La reforestación en Quito, un desafío con historial de frustraciones
Iniciativas en las quebradas del norte, laderas del Pichincha y El Trébol tienen pendientes
Cinco mil voluntarios llegaron este 22 de noviembre, desde las 08:00, hasta El Panecillo, La Toglla, Rumiloma, Chilibulo, Guápulo, El Auqui y Perla Quiteña para colaborar en el primer día de siembra de 20.000 plantas y árboles.
Esta es la primera de las megamingas planificadas para recuperar las más de 1.700 hectáreas de vegetación perdidas en los incendios forestales de 2024, especialmente en los que se registraron en septiembre pasado.
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Leer másSantiago Sandoval, secretario de Ambiente, indicó que la reforestación inicia tras un proceso de diagnóstico, enfriamiento y preparación del suelo, y que este vendrá acompañado por un intenso monitoreo que se extenderá durante once meses.
“La restauración ecológica no solo se lleva a cabo en las zonas afectadas por los incendios, sino en todo el cinturón verde del Distrito Metropolitano de Quito..., pues ahora es más importante que nunca ‘reflorecer’ a Quito con el aumento de arbolado urbano, con la mejora de la cobertura vegetal en el sector rural y manteniendo las áreas de conservación de uso sustentable”, estableció.
Este agregó que la reforestación se dará incluso en zonas que no se vieron afectadas por el fuego, sino que “necesitan reflorecimiento” frente al abandono. Entre estas “zonas verdes deprimidas” están Calderón, Quitumbe e Itulcachi.
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Las trabas en el monitoreo
Sin embargo, la propuesta es cuestionada por los expertos, que señalan que varias de las iniciativas de reforestación y siembra de árboles que se han desarrollado en la capital ecuatoriana en la última década no han sido 100% exitosas.
“En 2012, por ejemplo, la administración de la época contrató la reforestación de once quebradas en la Administración Zonal La Delicia, con la siembra de 37.152 plantas. Parte de este contrato establecía que se iba a contar con un monitoreo inicial para conocer el estado de la reforestación y el impacto causado en las quebradas, pero eso no se hizo a cabalidad”, indicó John Macado, experto en ambiente para la consultora Green Cities. “Un problema recurrente en esta zona y en las laderas del Pichincha es que el monitoreo no ha sido permanente, lo que ha abierto paso para la tala ilegal y los asentamientos”, señaló el especialista.
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Leer másOtro caso emblemático es el del bosque de arupos, que se sembró en 2019 en el sector de El Trébol, en el centro. Ahí se cultivaron 700 árboles de arupos y 700 de otras especies nativas. Se suponía que, al cabo de una década, se verían sus frutos.
No obstante, cinco años más tarde, el sitio dejó de ser solo un bosque en crecimiento para convertirse, nuevamente, en botadero de escombros.
“Lo que falla es el monitoreo y el control”, agregó Machado.
Para María Inés Rivadeneira, gerente de políticas de WWF Ecuador, ONG dedicada a la conservación, si bien la reforestación es necesaria, lo prioritario debería ser la revisión de las políticas locales frente al cambio climático.
“Lo más importante en este momento es que se revisen los planes de gestión de riesgos, los planes de reacción frente al cambio climático y los planes de acción frente a la sequía para determinar si realmente responden al nuevo contexto climático que estamos viviendo”, dijo. Agregó que, en ese sentido, las decisiones que se tomen deben ser técnicas y no políticas.
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Este sábado 23 de noviembre, la megaminga se llevará a cabo en San Enrique de Velasco, Carapungo, Guamaní Alto, y en el parque Guanguiltagüa, de 08:00 a 11:00.
🧑🌾 #Reforestación | Este 24 de noviembre, ¡te esperamos para hacer de Quito más verde que nunca!#QuitoRenace@zonalesquito@ambientequito pic.twitter.com/M7XBsUePZR
— Zonal La Delicia (@zona_ladelicia) November 22, 2024
Se usarán solo plantas nativas
Según Sandoval, en la siembra solo se usarán especies nativas, entre ellas el pusupato cholán, pumamaqui, nogal, aliso, guaba, arrayán y yalomán como una estrategia para fortalecer el suelo.
“Las especies nativas son fundamentales para restaurar al DMQ porque permiten hacer transiciones periódicas con especies que deterioran el suelo, consumen mayor cantidad de agua y degradan las condiciones ambientales... Las especies nativas permiten tener un mejoramiento en las condiciones del suelo”, aseguró.
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