Seis barrios en Carretas viven ‘al borde del abismo’

La quebrada Carretas, en expansión desde hace 17 años, amenaza con llevarse casas de seis barrios a la redonda. Para sus habitantes, cada lluvia es como jugar a la lotería, esperando que la suerte esté de su lado.

• En contexto: En 2004, una tubería cercana a la quebrada se fracturó y la fuga de agua dio lugar al inicio de un proceso de erosión que no ha parado desde entonces. Los moradores afirman que la quebrada Carretas tenía una profundidad de 15 metros. Ahora llega a los 40 y 60 metros de altura.

“En mi casa ya no dormimos del lado de la quebrada a partir de la última rotura de tubería”, detalla Estefanía Pabón, presidenta del colectivo Vigilantes de la Quebrada Carretas. Ella es de las más afectadas. El ensanchamiento de la quebrada ha llegado hasta el límite de su predio. Pabón, junto con sus vecinos, organizó una marcha hasta las afueras de la Administración Zonal Calderón, ayer. Unas 40 personas se dieron cita.

Los barrios afectados son Puertas del Sol 2, England Garden, San Francisco del Norte, Carretas 145-C, Camino de los Eucaliptos y Jervis Camacho.

Allí reclamaban la presencia del alcalde para que “conozca y nos declare en emergencia”. Y alegaron que las intervenciones de las carteras municipales han sido ‘paliativas’, sin que se llegue a una solución integral.

• Malos olores: Los habitantes denuncian que luego de una fuerte lluvia se producen hedores, por las aguas servidas al fondo de la quebrada.
• Lluvias: El Instituto de Meteorología e Hidrología pronosticó lluvias para los próximos días, algo que preocupa a los habitantes, por ser esta una de las principales causas de erosión.

“El día viernes (3 de septiembre) que vino la lluvia, todo lo que dejaron haciendo los de la EPMAPS (Agua de Quito) se fue al agua”, dice Yolanda Echeverría, habitante de Puertas del Sol 2. Según ella, ha habido varias reparaciones, pero todas han sido destruidas por el temporal.

“La quebrada ha perdido 25 metros y ha llegado al límite de la propiedad” de la hermana de Francisco Quinteros, quien enfatiza que por miedo a que la casa se desplome con ellos dentro, han decidido abandonarla. La casa es ‘inhabitable’, debido a que existen grietas por las que entran dos dedos, y las tuberías que proveían el servicio de agua potable han colapsado por la pérdida de soporte del terreno.

“Todas las gestiones que nos han pedido las autoridades las hemos hecho año tras año y no hay respuesta”, reclama Teresa Navarrete, del Conjunto San Francisco del Norte, también afectado. Con esto coincide Lucía Illaquize: “Nosotros ya tenemos una ‘ruma’ de papeles de un metro de todos los acuerdos que nos ofrecen”.

Entre las soluciones propuestas está el embaulamiento, es decir la colocación de un ducto cajón que permita recoger las aguas servidas de los barrios aledaños para que no contaminen la quebrada, ni contribuyan a su erosión.

EXPRESO intentó obtener la versión de distintas carteras municipales, pero hasta el cierre de esta edición no pudieron responder a nuestro requerimiento de información.