En Quito se anticipa un clima favorable que ayudaría a prevenir cortes de agua
Las lluvias permitieron la recuperación de caudales y se suspendió los racionamientos
El año que termina estuvo marcado por una fuerte crisis energética debido a una sequía que, según el gobierno, se trató del “peor estiaje de los últimos 61 años”. De acuerdo con los reportes oficiales, Ecuador sumó 65 días sin lluvias, provocando una considerable disminución en el nivel de los embalses y del caudal de los ríos.
Bajo esas condiciones, el país, que depende del 92 % de centrales hidroeléctricas para producir energía, enfrentó desde mediados de septiembre, cortes que llegaron hasta 14 horas diarias. Y en Quito, desde noviembre, además de los racionamientos de luz, el 5.6% de la población se vio afectada también por la suspensión del servicio de agua, como una medida preventiva.
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Leer másEl alcalde Pabel Muñoz explicó que uno de los sistemas más críticos por la falta de lluvias era el Pita-Puengasí, que se abastece del río Pita, cuyo caudal pasó de 2.200 litros por segundo a 1.530. Asimismo, señaló que el nivel de los embalses disminuyó por la ausencia de precipitaciones.
Tras una verificación a los embalses que tiene la ciudad y del caudal del Pita, el Ministerio de Ambiente determinó que la situación no era reciente y que al menos desde 2023 se evidenció un descenso. En el caso de Salve Faccha, la entidad mencionó que la condición al momento no es crítica y, acorde a los niveles históricos, el descenso promedio diario del nivel es de 3.7 centímetros y la cota crítica de operación de 3.882 metros sobre el nivel del mar se alcanzaría a mediados de marzo de 2025, es decir, en apenas tres meses.
¿Quito está en riesgo de quedarse sin agua?
Salve Faccha, junto a Sucus y Mogotes, forma el Sistema Integrado Papallacta, que abastece del líquido vital al 45% de los habitantes de la ciudad. Con lo dicho por Ambiente, ¿estamos en riesgo de quedarnos sin agua?
Si dependemos de las lluvias, el panorama es alentador. Las precipitaciones de finales de noviembre permitieron que de a poco los caudales se recuperen y el déficit hídrico disminuya, por lo que los racionamientos en 95 barrios se suspendieron.
Cristian Paliz, especialista en pronósticos y alertas hidrometereológicas del Inamhi, explica que luego de un año de sequía, para los próximos meses se prevé, hasta finales de mayo, que las lluvias se mantengan dentro de los parámetros normales o ligeramente sobre lo normal en la Amazonía y la región Interandina. “Tenemos un enfriamiento ligero del Océano Pacífico y un fenómeno de La Niña más ligero que estimula las precipitaciones”, dice.
Agrega que los sistemas hídricos se podrían mantener en términos normales para estos meses, sin embargo, después de mayo, nuevamente se pronostica una época bastante seca, por lo que “se requiere una correcta gestión de los recursos para hacer frente a escenarios como los que vivimos a finales de 2023 y 2024”.
Paliz recuerda que finales de 2023 e inicios de este año hubo un promedio de 50% de déficit de lluvias en la Amazonía, que es de donde llega gran parte del agua a la capital, y en la región Interandina, lo que generó déficit hídrico, sequías e incendios forestales.
Othon Zevallos, exgerente de la Empresa de Agua Potable (Epmaps), coincide en que si bien el escenario climático es positivo, es necesario tomar las precauciones debidas en las distintas fuentes de agua para garantizar el abastecimiento. Por un lado apunta a que el sistema de redundancia debe funcionar de manera óptima, así como las líneas de bombeo. Agrega que por el momento Quito sí cuenta con un 30% de capacidad adicional para enfrentar eventualidades como una sequía. Por otro lado está el consumo y en ese punto menciona que es indispensable mejorar las campañas que promuevan el ahorro del líquido.
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Leer másDe su parte Joseph Sánchez, docente e investigador de la PUCE, señala un estudio sobre el impacto del cambio climático en el abastecimiento de agua para el sector energético y el consumo y se estima que en 2030 la situación será crítica.
Por ello, se debe administrar bien el recurso actual y tomar acciones en el corto plazo, sin dejar de ver el futuro. Un enfoque sería el ahorro del agua desde la ciudadanía, pero también desde la Epmaps, cambiando y manteniendo el sistema de tuberías, para evitar el desperdicio.
Una solución a largo plazo que propone el docente es la construcción de plantas de tratamiento para que ese líquido pueda ser usado, ya que la gran parte del agua que llega a la ciudad recorre 300 kilómetros.
EXPRESO consultó con Epmaps las medidas que está implementado para garantizar el servicio frente a un posible escenario crítico, pero hasta el cierre de esta edición no hubo una respuesta.
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Falta de acciones correctivas
El Ministerio de Ambiente emitió un informe tras la verificación de los embalses que abastecen a Quito y luego del anuncio de suspensión en 95 barrios. De acuerdo con la entidad, se evidenció que no se presentaron alertas que impidan la normal operación y el abastecimiento.
demás, se determinó que la reducción del caudal en los embalses ha sido recurrente en los últimos años por la falta de lluvias, en especial en el sistema Pita, que no cuenta con uno. “Este escenario ha derivado en un racionamiento periódico del agua en sectores servidos desde la Planta de Puengasí, sin que la Epmaps haya desarrollado planes correctivos emergentes para solucionar una alerta que no es actual”, dice el informe.
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