¿Cómo sacar al comerciante de la calle y de la pobreza? U. Central entrega plan
La Universidad Central entregará una consultoría para armar el Plan Integral de Comercio
La ‘música de fondo’ que compite con las conversaciones y con toda estación de radio, en el Centro de Quito, trae ofertas como: “¡A un dólar/ los sombreros/ a un dólar/” o “Cuatro pilas por un dólar/ cuatro/”. Basta moverse alrededor de la Plaza Grande, en la calle Mejía, por ejemplo. O al otro lado, en la vía Chile, hacia los centros comerciales del ahorro, en El Tejar, para ver a vendedores con un gran surtido, cargado en una mochila y en los brazos.
Rómulo Ladino, director de la Agencia Metropolitana de Coordinación de Comercio, acepta que al menos existirían 17.000 comerciantes autónomos en las calles. Pero la cifra del censo de hace dos años se actualizará en este octubre. Carlos Castellanos, dirigente de la Confederación Unitaria de Comerciantes Minoristas y Trabajadores Autónomos del Ecuador, advierte que son más.
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Ambos hacen referencia al dato del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), que señala que Quito es la ciudad con mayor desempleo del Ecuador. “La crisis económica y social hace que salgan más personas a las calles, solo buscamos una forma de subsistir. Pero no se han dado políticas para generar una mejora en la calidad de vida”, reclama Castellanos.
La última política reubicó a 6.000 comerciantes
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Leer másLa última política se ejecutó hace 21 años, cuando la alcaldía de Paco Moncayo reubicó a más de 6.000 comerciantes, que usaban muros, veredas y calles de El Tejar. Pasaron a centros comerciales del ahorro.
La arquitecta Mónica Moreira cree que la gente olvidó que el 20% del espacio público en el Centro estaba ocupado de forma permanente por 6.000 comerciantes; en las ferias eran 10.000. Trabajó con el exalcalde Roque Sevilla y dice que aunque la ejecución del reordenamiento se hizo en 2003, Sevilla empezó los diálogos.
A Moreira le parece importante, al trazar un plan, conciliar el derecho al trabajo con el derecho a usar la ciudad. Considera que no se debe negociar excesivamente con el espacio público. Ella vive en el Centro desde hace 28 años. Cuestiona que restaurantes lo ocupen también de modo permanente.
El dirigente Castellanos tiene 51 años y desde los 14 está en las calles. Su madre María Esther, hoy de 84 años, vendía caramelos en la Rocafuerte. Hoy trabajan en el Playón de La Marín. Siguen en el comercio.
En este mes, la Empresa Pública de la Universidad Central entregará una consultoría, cuyo costo bordea los 195.000 dólares, que “permitirá contar con bases para un Plan Integral de Comercio”, según Ladino.
En la consultoría -adelanta el director de Comercio- hay luces sobre cómo se desarrolla esta actividad, cómo se abastecen las fruterías en los barrios, etc. Con el censo, asegura, podrán determinar cuáles son las zonas de mayor atractivo económico y cuáles están saturadas. Sería una base para otorgar permisos y controlar la actividad.
Marco Posso
Frente al Centro Comercial del Ahorro Granada, en las calles Cuenca y Chile, se ubica María Fernanda, de 35 años. Permanece de pie, junto a un coche lleno de atuendos para perros.
Una niña lleva en brazos a un cachorro y se detiene con sus padres y abuela para mirar. Hay trajes, por ejemplo de Chucky, que viene con cuchillo; de abeja, de Chavo del 8... Los ofrece en 5 dólares, pero los deja en 4, luego del regateo.
Ella era mesera de banquetes, trabajó en el hotel Colón, pero no consiguió estabilidad. Su esposo le enseñó a fabricar las prendas y ambos salen a las calles, de 09:00 a 18:00. Cuando detectan la presencia de policías metropolitanos regresan a su casa, a pocas cuadras, y salen en la tarde. Necesitan mantener a sus hijos, de 18, 16, 10 y 4 años.
La concejala Joselyn Mayorga (Pachakutik), quien integra la Mesa de Comercialización, admite que nadie se levanta un día y dice: “voy a ser comerciante autónomo”. Le parece que “la creación de centros del ahorro no fue una solución, sirvió para disimular la problemática y hoy se vive una suerte de abarrotamiento y de abandono”. Sabe que hay subregistro de comerciantes, el cual se está levantando en los mercados. Opina que hay que darles dignidad.
En el Concejo se trabaja en una ordenanza que regule la adjudicación de locales. Los comerciantes quieren más apoyo municipal para mantenerlos.
¿Qué dicen los especialistas?
El economista Marco Posso apunta que todos los gobiernos locales les proponen pasar a la formalidad, registrarse, declarar ingresos y llevar contabilidad. Pero no estudian su realidad. “Ellos se mueven sin horarios o espacios fijos, que son pluriempleo: en la mañana pueden vender empanadas; al mediodía, pantalones; en la tarde, café”. No ubica una experiencia exitosa en la región con el esquema que plantea el Municipio.
Mónica Moreira
Posso considera que lo mejor es fortalecer la organización social, capacitarlos y darles acceso a microcréditos. Ahora, a los comerciantes en la mañana les prestan 100 dólares y en la tarde deben pagar 110. Ve urgente analizar qué hacer para que escalen en sus negocios.
“No funcionará si les proponen vender manzanas con miel. La ciudad debe pensar en un sistema de otra magnitud para ellos. Solo sobreviven, no tienen ningún beneficio social”.
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