargo de sus terrenos, porque son los peores vecinos. Las veredas están dañadas y sus terrenos no tienen cerramientos ni puertas”, se queja Blanca Duarte.
Según lo estipulado en el Código Municipal, la sanción por no sanear o cercar de forma adecuada lotes baldíos es de 850 dólares y por tener descuidada la acera es de 85 dólares.
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Leer másPara la directiva del barrio, lo importante es que tanto el Municipio como el IESS respondan. Los dirigentes dicen que han presentado desde hace años proyectos para que esos terrenos se conviertan en parques y para hacer un centro cultural o barrial. Pero nunca han recibido respuesta.