Tumbaco: Tensión en Churoloma por planta de tratamiento de aguas residuales
Según los vecinos, nueve viviendas se verían afectadas. Esta zona es considerada el pulmón de Tumbaco
El Municipio de Quito anunció un ambicioso proyecto para descontaminar los ríos de la ciudad mediante la construcción de 23 Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR). La primera de estas plantas, la PTAR Tumbaco, está planificada para levantarse en el sector de San Francisco de Churoloma, en Tumbaco, a partir de 2026. Sin embargo, el anuncio ha generado preocupación y rechazo entre los moradores de la zona.
Washington Coyago, presidente del barrio San Francisco de Churoloma, critica la falta de socialización del proyecto. “Hemos pedido mesas técnicas para analizar los pros y contras. No se puede imponer un proyecto sin considerar a la comunidad”, sostiene.
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Leer másCoyago también expresa su preocupación por el crecimiento desordenado de la parroquia y el impacto de los proyectos inmobiliarios en las áreas verdes. “En Collaquí, las construcciones avanzan rápidamente y desde San Francisco de Churoloma vemos cómo el cemento se va tomando las áreas naturales”.
Según Coyago, el terreno donde se pretende construir la PTAR abarca aproximadamente siete hectáreas y la zona fue declarada protegida, pero se cambió el uso de suelo para autorizar la obra. Además, menciona que al menos nueve familias se verán afectadas directamente, y que especies como el picaflor y el pájaro carpintero podrían estar en peligro debido a dicha construcción.
Por su parte, Alba Goyes, una residente de Churoloma, comparte su temor ante la posible pérdida de su propiedad. “Llegamos aquí en 2020 buscando tranquilidad y aire puro. Ahora no sabemos si perderemos nuestra tierra o si nos desalojarán”. Goyes también cuestiona el impacto ambiental del proyecto, señalando que el sector es un “pulmón verde” de Tumbaco que podría ser dañado de manera irreversible.
Viviana Muñoz, gerente de Ambiente de la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable de Quito (Epmaps), defiende el proyecto afirmando que la PTAR tratará el 100 % de las aguas residuales de Tumbaco y Cumbayá, evitando que estas contaminen los ríos.
Explica que las plantas de tratamiento son una infraestructura nueva para la ciudad y por eso genera temor en la población. Sin embargo, afirma que con la estrategia de descontaminar los ríos y esta zona, los biosólidos generados podrán reutilizarse como abono, además de que el agua tratada podría destinarse al riego. “Estamos trabajando en un proceso de sensibilización para desmitificar que estas plantas son negativas. Al contrario, mejoran la calidad de vida y conservan el recurso hídrico”.
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Leer másMuñoz también destaca que el plan incluye la construcción de cuatro grandes plantas: PTAR Quito (sur y parte del centro), PTAR Calderón (norte), PTAR Monjas y PTAR Tumbaco, además de otras 19 en zonas rurales. La inversión total del proyecto asciende a $ 900 millones, de los cuales $ 75 millones están destinados específicamente a Tumbaco. El financiamiento proviene del Banco de América Latina para el Desarrollo.
Avances en los trabajos
Verónica Sánchez, gerente de Epmaps, explica que una vez que estén completados los estudios, se requerirá aproximadamente un año para obtener la licencia ambiental y de ahí se realizará la contratación de la obra, mientas que el inicio de la construcción estaría programada para 2025. Mientras tanto, el Municipio ya ha realizado avances significativos en infraestructura relacionada, como el interceptor (tuberías) en la avenida Intervalles y redes de alcantarillado en varias calles de la zona.
El plan de descontaminación forma parte de la estrategia Verde Azul, que busca devolver la vida a 136 quebradas y 19 ríos contaminados.
Construcción de otras plantas de tratamiento
Cecilia Pacheco, exsecretaria de Ambiente, advierte que la planta de tratamiento de Tumbaco no es el único proyecto que podría representar un riesgo para el medio ambiente. En el sector de Checa, en el valle de Uravía, la Epmaps también planea construir una estructura en una zona caracterizada por la presencia de un humedal y un ecosistema frágil, además de hallazgos arqueológicos de gran valor.
No obstante, surge la interrogante de por qué se decidió construir la planta en el valle de Uravía, cuando los estudios técnicos recomiendan ubicarla en la parte superior del valle, específicamente en la planicie de Checa con vista al valle.
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