Quito

Años viejos gigantes
Más de 100 monigotes se comercializan en las carpas ubicados frente a la Tribuna del Sur, en el sector de la Atahualpa.Foto: Gustavo Guamán / Expreso

En Quito, gigantes de cartón reemplazan a monigotes de papel y aserrín

Los muñecos que se elaboran en Guayaquil influyen en la cultura quiteña.  En cinco 5 puntos se ofrecen una gran variedad

La elaboración de monigotes, una costumbre profundamente arraigada en la cultura quiteña para despedir el año, está dejando atrás sus raíces de tela y papel para dar paso a gigantes de cartón que se imponen en los espacios públicos de la ciudad.

Hace décadas, la creación de los monigotes era un ritual familiar. Las manos se unían para dar vida a esos muñecos hechos con ropa vieja, cartón y papel. Las cabezas, elaboradas artesanalmente con medias de nailon y cubiertas con máscaras, representaban a los personajes más relevantes de la política local. Era una labor colectiva que despertaba risas, ingenio y, sobre todo, un sentimiento de comunidad.

Le invitamos a leer: ¿Dónde comprar años viejos en Quito? Conoce la ruta de los monigotes

quema de años viejos

Quemar monigotes en el espacio público: estas son las multas en Quito

Leer más

Hoy el paisaje es otro. Los monigotes artesanales, pequeños y humildes, han cedido protagonismo a colosales figuras de cartón y pintura que se alzan en puntos emblemáticos de Quito como el redondel de la Atahualpa, el barrio La América o Carcelén, llegando a ganar espacio hasta en el valle de Tumbaco.

La influencia de los años viejos de Guayaquil está dejando una huella notable en la capital, sirviendo de inspiración para que los artesanos quiteños adopten y adapten las ideas de sus pares guayacos. 

Estas nuevas creaciones, que pueden alcanzar varios metros de altura, rinden homenaje a personajes de la cultura pop como Batman y el Hombre Araña, a menudo acompañados de sus emblemáticos villanos. Sin embargo, la política no pierde su lugar en esta tradición: figuras como el presidente Daniel Noboa y la fiscal Diana Salazar también tienen su representación en estas esculturas.

En el redondel de La Atahualpa, al sur de Quito, diez coloridas carpas se alzan para albergar más de 50 monigotes de diferentes tamaños, personajes y colores. Lupita Hidalgo, quien lleva más de 30 años dedicándose a la venta de estos años viejos, comenta cómo la tradición de los muñecos de aserrín y papel poco a poco se va perdiendo. 

Sin embargo, todavía hay familias que los prefieren, aunque muchas no pueden resistirse al atractivo de los gigantes de cartón. “Los detalles y el color hacen que sean más llamativos”, explica Lupita.

Años viejos gigantes
Zoila aún confecciona monigotes de tela y rellenos de papel.Foto: Gustavo Guamán / Expreso

“Para un niño, tener un gigante de su superhéroe favorito, como el Hombre Araña, Batman o Wolverine, es algo especial. También están los que buscan hacer parodias de políticos o figuras públicas”. Desde Guayaquil, Lupita trae alrededor de 300 monigotes gigantes cada año. Entre los personajes más populares se encuentran el presidente Daniel Noboa y jugadores de la selección ecuatoriana de fútbol. “Tenemos de todo. Los precios van desde 3 dólares por los más pequeños hasta 80 dólares por los más grandes”, dice con orgullo.

Lea también: Quito: Rechazo por tala de árboles en bulevar de Cumbayá

En la misma feria, Zoila Álvarez mantiene viva la tradición de los monigotes de papel. Este año confeccionó 700 muñecos pequeños con modelos personalizados, como policías y militares, que son especialmente populares entre las empresas por su versatilidad.

Zoila explica que aunque en el pasado también comercializaba monigotes gigantes, su salud le impide viajar a Guayaquil para conseguir los materiales. Aun así, encuentra formas creativas de adaptarse, como incluir caretas representativas de los personajes de moda en sus diseños, como del alcalde Pabel Muñoz.

Los gigantes en el valle de Tumbaco

Por otro lado, en el redondel de Lumbisí, en Cumbayá, una gran variedad de muñecos llena las covachas de plástico y madera. Desde figuras políticas hasta personajes de películas como ‘Shrek’, ‘Sonic’ e incluso los icónicos protagonistas de ‘Intensamente’, que representan emociones como la ira y la tristeza: este lugar se ha convertido en un punto de atracción para quienes buscan opciones únicas.

Alexandra Barahona, originaria de Ambato, lleva más de tres décadas dedicada a la elaboración de monigotes gigantes. Desde mayo trabaja junto con su familia en la creación de alrededor de 3.000 figuras cada año. “Ya no es como antes. Ahora nuestros clientes prefieren los monigotes de cartón, son los más cotizados”, admite. Los gigantes que fabrica alcanzan los dos metros de altura y tienen un precio que oscila entre los 20 y 70 dólares.

El parque La Carolina es otro punto de venta. Aquí los políticos, futbolistas, militares, superhéroes o agentes metropolitanos son los monigotes más pedidos para quemar en la celebración de fin de año. 

¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!