Quito

Skaters Quito
Acróbatas del centro. En el bulevar de la avenida 24 de Mayo, los skaters practican trucos.Foto: Gustavo Guamán / Expreso

Quito: Skaters, carishinas en bici y un pez enganchan a jóvenes

Durante todo el año, pero más en vacaciones, las tribus urbanas se apropian de Quito para enseñar

En Quito hay quienes vuelan sin alas, a veces sufren esguinces de tobillo, pero no abandonan sus patinetas y menos a su grupo de skaters. Otros, como Galo Yépez, viven como peces en el agua, enseñando a nadar a legiones. Mientras las Carishinas en Bici se vuelven hadas madrinas y dan el poder de pedalear a quien las busca.

Todos los meses del año estos colectivos están activos. Pero, desde los últimos días de junio hasta fines de agosto, en medio de las vacaciones estudiantiles, ensanchan sus filas.

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En la capital, como en toda la Sierra y Amazonía, hasta septiembre, los días se vuelven más largos para niños y adolescentes, que terminaron el ciclo de clases. Quienes pueden se vuelcan a una variedad de actividades.

El martes pasado, sobre las 15:00, Renato Chima, de 35 años, era el adulto responsable, a quien más de 15 niños le decían: “Míreme profe”. “Me dolió profe”. “Lo logré, profe”. Uno de ellos era Pool, de 11 años, que sudaba luego de haber conseguido un truco, que consistía en darle la vuelta a la tabla y ubicarse sobre esta.

Inti Raymi

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Como si fueran pájaros revoloteando, los niños practican en el bulevar de la avenida 24 de Mayo. En ese sector, Chima, licenciado en pedagogía, les enseña a patinar en el parque Urbano Cumandá (centro). También hay adolescentes y jóvenes como Anthony Toaquiza, quien estudia comunicación.

Con su grupo de amigos han dado clases en el barrio San Martín de Porres, en el sur. Planean ir al sector Martha Bucaram y quedarse seis meses, como parte de un proyecto, que harán con apoyo del Ministerio de Cultura. Les falta tablas; el Municipio suele prestárselas.

En las bancas de la 24 de Mayo hay hombres a quienes seguramente Eugenio Espejo (en monumento) ha llegado a conocer, al verlos a diario. Empinan botellas de licor, ríen a carcajadas, miran atentos a quien contesta un celular.

Los skaters están en grupo y parecen no temerles. “Nos dicen vagos. No saben que yo empiezo a patinar luego de salir de mi trabajo como supervisor en un restaurante de comida rápida”, se queja Diego Castañeda, de 24 años. Se volvió skater hace unos dos años, aunque soñaba con ello desde los 15.

“No tenía dinero para comprar una patineta. Así que salí a un parque de Carapungo para aprender por mi cuenta, apenas pude acceder a una tabla”. Alexis Goachamín, de 18 años, es su vecino y compañero en las tardes y noches de rodadas.

“Es un deporte pesado, extremo; el único secreto es practicar, caerte y levantarte”, afirma. En una ocasión estaba ‘bombeando’ y de repente se resbaló la tabla y cayó a una distancia de dos metros, recuerda. Se quedó sin respiración, pero la adrenalina gana. “Estuve en el suelo unos 10 minutos”, cuenta y todos nos reímos, pensábamos que no se levantó.

Clases de natación sin límite de edad

En otro punto de la ciudad, en el norte, en Cotocollao, se ubica la piscina, en donde el reconocido deportista Galo Yépez enseña a nadar a niños, adolescentes y adultos, desde los 6 hasta los 100 años.

El 27 de diciembre, Yépez cumplirá 69 años y aún es nadador activo, participa en los campeonatos máster de natación de Pichincha. No ha dejado de nadar en aguas abiertas y hace una semana estuvo en el lago San Pablo con sus alumnos.

Natación Quito
Galo Yépez tiene su escuela de natación, en Cotocollao. En 10 sesiones de una hora asegura que se puede aprender técnicas de supervivencia en el agua.Foto: Ángelo Chamba

Su orgullo es haber cruzado el Canal de la Mancha, entre Francia e Inglaterra, en el Atlántico. Lo hizo en 1997, a 13 grados centígrados, como la de la piscina de El Sena, en La Recoleta, en donde empezó a los 8 años.

“Me siento mejor en el agua que afuera”, dice. En las locuras que ha emprendido. al nadar en San Pablo, Mojanda, Cuicocha, los mares de Esmeraldas, en Ecuador; el río Paraná, en Argentina y el océano Pacífico, calcula, debe haber completado la vuelta al mundo dos veces.

“Son miles y miles de kilómetros en entrenamiento, no he parado en 60 años”, señala, en el descanso de una de las clases permanentes. Desde el lunes empezarán los cursos vacacionales, a partir de las 08:00. Y ahí se lo verá dentro de la piscina.

El deportista experimentado garantiza el aprendizaje en 10 clases de una hora, a mayores de 6 años. Les enseña supervivencia: deben ser independientes y autónomos en el agua, flotar, nadar como perrito, trasladarse de un extremo a otro, o mover brazos y piernas hasta que alguien lo salve. Su eslogan es “la natación, un seguro de vida”.

Además de los vacacionales, todo el año funciona la escuela permanente de natación. Cree que los deportes son básicos para forjar disciplina y carácter.

Hadas madrinas en bicicleta

En la ciudad, también cientos de niños, niñas, mujeres y hombres han aprendido a conducir bicicleta, incluso en el tráfico, gracias a Carishinas en Bici.

Hace 14 años, la estadounidense Charlotte Fagan organizó la Jesús del Gran Pedal y se le ocurrió que hacía falta tender una mano a quienes no sabían pedalear. Así nacieron las Carishinas en Bici.

Erika Tinajero se emociona al contar cómo funciona el programa Hadas Madrinas en Bici, que dura seis meses. Cada carishina tiene una ahijada, con la que empieza desde cero si es necesario. Han tenido niñas y mujeres de hasta 75 años. Ella recuerda a Sandy, a quien le dio la seguridad para pedalear con su bebé. Pasaba por una crisis personal y su acompañante recorría con ella su camino de ida y regreso a casa.

Ciclismo urbano
Ciclismo urbano. Erika Tinajero y su hija Malena son Carishinas en Bici.Foto: Ángelo Chamba

También hay clases permanentes. Ofrecen tres niveles: aprendiz, intermedio y moverte en bici por la ciudad con tranquilidad. Cada nivel tiene cinco sesiones de una hora y media. Se acomodan al horario del o la interesada. No creen que aprender a conducir bicicleta deba ser una tortura. Su hija Malena, de 13, se crió en bici. La adolescente ya organizó una cicletada para niñas, en Quito, por el Día de la Mujer.

Las actividades

Carishinas

Se las puede ubicar en sus redes sociales. Previo acuerdo sobre el horario, van a la dirección que les pidan. Las clases tienen costo.

Acrobacias

Los skaters de Struck Organization están en Instagram. Piden apoyo para conseguir patinetas que los niños puedan usar. También zapatos.

En piscina

Los cursos de natación son para toda edad, pero quienes tienen más años requieren de paciencia porque desarrollan cierto temor al agua.

En vacaciones, los chicos deben descansar

Claudia Bravo, coordinadora de educación inicial en la PUCE, dice que se debe garantizar a los niños y adolescentes un período de descanso, en el que incluso puedan sentir aburrimiento. Entiende a las madres y a los padres que buscan varios vacacionales, ya que no tienen quién se encargue de sus hijos. Pero afirma que los chicos no son incansables y requieren desconectarse

La neurociencia señala que el aburrimiento ayuda a ser creativos, a inventar y a bajar niveles de exceso de actividades. Los campamentos vacacionales son espacios en donde se pueden descubrir habilidades que no se sabía que se tenía. Insiste en que los chicos deben escoger actividades y aprender a interactuar. 

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