“El problema de la educación en Quito es la falta de cupos”

La educación es más que sacar títulos. Es una frase que repite Alegría Crespo, Ph.D en Ciencias de la Educación y vicerrectora del Colegio Johannes Kepler. Para la educadora, lo más importante es que el aprendizaje transforme y sea un recurso para mejorar la calidad de vida.

Con ese enfoque observa que el problema de la educación de Quito es la inequidad. “Primero hay una inequidad a la hora de tener cupos para todos los niños y adolescentes”.

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Otros factores que afectan al acceso a la educación, en una metrópoli como la capital, son los problemas de transporte escolar, la inseguridad y los conflictos en las familias que implica el involucramiento del personal en los Departamentos de Consejería Estudiantil (DECE), pero muchos colegios no cuentan con profesionales suficientes.

“Con educadores bien capacitados y con el suficiente número se puede sostener a una comunidad educativa”, dice Crespo. En Quito, los estudiantes que viven en zonas periféricas solo pueden acceder a los colegios públicos más cercanos a su residencia. Para otras familias, el desplazar desde un punto hacia otro implica un costo adicional. “Debe hacer un transporte público y también debemos garantizar un adecuado desayuno escolar”, agrega.

Para Cecilia Villacís, expresidente de la Asociación de Profesores de la Politécnica Nacional y docente jubilada, la inequidad en la educación en Quito es el resultado del exceso de burocracia.

Pone como ejemplo, que antes los bachilleres podían escoger y acceder de forma más fácil a una carrera universitaria. “Pero a algún burócrata se le ocurrió aplicar una sola prueba, para todas las carreras. Cuando todos sabemos que las competencias a evaluar de una carrera de Medicina no son iguales que para ingeniería en electricidad”.

La educadora dice que desde hace 15 y 20 años, el sistema educativo no está orientado a formar seres humanos autónomos y que al impedir la realización de un proyecto de vida a través del acceso a la educación (a la carrera que desee) “solo se ha logrado más inequidad. Antes a la Politécnica ingresaban muchos estudiantes de otras provincias. Sí, tenían muchas falencias, pero se los nivelaba durante un año y así se los incorporaba a las carreras. Ahora, si no logran el puntaje se quedan automáticamente fuera”.

El consultor en Educación Superior, José Núñez Mejía, dice que para los estudiantes universitarios el principal problema es la dispersión de las carreras porque hay más de 2.000 opciones y al mismo tiempo hay falta de empleo. “El problema empieza porque no han desarrollado una perspectiva de futuro. Estudian una carrera, obtienen un título pero no se insertan en el mercado laboral”.

Núñez ha impulsado la creación de institutos tecnológicos, que tengan “un eje transversal de emprendimiento”. Aún así, dice que el sistema de educación se enfrenta a barreras como la falta de financiamiento de los proyectos o la tramitología.

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