Tres puntos críticos para el alcantarillado de la capital

Los aguaceros en la capital han dejado su huella, sobre todo en el sistema de alcantarillado de la urbe, que se ha visto incapaz de procesar las inundaciones registradas en las últimas tres semanas.

Tres puntos son críticos: Carcelén y La Ofelia, en el norte, y La Ferroviaria, en el sur.

Los puntos, indicó Luis Collaguazo, gerente de operaciones de la Empresa de Agua Potable y Alcantarillado (Epmaps), ya fueron identificados y se tiene previsto una intervención para incrementar la capacidad de los colectores.

“El último evento fuerte se dio porque la cantidad de lluvia fue inusual y desbordó la capacidad”, explicó el funcionario.

Ese día, del pasado jueves 25 de marzo, fue necesario cerrar el paso en la calle 11 y Diego de Vásquez, en La Ofelia, y en la intersección de la avenida Diego de Vásquez y Antonio Castillo, en Carcelén.

Pero para los moradores las explicaciones de la Epmaps, son solo excusas, pues aseguran que no es un caso aislado.

“Siempre hemos tenido este problema. Si no se inunda la calle, sale agua por los inodoros”, lamentó Marcia Gómez, moradora de la calle 11.

Según la vecina, la acumulación constante de agua ha hecho que el asfalto se deteriore más rápido. “Los carros se golpean, tienen que desviarse y el perjudicado es el peatón”, agregó. El agua sucia ha llegado a sobrepasar el metro de altura dentro de su casa, por lo que varios electrodomésticos se han dañado. “Eso no hay quien nos pague”, dijo.

En Carcelén, donde también colapsaron las alcantarillas, los residentes esperan una solución integral, pues además deben lidiar con los huecos que dejaron los trabajos de instalación del sistema de agua potable en la calle Antonio Castillo.

“Van meses y parece que en lugar de mejorar retrocedimos”, comentó Ramiro Sánchez, morador de la zona.

Collaguazo informó que sí se han tomado acciones, pero que no son soluciones definitivas. “Buscamos prevenir estos eventos. Hemos conseguido mitigarlos”.

La entidad, hasta el momento, ha realizado el mantenimiento de las captaciones en 36 de las 133 quebradas en la ciudad. Las obras son importantes para retener el agua lluvia y evitar inundaciones.

Pero existe otra realidad innegable y es que, en ciertos puntos de la ciudad, entre ellos los tres más críticos, el sistema de tuberías supera los cuarenta años de antigüedad. El deterioro de este y el alto crecimiento poblacional son un factor decisivo para los daños.

“El costo para reemplazar o ampliar el sistema de tuberías es alto, sobre todo en una ciudad que continúa creciendo”, señaló el ingeniero y catedrático Miguel Cevallos.

La Epmaps invierte un promedio de $ 700.000 en el mantenimiento de la red, que consiste en la limpieza de sumideros, reposición de accesorios y arreglos por hundimiento y rotura de tuberías. Pero los moradores piden soluciones integrales y a largo plazo.

Así lo indicó Francisco Oña, residente de La Ferroviaria, donde el agua convierte la calle Gualberto Pérez en un río.

“Desde hace 25 años pasa esto, se destapa la alcantarilla porque no abastece”, aseguró.

Según Collaguazo, este es otro de los proyectos que prevén realizar próximamente, pero aclaró que también es necesaria la colaboración ciudadana de no arrojar basura en los sumideros.