San Blas, entre el turismo y el abandono
Bares, restaurantes y hostales atraen a cientos al céntrico barrio. Los visitantes conviven con la mendicidad, la delincuencia y la falta de obras
Son las 11:00, y las calles de San Blas bullen de movimiento. Los restaurantes y cafés del céntrico barrio quiteño alistan sus menús para el almuerzo, los negocios atienden a puertas abiertas, y decenas de turistas cruzan la plaza del sector hacia el Centro Histórico y sus múltiples atractivos.
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Leer másLas dificultades para la reactivación económica en la ciudad generó una renovación en el entretenimiento capitalino, desplazando la vida nocturna y el hospedaje de los viajeros desde sus zonas tradicionales, como el barrio de La Mariscal, hacia otros sectores. Uno de ellos es San Blas, donde el 2022 cerró con la exitosa apertura de bares, restaurantes, cafés, hostales y tiendas, que lo han transformado en un favorito de los turistas jóvenes que arriban a Quito.
“Con el cierre de los hostales de La Mariscal, muchos viajeros jóvenes, los ‘mochileros’ encontraron acá un lugar para ellos. Eso generó que se necesitaran otros negocios como lavanderías, cafés y gimnasios, que ya había pero que fueron multiplicándose”, explicó Ana Minda, administradora de un gimnasio en el sitio.
Otros, como Edward Ellis, propietario del café cultural La Oficina, habían abierto años antes, pero con el resurgimiento del sector, han visto un auge en su clientela.
El encanto del barrio colonial, sus coloridas casas y sus facilidades para movilizarse son algunos de los elementos que atraen a viajeros como Jenna y Tom Zimmerman, que llegaron desde Filadelfia, Estados Unidos.
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Leer más“Está muy cerca de las iglesias, hay una gran variedad de comida y de sitios donde bailar, es barato y los vecinos son muy amables”, comentó este último.
No obstante, el crecimiento del turismo y el emprendimiento en San Blas se enfrenta a una complejidad cada vez más común en la urbe: la delincuencia.
Así lo indicó el presidente del comité barrial, Juan Carlos Rojas, quien agrega que la seguridad ha debido correr por cuenta de los propios vecinos, frente a las negativas de la administración municipal previa a hacerse cargo de la situación.
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Leer más“Los últimos cuatros años nos ignoraron por completo. No hay un clavo puesto por la última administración. Hicimos todos los pedidos para que se repare la iluminación de la plaza, que se reemplacen los elementos que malhechores se le robaron a las esculturas, que se limpien los desechos, que se brinde mayor seguridad, y no pasó nada. Nosotros hemos hecho las mingas y gestionamos las alarmas comunitarias y las cámaras de seguridad en los negocios, con los propietarios y los vecinos”, afirmó.
Establece que uno de los problemas más complicados para el barrio es la mendicidad, pues ni bien cae la noche, la plaza principal es ocupada por habitantes de calle, que residen por la fuente y por las escalinatas de la iglesia.
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“En las mañanas uno encuentra agujas, colchones, y hasta heces fecales. Es necesario que se dé soluciones a esta problemática y se dé más seguridad. ¿Cómo se puede progresar si no se brinda esos aspectos tan fundamentales?”, cuestionó.
A ese pedido se suma Rocío Camino, propietaria de La Exquisita, emblemático restaurante de San Blas, que lleva en la localidad más de ochenta años.
“La plaza San Blas es la puerta al Quito antiguo. ¿Qué imagen le da a los turistas que esté descuidada? Queremos que se desarrollen eventos, muestras de arte, conciertos”, comentó.
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Leer másEl local, que se llena desde las 10:30, ofrece a sus comensales platos típicos como el seco de chivo y el ají de lengua.
Una mezcla de comensales nacionales y extranjeros pugnan e incluso hacen fila por ocupar una de las mesas del establecimiento.
“Tenemos un crecimiento de visitantes que vienen a probar los sabores de la Sierra, y se enamoran. Es una fortaleza que debemos aprovechar en beneficio de todos en San Blas”, añadió.
La Vicentina, en una carrera contra el auge de la inseguridad
Leer másLa calle colindante al restaurante, José de Antepara, cuenta con numerosos hostales y restaurantes, y con la plaza Belmonte, antigua plaza de toros que hoy permanece cerrada, y en cuyos exteriores se lleva a cabo el soterramiento de cables.
Frente al lugar se encuentra Atávico, café arte, cafetería de Ambar Ayala, quien señala que la seguridad se debe reforzar con un plan que reactive los espacios culturales del barrio.
“La seguridad es un problema que aqueja a la ciudad entera, ni se diga al país. Sí se necesita desarrollar un plan de seguridad efectivo, pero también ofrecer opciones de reactivación para los barrios. En nuestro caso, hemos pedido que se dé mayor atención a la recuperación de la plaza Belmonte con un calendario que atraiga a los residentes y a los visitantes”, dijo.
La Plaza Belmonte, sin una política clara
Ubicada en las calles José Antepara y Vicente León, la plaza Belmonte es uno de los íconos del barrio. Tiene capacidad para 2.800 personas, y durante décadas ahí se llevaron a cabo espectáculos taurinos y conciertos. Tras el cese de las corridas de toros por consulta popular, la plaza quedó abandonada. A mediados de 2019, el Cabildo capitalino recuperó el espacio y lo destinó para espectáculos familiares, pero estos no trascendieron y luego cesaron definitivamente producto de la pandemia.
La Plaza Belmonte pasa a manos de la Secretaría de Cultura
Leer másEn enero de este año, la plaza pasó a manos de la Secretaría de Cultura del Cabildo, acto que se conmemoró con un concurrido evento. Desde entonces, no obstante, no se ha anunciado una cartelera sostenida.
Eso, explica Rojas, es un tema que esperan que la nueva administración de la dependencia municipal solucione con urgencia. “Si existe una cartelera continua, que se socialice con la comunidad y se promocione, sería un gran logro para el barrio y para la urbe”, dijo.
- Historia. La parroquia de San Blas fue construida en 1571. Conocida como ‘la puerta al centro’, se originó como sitio de conexión entre el centro y el norte, Guápulo y los valles de la ciudad.
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