La solidaridad en Navidad se activa con diversas iniciativas en Quito
Surgen propuestas para ayudar a quienes más lo necesitan. Algunas nacen de retos virales en redes sociales
No todo lo que se viraliza en redes sociales es negativo y hay acciones que sin duda se pueden replicar. Un ejemplo de ello lo muestra Cristina Carvaca, una joven de 27 años.
Mientras revisaba su cuenta de TikTok vio un video con la leyenda ‘batallón del amor’. Se trata de una tendencia en la que un grupo de personas se reúnen y, en fila, compran toda la mercadería de un vendedor de la calle. “Vi que lo hicieron en Ambato y Baños y me pareció que en Quito también podíamos ayudar”, comenta.
Le invitamos a leer: Chefs, deportistas y guardias de seguridad: los ‘looks’ de Jesús se modernizan
Tumbaco quiere subir devengación de fondos
Leer másDesconociendo si la propuesta iba a ser acogida, decidió extender la invitación en la red social. Más de 40 personas se mostraron interesadas. Carvaca vive en Sangolquí y antes del ‘trend’ identificó a quienes más necesitan la ayuda, seleccionando a nueve adultos mayores que ofertaban choclo, fréjol, papas.
El domingo 22 de diciembre, 20 personas se sumaron al ‘batallón’ que se ubicó en los exteriores de la iglesia de Sangolquí. Karina Erazo fue una de ellas. Además de comprar toda la mercadería de Blanca, también le ayudó a poner en las fundas las papas chauchas. “La idea es que vendan pronto sus productos y de alguna manera darles un alivio”, explica.
Carvaca señala que la iniciativa tuvo una buena acogida y está pensando hacerla no solo por Navidad, sino una vez al mes, con la misma dinámica, pero apoyando a madres solteras y, más adelante, a pequeños emprendedores.
El ‘batallón del amor’ es solo una muestra de lo que se puede lograr en esta época, en la que se despierta el espíritu solidario.
Campaña del Municipio
Desde el Municipio, a través del Patronato San José, se activó la campaña ‘Dona con corazón’, con la meta de entregar canastas de alimentos a 50.000 personas y familias en situación de pobreza. Al menos 5.000 de ellas se lograron reunir con los productos que donaron los asistentes a grandes festivales como el Quitofest.
Para armar los kits, decenas de voluntarios se agolparon en el centro de acopio del parque Bicentenario, en el norte de la ciudad. Emmy Chillagana, de 19 años, llegó el jueves 19 de diciembre al sitio para ayudar a colocar los alimentos en las bolsas. Su motivación: ayudar a personas en situación de vulnerabilidad y conocer otras realidades. “El trabajo es gratificante, es un aporte pequeño, pero todo suma y es lo más importante”.
Cristian Bermeo, docente de Itecsur, señala que 60 estudiantes de Tecnología en Emergencias Médicas se unieron al Patronato para armar los kits. “Es importante fomentar el espíritu altruista que conlleva su profesión. Ellos van a salvar vidas y estas iniciativas son vitales”, dice. En la parte logística también colaboraron docentes de la UTE y boy scouts.
Diego Castañeda, jefe de diseños de proyectos de la Dirección de Iniciativas Ciudadanas, menciona que buena parte de las donaciones llegaron de la ciudadanía, y otro gran número de la empresa privada. Pero la meta es ambiciosa y para alcanzar el objetivo todavía falta. Por ello, hasta el 31 de diciembre las personas pueden dejar sus aportes, como alimentos no perecibles y artículos de aseo personal, en los puntos de recolección que se habilitaron en varios centros comerciales de la capital.
En esta época navideña, empresas privadas no solo hacen donaciones, sino que trabajan directamente con fundaciones que atienden a grupos vulnerables.
Ayuda de empresas privadas
Este año, 36 menores que son parte de la Fundación Hogar para sus Niños fueron apadrinados por trabajadores de una compañía privada.
Desde hace más de dos décadas, la fundación acoge a infantes de cero a cinco años en situación de riesgo o abandono.
Gabriela Carrillo, responsable de recursos humanos de la empresa, explica que a 36 colaboradores se les entregó el nombre, la edad y el género del menor al que debían apadrinar. Posteriormente una delegación fue a la fundación, en el norte de Quito, y compartió con los pequeños.
Sofía Coronel, coordinadora de la fundación, recuerda que esa empresa los apoya desde hace tres años. “Su contribución y ayuda ha sido fundamental, nuestros niños los esperan con mucha ilusión”, afirma.
Y si bien la crisis que enfrentó el país este año ha mermado las donaciones que recibían de distintos sectores, Coronel resalta el espíritu solidario de empresas y personas que, de una u otra forman, no dejan morir su causa.
¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!