Usuarios y colectivos critican la suspensión de bicicleta pública en Quito

Mientras el Municipio promociona una iniciativa de vehículos eléctricos, por otro lado suspendió el servicio de bicicleta pública, que no volverá sino hasta el 2025.

Promesas del alcalde Pabel Muñoz  a inicio de gestión

Usuarios y colectivos de ciclistas han reclamado la decisión, como por ejemplo Ciclismo Nacional Ecuador. La organización posteó un video del alcalde Pabel Muñoz en el que ofrecía, al inicio de su gestión, analizar propuestas de movilidad segura e implementarlas.

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De eso pasó más de un año, pero el 12 de julio pasado el servicio se cerró. Luego de suspenderlo, Muñoz apareció en un video en el que criticó el contrato. Dijo que se tomarían un tiempo para “formular un sistema” que tenga oferta pública y privada.

Las explicaciones a estas alturas no son suficientes para biciactivistas como Laura Villacís. “La intermitencia del servicio de bicicleta pública de Quito no es más que el reflejo de cómo las anteriores administraciones no dieron continuidad de una manera seria, eficiente y que satisfaga las necesidades de la ciudadanía”, asegura.

La bicicleta pública como sistema de movilidad sostenible 

El tema también preocupa a Diego Puente Corral, de Ciclópolis y fundador del Ciclopaseo de Quito. Según él, “la debacle del sistema de bicicleta pública, si bien se arrastra desde finales de la época de Rodas, no exime de responsabilidad a los funcionarios que han cooptado el espacio público institucional para la movilidad sostenible".

Para el activista, "desde el lado municipal, es evidente que los actuales responsables carecen de las habilidades de gestión y resultados para anticipar los escenarios, mucho menos para planificar a mediano y largo plazo, políticas, planes y proyectos que trasciendan y fortalezcan la movilidad activa y sostenible”, manifestó.

Nuevo servicio para 2025

Mientras Muñoz anunció que el próximo año se contará con un nuevo sistema, Puente se muestra escéptico. Considera que el plan todavía no existe. “Mi impresión es que el Municipio se ha esforzado en ahuyentar a actores con la experiencia, en lugar de tender los puentes por fuera de sus círculos de intimidad. Ese ostracismo (o sectarismo) es el que le pasa factura a la ciudad”.

Puente recuerda que la idea de incluir al sector privado en el sistema de bicicleta pública de Quito no es nueva, pues los colectivos lo han propuesto por años al Municipio, con el fin de abrir facilidades al servicio de bicicleta compartida, mediante la implementación de aplicaciones móviles. Pero según su relato, ni la Epmmop ni la Secretaría de Movilidad han dado cabida. “Quizás es un buen momento para desempolvarlas”, acotó.

De mirada al futuro, la activista Villacís cree que para promover una cultura de movilidad sostenible es importante que la gente aprenda sobre la pirámide de movilidad invertida para que se respete y cuide a los usuarios viales más vulnerables: peatones y ciclistas. 

“No por tener el vehículo más grande, tenemos más derechos. Esa concienciación se logra con la presencia en las calles y es por eso que un servicio de bicicleta pública eficiente, integral y accesible es tan importante para la ciudad”.

Por su parte, Puente considera que para que esa cultura se instaure en la ciudad se debe “desterrar la política de la cancelación del quehacer municipal. Abrirse a escuchar, considerar y aplicar las propuestas de personas y organizaciones expertas que han generado buenos resultados en el pasado, y que han sido vetadas en una especie de canibalismo social. Ni al Municipio ni a la sociedad le sirven los sectarismos en la gestión pública”.

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