Quito: Señalética y exceso de velocidad complican a la extensa Ruta Viva

La Ruta Viva es una de las vías que se ha tomado como referencia para ejemplificar cuán graves pueden llegar a ser los siniestros de tránsito en Quito. Incluso, es una de las avenidas que figuran en el listado de lugares en donde la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT) realizará los controles de velocidad por las constantes emergencias viales.

Carmen Moreno todavía recuerda el sonido de la bocina del camión que bajaba por el puente que une Cumbayá y Tumbaco de hace días. Cuando salió de su negocio de lavado de autos, ubicado a un costado de la vía, se encontró con una escena trágica. 

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Al menos diez vehículos pequeños colisionaron, también estaba el automotor que causó el siniestro de tránsito múltiple y que, por el impacto, se cruzó al otro carril.

Junto con una compañera ayudó a los heridos que estaban dentro de los autos. Se asustaron porque de algunos salía humo. En tres meses que tiene su negocio, ha sido testigo de dos siniestros graves. En el más reciente, el conductor del camión falleció y ocho personas resultaron afectadas.

Paúl Llulluna, de 25 años, también tiene una lavadora de autos en la Ruta Viva, en el sector de la Tola Grande. Recuerda que hace dos meses un camión se volcó en la vía. 

Comenta que muchos siniestros ocurren en el desvío hacia la av. Interoceánica. “No existe señalética que indique que hay una intersección. Los autos bajan rapidísimo y si otro se cruza para entrar al desvío, se chocan”, dice.

Siniestros más graves

Si bien la vía perimetral, que conecta a Quito con el valle de Tumbaco y el aeropuerto de Mariscal Sucre no es de alta siniestralidad como lo es la av. Simón Bolívar, Pamela Villacrés, coordinadora de control y vigilancia de la iniciativa Bloomberg Philanthropies, explica que debido a la alta velocidad en la que circulan los vehículos provoca que los siniestros sean más graves.

El límite de velocidad para esa avenida es de 90 km/h para vehículos livianos y motos, y 70 km/h para transporte público y pesado, sin embargo, Villacrés señala que en los operativos preventivos que realiza la AMT se detectaron conductores que iban hasta 165 km/h.

“En esta vía los siniestros son más graves que en otras, con más probabilidades de muerte por el exceso de velocidad”, recalca. Agrega que la rapidez con la que van los conductores también impide que puedan maniobrar y la dificultad aumenta si se trata de un vehículo pesado.

Pavimento y señalización

Para César Arias, experto en movilidad, además del exceso de velocidad, otro de los problemas que se evidencia es el mal estado del pavimento, que puede provocar desperfectos en los autos y ocasionar siniestros. Asimismo, menciona que la señalización es deficiente y considera que se debe incorporar a lo largo de la vía, por ejemplo, una señal de prohibición para que los autos pesados utilicen el carril izquierdo.

A criterio del especialista, la colocación de más radares contribuiría a mantener una velocidad más estable, dentro de los límites razonables. En la Ruta Viva, según la AMT, existen cuatro radares fijos que no emiten sanciones.

Barreras de plástico

A lo largo de la vía también se han colocado barreras de plástico de color naranja (jerseys) que tienen como objetivo delimitar carriles en autopistas de alta velocidad. En la zona donde está el negocio de Carmen Moreno hay varios de estos elementos que están derribados en el piso. “No creo que se den cuenta, pero hay conductores que se impactan ahí y quedan destruidos. Luego nadie los recoge ”, afirma.

Villacrés señala que si esas barreras se colocan de manera antitécnica, en lugar de evitar siniestros, ocurre lo contrario. Por ello es necesario que se ubiquen en ángulos amplios y que permitan al vehículo incorporarse a otro carril. También recomienda socialización de cualquier tipo de medida con los conductores para que estén prevenidos.

Tanto Arias como Villacrés coinciden en que faltan más controles en las vías perimetrales, para disuadir que conduzcan a exceso de velocidad.

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