Primeros estragos del invierno empiezan a golpear a Quito
Alrededor de 21 incidentes en Quito por las precipitaciones Vecinos piden acciones del Municipio
“Lo perdimos todo”, decía con la voz entrecortada Luis Toaquiza, un residente del barrio Lucha de los Pobres. Su hogar, como el de otras ocho familias, fue uno de los más afectados por el desbordamiento de la quebrada Caupicho. La intensa lluvia del 2 de octubre desató una corriente feroz que arrasó todo a su paso, inundando viviendas y destruyendo negocios, vehículos y el esfuerzo de años.
Las imágenes de camas cubiertas de lodo, refrigeradores inservibles y ropa mojada eran una muestra del desastre que se extendía por el sector.
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la corriente entre agua y lodo ingresó a las viviendas
El panorama al mediodía de ayer era desolador. Los vecinos, con palas y cubos en mano, trataban de limpiar el lodo que cubría sus pertenencias. “Lo poco que pudimos rescatar está mojado”, comentaba Toaquiza, resignado a la situación. Pero no solo los hogares sufrieron los estragos, pues 19 comercios también resultaron gravemente dañados y tres vehículos fueron destruidos por la fuerza del agua.
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Leer másEntre las edificaciones más afectadas se encuentra la Unidad Educativa Francisco Javier Salazar, dirigida por Omar Vinueza. “El agua tumbó la puerta y se llevó los textos de años anteriores, los uniformes y parte del mobiliario escolar”, relató el rector, lamentando que los 700 estudiantes tuvieron que volver a la educación no presencial. Los docentes, a pesar de las dificultades, enviaron trabajos para que los alumnos pudieran seguir con sus estudios mientras el equipo junto a padres de familia trataban de recuperar el centro educativo.
La magnitud del desastre no es una sorpresa para los vecinos ni para las autoridades locales. Patricia Carrillo, directora de Gestión de Riesgos, explicó que todavía se evalúan los daños y las pérdidas materiales de los moradores, pues se tiene previsto activar el fondo de emergencia para las ayudas.
Patricia Carrillo
También explicó que el desbordamiento se debió a la acumulación de escombros que se hallaron en el colector. “Había lavadoras, colchones, basura. Hacemos un llamado a los ciudadanos para no botar basura en las quebradas”, enfatizó.
La funcionaria detalló que aunque la prioridad era limpiar y evaluar las viviendas afectadas, la reposición de bienes aún no podía iniciarse. “Hay que garantizar que las condiciones sean óptimas antes de reemplazar los electrodomésticos, muebles y demás enseres”, argumentó. Es un arduo trabajo: no solo se trata de reponer lo perdido, sino de asegurar que este tipo de catástrofes no se repitan.
Los vecinos claman por ayuda y acciones
Según datos del COE Metropolitano, un total de 22 personas resultaron afectadas. De ellas, 9 pertenecen al sector El Paraíso y 13 a la Lucha de los Pobres, quienes ya han recibido ayuda humanitaria. Además, dos personas han sido alojadas en la casa de acogida del centro.
Omar Vinueza
Luz María Tituaña, otra residente perjudicada, pidió a las autoridades que coloquen reductores de carga de caudal para evitar que la quebrada siga representando una amenaza para la comunidad. Según Carrillo, aunque se han realizado limpiezas regulares, el diseño de la infraestructura actual no es suficiente. “Estamos haciendo un estudio integral para dar una solución sostenible”, dijo, añadiendo que el problema se agrava por las construcciones informales que se levantan peligrosamente cerca de la quebrada.
Ernesto Fonseca, subgerente de Saneamiento de la Epmaps, informó que, como parte del plan de mantenimiento semestral, se ha monitoreado el estado de las quebradas, las cuales se encuentran limpias. En particular, se ha realizado la limpieza de la quebrada El Tejado, donde se retiraron 38 mil metros cúbicos de material en la zona cercana al Teleférico, con el fin de conformar un cuenco de retención.
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Fonseca detalló que se ha dado prioridad a las estructuras de captación ubicadas en las laderas del Pichincha, que comprenden 62 estructuras distribuidas en 34 quebradas. “Se realiza un monitoreo constante y se evalúa la acumulación de material para proceder con la limpieza”.
A pesar de los esfuerzos, la prevención sigue siendo un desafío. Cristian Rivera, experto en gestión de riesgos, destacó que los planes de respuesta para la quebrada Caupicho no han sido actualizados. “El riesgo de colapso de viviendas es alto, y la comunidad sigue siendo vulnerable”, alertó.
La falta de sistemas de alerta temprana y la acumulación de basura y escombros en la zona agravan la situación. “No es solo limpiar la quebrada, sino cambiar nuestra mentalidad. Necesitamos planificar a largo plazo y no solo responder cuando la emergencia ya está aquí”, subrayó Rivera, insistiendo en la necesidad de que tanto el Municipio como la comunidad trabajen juntos para evitar futuros desastres.
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