Ventas versus seguridad, dilema de restaurantes

“Es increíble el poco criterio que tienen ciertas personas que incluso dicen ser profesionales pero aplauden una reactivación económica sin orden”, publicó molesta la semana pasada en su cuenta de Twitter la supervisora de Control del Distrito Metropolitano, Gabriela Obando.

Horas antes se había anunciado la aprobación de un acuerdo interministerial que derogaba el artículo que prohibía la venta de bebidas alcohólicas los domingos.

La medida debía beneficiar a los locales regulados por el Ministerio de Turismo, entre ellos restaurantes y hoteles, que han visto pérdidas millonarias y el cierre de 40 % de locales producto de las restricciones producto de la pandemia.

Sin embargo, Obando señaló que el índice de fiestas clandestinas y libadores callejeros no había hecho más que aumentar tras el cese de la prohibición de movilidad los fines de semana. “A las pruebas me remito, indicó”. Y efectivamente así fue. Según los datos del fin de semana, en el distrito se reportaron más de una veintena de eventos masivos, entre ellos una fiesta con más de mil personas, conciertos, espectáculos en galleras y la apertura de bares y night clubs.

“Este fue uno de los fines de semana más complicados respecto a la indisciplina de la ciudadanía (...) Quito debe tener reactivación económica segura sostenible a largo plazo”, dijo.

Y no todo es clandestino. Obando agregó que desde el año pasado, la entidad ha iniciado 3.840 procesos sancionadores contra locales por laborar sin contar con la licencia metropolitana única para el ejercicio de actividades económicas (LUAE), o presentar inconsistencias en la misma.

Sin embargo, pese a las críticas, la derogación de la prohibición sí dio resultados positivos en las ventas de los restaurantes de la capital.

Así lo explicó Diego Vivero, vocero de la Agremiación de Restaurantes de Pichincha (Agrepi), quien indicó que, de manera preliminar, el gremio reportó un repunte de cerca de un 15 % en sus ventas el fin de semana. “Era un tema de decisión política que las anteriores administraciones se rehusaban a tocar. Se trata de una medida pequeña y controlada que ya da respuestas inmediatas”.

Añadió que, frente a la afectación económica y el temor al contagio, los 500 miembros de Agrepi tienen claro que la reactivación será lenta, pero son optimistas. Por lo pronto, habrá una reunión entre los propietarios de restaurantes y el Estado para emplear nuevas opciones para la reactivación. “Hemos pedido una revisión de temas tributarios y de incentivos que necesitamos para reactivarnos”, estableció.

Apuesta por la calidad

La Cámara de Comercio de Quito y el Cabildo lanzaron la campaña ‘Yo cumplo con Quito’, que reconoce a los locales formales que acatan la normativa metropolitana y los protocolos de bioseguridad. Entre estos está el cumplimiento de distanciamiento social de al menos dos metros entre usuarios y entre mesas, la limpieza adecuada del establecimiento, la toma de temperatura, entre otros.

El fin de la campaña es destacar estos aspectos para que los usuarios se sientan seguros y acudan.