Un SOS para Quito, que está afectado por el vandalismo
Murales, esculturas y paredes están cubiertas de rayones. Durante el 2023 10 personas han sido sancionadas.
Son pocos rincones de la ciudad que se libran del grafiti vandálico. Solo basta recorrerla para observar los garabatos de distintas formas, colores y tamaños sobre cualquier estructura, sea pública o privada.
Estos actos violentos, que se queda en la retina de las personas y genera un impacto negativo, es lo que se conoce como contaminación visual. Además de causar ansiedad y estrés, provoca un sentimiento de inseguridad e impotencia.
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Quito fue galardonada, por octava ocasión, como destino líder en Sudamérica. Sin embargo, para los ciudadanos estos rayones son un acto vergonzoso que opaca estos reconocimientos. Turistas transitan por diferentes puntos de la capital y se encuentran con murales, esculturas y paredes rayadas, cubiertas de pintura y con firmas que no tienen ningún sentido.
Así lo afirma Rafaela Quijije, quien vive al norte de la ciudad, “vemos todos los barrios llenos de grafitis sin sentido, firmas que dañan las fachadas de las casas, además que lo hacen sin autorización de los propietarios que tienen que pintar sus hogares por este tipo de rayones y lo peor de todo es que vuelve otra persona y raya nuevamente”.
Para Quijije se deben intensificar los controles para evitar que las personas dañen las fachadas y lugares turísticos.
Actualmente, existe una multa y sanción establecida en el Código Orgánico Integral Penal (COIP) en el Art.325 y por el Municipio de Quito por ‘grafitear’ bienes privados y de la ciudad, es decir, pintar paredes sin autorización. La multa corresponde al 50 % de una Remuneración Básica Unificada (RBU) es decir, 225 dólares.
Según la Agencia Metropolitana de Control (AMC), de enero a noviembre del 2023 han iniciado diez procesos sancionatorios. Esta cifra es menor a diferencia del 2022 que fueron 14 personas.
Aunque la cifra es menor, para la ciudadanía es preocupante ver la imagen que transmite la capital. Para Patricia Gordon, representante del Mercado Central, es lamentable observar cómo su mercado y su sitio de trabajo se ve afectado por este tipo de vandalismo.
A los clientes les causa temor llegar al mercado, piensan que los ladrones también ingresan al mercado y no es así. Aquí les brindamos seguridad y buen ambiente.
La fachada que hace dos años fue pintada ahora está cubierta de frases en contra del Gobierno, firmas de agrupaciones y dibujos.
Esta situación genera un impacto negativo en los turistas y capitalinos que visitan estos sitios por su oferta gastronómica y esto se replica en otros centros de abastos de la ciudad.
Según la Agencia de Coordinación Distrital del Comercio, se va a destinar 370 mil dólares para el mantenimiento de fachadas en los mercados de Quito.
En avenidas como la 10 de Agosto, Teniente Hugo Ortiz, entre el redondel de El Calzado y la calle Balzar, casi la totalidad de paredes, numerosas puertas enrollables, los letreros y estructuras de las estaciones del Trole están llenas de rayones.
En algunos casos, los grafitis se ven incluso en el segundo piso de las casas. La mayoría son vandálicos. Muy pocos tienen concepto artístico.
El panorama es similar en La Floresta, en el centro norte, donde cada vez hay más murales hechos por personas que se dedican al grafiti artístico. Pero el vandalismo es recurrente en calles como la Madrid, Coruña, Mallorca, Francisco Salazar, Lugo, entre otras.
En sectores como La Carolina, La Mariscal el escenario es desalentador. Para los turistas es casi imposible tomarse una fotografía. Las esculturas en su mayoría están dañadas, con garabatos o insultos.
Esto da un aspecto de falta de cultura en la ciudad, falta de educación. En otras zonas da un aspecto de inseguridad, descuido e incluso abandono de las autoridades. “Yo creo que todos queremos vivir en espacios seguros”, menciona Gabriel Quiroga, morador de La Floresta.
Hace tres años hicieron un mural de una niña en este sector pero al poco tiempo lo dañaron. No se les puede decir nada por miedo a las represalias, que no cesan.
La ciudadanía pide a las autoridades que realicen campañas de socialización para evitar este tipo de actos. “Es importante que las autoridades trabajen con los estudiantes y ciudadanía para pintar la ciudad con bonitos paisajes, además que exista un control en cada barrio y lugar turístico”, menciona Rosana Aguilar.
La autoridad identificó que los rayones ocurren especialmente donde existen habitantes de calle, pasos a desnivel, horarios nocturnos y cuando hay marchas políticas y manifestaciones sociales.
Según una encuesta efectuada por el INEC, el 67,01% de las personas que viven en Quito percibe problemas ambientales en su barrio, relacionados con contaminación visual.
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