Una urbe distópica al filo del colapso
Efraín Villacís lanza ‘Ciudad Jenga’. La obra lleva al lector a una ciudad de delirio y violencia, donde la sed de poder contamina todo
“Fugaz le atravesó la bala al muchacho, como disparada por McAvoy en ‘Wanted’ (...) el balazo debió pasar largo, venido del cenit, rayo caído de la tormenta que arreciaba con el cielo azul tiznándose por el humo de las llantas quemadas en las calles alrededor del campus de la Casa de la Cultura”.
En una revuelta incómodamente parecida a las que vivió América Latina en 2019, arranca ‘Ciudad Jenga’, novela del escritor quiteño Efraín Villacís.
La ciudad estado en la que acontece la historia está liderada por ‘Piernas Locas’, un presidente populista, que se debate entre la conciliación y el ataque, un gabinete enfrascado en las cloacas del poder y un protagonista sin nombre que, tras una primera experiencia en las protestas, pasa el resto del tiempo enfermo, encerrado en casa, viendo a través de las noticias la debacle en las calles.
Como es habitual en la ficción, la novela toma el horror de la realidad, en este caso, las protestas de octubre de 2019, como lo explica el autor.
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Leer más“Salí durante las protestas a ver qué ocurría en las calles, y veía que mientras esto pasaba en Quito, también ocurría en Bogotá, en Santiago, en La Paz. Algo pasaba en Los Andes y decidí ficcionalizarlo, pero al revés, y sin buenos ni malos, sino entre dos grupos contendientes, que en este caso es la gente que sostiene a un Estado y la ciudadanía urbana, pero cuya lucha no termina resolviendo nada”, explicó.
Este añade que, con el pretexto de contar esta historia, decidió explorar el caos y la paralización sin la necesidad de que los bandos definan una moralidad del conflicto o un ganador.
“Es un juego desde el cinismo que no busca culpables, y que se presta para el embrollo y la revuelta y a la vez para el control del engranaje estatal, porque finalmente todos son culpables y cómplices de ese sistema que repelen”, expresó.
Villacís acepta que, para la construcción del gabinete de Piernas Locas, y para este personaje, se basó en políticos contemporáneos.
“Hay lectores que me han preguntado si me basé en el actual presidente para este personaje y no necesariamente. Piernas Locas, si bien es una ironía mordaz del actual presidente, puede ser cualquier mandatario populista de América Latina, y bien podía ser, en ese momento, el de Perú o Brasil; un tipo que llegó de casualidad a un puesto y cuya miopía no lo deja ver lo que sucede”, señaló.
Este indica que la parte más compleja de la construcción de esta obra, que tardó dos meses en escribirse, fue hallar la voz del protagonista, pues buscaba un tono cuyo fin no fuera pontificar sobre los sucesos.
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Leer más“Quería una voz, que no fuera totalmente omnisciente, pero sí que mirara desde afuera los acontecimientos, aunque tuviera cierta culpa de lo que sucede”, señaló.
El escritor agrega que tampoco buscaba que ‘Ciudad Jenga’ tuviera un cierre definitivo, ni una resolución. “Mi editor me dijo que parecía que la novela aún no terminara en el punto que la dejé, y justo por eso decidí dejarla ahí, para que sea el lector el que le dé una continuidad si es que acaso lo amerita y se pueda siquiera”.
La novela puede encontrarse a nivel nacional en Librería Española, y en Quito en las librerías independientes Rayuela, El Conde Mosca y Tres Gatos.
El autor indica que al momento se encuentra trabajando en dos nuevos proyectos, uno que está en proceso de corrección y otro en busca de editor. “Soy de esas personas que escribe mucho y publica poco. Me gustaría que estas nuevas obras salgan el próximo año, pero hay que ver qué depara el camino”.