Quito: Reclamos por daños en equipos se duplicaron en menos de un mes
Cada año, la Empresa Eléctrica Quito atendía un promedio de 1.000 solicitudes. En 27 días se presentaron 200 formularios
Mónica Espinoza consideraba a su refrigeradora un tesoro. La heredó de su mamá cuando se casó hace 25 años, pero desde que ocurrió un corte de luz imprevisto, a inicios de septiembre, ya no funciona. Santiago Mina, técnico que se especializa en línea blanca, la visitó hace un mes.
“Ya no hay nada que hacer”, le dijo a Mónica. El compresor se quemó y al ser un artefacto antiguo, los repuestos no están disponibles en el mercado. Le explicó que el cambio de voltaje es una de las causas frecuentes para que se dañen estos artefactos.
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Leer másMónica asegura que en más de 20 años nunca tuvo ningún inconveniente con la refrigeradora y ahora busca adquirir una de medio uso, ya que descartó la opción de reposición por parte de la Empresa Eléctrica Quito. “Averigüé y uno de los requisitos es presentar la factura y no la tengo”, dice.
En más de dos meses de apagones, al negocio de Santiago Mina han llegado más clientes que buscan que repare refrigeradoras, lavadoras y secadoras. El costo, dependiendo del daño, puede variar entre los $ 40 y $ 250.
En un recorrido que realizó EXPRESO por cuatro locales de reparación del norte y sur de la ciudad, los dueños afirmaron que desde que empezaron los cortes de energía hay más demanda de este servicio.
Néstor Acuña tiene su negocio en la avenida Cardenal de la Torre y Pilaló, en el sur. En dos meses, llegaron un 30 % más de clientes, especialmente para que repare microondas, refrigeradoras y lavadoras. El técnico explica que las averías se producen cuando retorna la energía y muchas veces existen picos de alta potencia que son los que afectan a los electrodomésticos.
Acuña agrega que al menos la mitad se trata de daños superficiales, que tienen un valor de $25, y el resto son problemas con la fuente, ahí el costo se incrementa a $ 60 y $ 70.
Medidas para evitar daños
Para evitar estos inconvenientes, una de las recomendaciones que hace es, de preferencia, desconectar todos los equipos, y si no es posible, bajar el interruptor del breaker cuando sale de casa. Como una medida de prevención, también aconseja adquirir protectores de voltaje para regular la intensidad de la corriente. Estos deben ser acorde al tipo de artefacto.
En el negocio de Jéssica Quito se vive una situación similar que en el de Acuña, con más demanda de clientes. Allí, lo que más ha cambiado son las tarjetas electrónicas de las refrigeradoras. A diario, al menos seis personas llegan para pedir una cotización, número que se ha triplicado en comparación con meses previos a la suspensión de energía. El precio de esta reparación es de $ 75.
Quito señala que del total de clientes, menos de la mitad le solicita un informe técnico para entregar a la Empresa Eléctrica Quito (EEQ), que en la capital es la entidad encargada de atender los reclamos por artefactos o equipos dañados por causas atribuibles a la prestación del servicio de energía.
La administradora de un restobar en La Ronda es una de las que optó por no colocar el reclamo. A inicios de octubre se le dañó el equipo en donde tenía almacenadas más de 8.000 canciones. Volverlas a instalar le representa un gasto de $ 70, sumado al arreglo del aparato. “El trámite se demora y puede suceder que no lo acepten, así que prefiero pagar porque es algo indispensable para mi negocio”; sostiene.
Aumento de reclamos
Según información proporcionada por la institución, desde el 23 de septiembre, fecha que se iniciaron los racionamientos, hasta el 20 de octubre, han ingresado más de 200 reclamos por daños de equipos, sin precisar el tipo de artefacto.
Ese número representa más del doble del promedio de lo que se reportaba mensualmente. La EEQ tiene más de cuatro millones de usuarios en cuatro provincias, entre ellas Pichincha, y cada mes atendía al menos 90 solicitudes de reclamos por diversas causas, como tormentas eléctricas o fuertes lluvias o desconexiones, es decir alrededor de 1.000 reclamos al año y no todos terminan con un resultado favorable para el usuario.
Para recuperar un equipo, la EEQ cuenta con un proceso y el afectado, ya sea una persona natural o jurídica, tiene un plazo de 30 días para ingresar el reclamo. Posteriormente el formulario se ingresa al área técnica que se encarga de revisar todos los sistemas informáticos y, de ser el caso, se realiza una visita al sitio para determinar las causas de los daños.
El proceso puede tomar hasta 30 días laborales, mientras se comprueba que el daño fue por una falla en el servicio.
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