Los puentes peatonales, un adorno para los quiteños
Un gran porcentaje arriesga su vida cruzando por la calle en lugar de ir por el sitio seguro. En otras zonas protestan porque necesitan este servicio
El escenario se repite en varias zonas de Quito: personas cruzando la calle a toda prisa antes de que pasen los autos, cuando a pocos metros tienen un puente peatonal para pasar con seguridad.
Un mínimo error podría costarles la vida, pero insisten en hacerlo. “Estoy de apuro”, es la respuesta que más se repite cuando se consulta a quienes toman este riesgo innecesario.
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Leer másOtras se sonrojan al entender el peligro y hasta prometen no hacerlo de nuevo, mientras que la mayoría apuesta por no hablar o simplemente hacer un gesto de fastidio para no seguir con el tema.
Y es algo cotidiano. Lo cuenta Xavier Mendoza, quien tiene un puesto de venta de empanadas junto a un puente peatonal. “La gente es imprudente. Cuando cruzan se acercan tanto a los carros que un mal cálculo les puede costar la vida. A veces esperan que no haya vehículos, pero en general caminan esquivándolos. Todo por no subir unas gradas”, dijo.
El sociólogo y urbanista Fernando Carrión recuerda que en 2010 se hizo un estudio por parte del Banco Interamericano de Desarrollo y la Corporación Visionarios, de Antanas Mockus, para determinar los comportamientos culturales de los quiteños.
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Leer más“La conclusión fue que hay un escaso respeto a las normas de convivencia en la ciudad, por ejemplo las zonas cebras, los semáforos y todo lo que significa el uso de sistemas para la movilidad. Dentro de eso se puede incluir el uso de los puentes peatonales”, indicó Carrión.
Según él, esto también significa un punto de partida para un círculo vicioso. “Cuando hay un accidente contra un peatón se piden zonas para él, pero cuando se reivindica esa necesidad, el ciudadano no la utiliza porque es más fácil y más corto evadir la norma”.
El primer paso, cree él, sería imponer sanciones para este tipo de faltas. Y aclara que no debería ser únicamente por parte de las autoridades, sino también de los mismos ciudadanos, quienes pueden convertirse en entes de control.
Y mientras algunos ignoran los puentes peatonales, en otras zonas de Quito ruegan por contar con uno. En el barrio La Primavera, en la zona de Las Casas, las personas están obligadas a meterse en unos matorrales y dar una vuelta de casi veinte minutos para llegar al otro lado de la avenida Occidental.
El puente está cerrado desde marzo. Según Claudia Luguaña, habitante del sector, se tomó esa decisión para darle mantenimiento, pero los funcionarios de la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop) nunca volvieron.
“Es un gran problema. Ahora, con la vuelta a clases, tendremos a muchos chicos jugándose la vida para estar en el otro lado de la calle. No es solo la larga caminata, es por la zona por donde toca pasar ante la falta del puente, es peligrosa y muchas personas ya han sido víctimas de la delincuencia”, lamentó Luguaña.
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Leer másEn julio pasado, los habitantes hicieron un plantón para exigir una respuesta de la Epmmop. “Nos ofrecieron arreglarlo, pero no aparecieron más. Dijeron que enviarían técnicos y hasta ahora no hemos visto uno solo. Parece una burla”, agregó.
Por su parte, desde la Epmmop indicaron a este Diario que “al momento se actualizan y ejecutan nuevos estudios técnicos de diez puentes peatonales en diferentes puntos de la ciudad, dentro de los cuales se incluye el puente peatonal de Las Casas. Una vez concluidos los estudios se conformarán paquetes para la contratación de mantenimiento y rehabilitación de estas estructuras”.
Es decir, por el momento no existe una fecha para habilitarlo nuevamente. La intención, de todas maneras, es solucionarlo en el último trimestre de este año.