La ciudad de Quito no tiene dueños
Los territorios de lo que hoy es la capital fueron repartidos entre los fundadores el 6 de diciembre de 1534. Luego la ciudad fue creciendo con las haciendas
Desde que se hizo viral un vídeo en el que Rosario Granados reclama ser la heredera de Quito o de al menos gran parte de ella. Las inquietudes sobre la historia de la ciudad han surgido en los quiteños.
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Leer másEsta mujer, de edad avanzada, dice ser la nieta del Marqués de Barbacoas y ser descendiente de Mariana Carcelén, la marquesa de Solanda, quien supuestamente poseía el territorio quiteño hasta Tambillo, en el cantón Mejía.
Y en el aniversario 212 del Primer Grito de Independencia, gestado en la ciudad, EXPRESO ha indagado si en efecto hubo o hay ‘dueños’ de este territorio.
Patricio Guerra, cronista de Quito, niega que haya alguna categoría así, pues si bien existieron familias que monopolizaron las tierras, la capital no fue un territorio homogéneo.
En esto coincide el historiador Enrique Ayala Mora, quien además explica que Quito ya existía incluso antes de la ocupación inca. “Era un pequeño pueblito y fueron ellos los que lo hicieron crecer”, agrega.
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Leer másEl 6 de diciembre de 1534, los colonos españoles firman el acta de fundación de la ciudad y en ella se hicieron las primeras reparticiones. Los conquistadores y las órdenes religiosas fueron las mayores beneficiadas. “Se concibió la ciudad desde lo que hoy es el Centro Histórico y los más notables estaban cerca”, relata Patricio Guerra.
Desde allí se explica que el territorio se repartió desde el principio, según los expertos.
La iglesia, según Patricio Guerra, fue una de las mayores tenedoras del territorio quiteño. Pues al ser un ente fundamental en la conquista española les fueron asignados grandes recursos.
Es así que la orden de los mercedarios aún conserva una gran cuadra en el Centro Histórico, entre las calles Cuenca, Chile, Mejía e Imbabura, donde funcionan un colegio, el convento y la iglesia.
Las tierras les fueron arrebatadas a los indígenas. Se implementó el sistema español cuando acá ya estaba habitado. Ni siquiera en la época inca había un solo dueño
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Leer más“Su propiedad llegaba incluso hasta El Placer, pero se fueron vendiendo los terrenos”, comenta Rina Artieda, representante de la Cofradía de los Duendes, colectivo dedicado a la investigación y socialización de la historia quiteña.
Así también, los franciscanos que aún poseen un gran terreno ubicado en las calles Cuenca, Bolívar e Imbabura. Cuadras casi perfectas. “El trazado de Quito era en forma de damero (tablero de un juego de mesa)”, agrega Artieda.
También están los dominicos, los jesuitas, entre otros que ya son los tradicionales ocupantes del casco colonial, cuyas edificaciones le significaron a Quito como Patrimonio Cultural de la Humanidad desde 1978.
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Leer másPatricio Guerra insiste en que todos estos terrenos les fueron arrebatados a los indígenas que poblaban Ecuador antes de la colonización. Debido a la repartición de los conquistadores ellos fueron relegados a las zonas lejanas -de esa época- como San Roque y la Loma Grande.
“Si podemos hablar de herederos, en todo caso serían ellos”, dice.
Sin embargo, han pasado 487 años desde esa primera repartición, por lo que resulta ilógico que alguien pueda adjudicarse tal título. “Las tierras se han heredado, vendido, donado tantas veces, que tampoco hay dueños absolutos de algo”, aclara Guerra.
Ya entrado el siglo XVII y cuando el sistema feudal estaba en auge en la región, las familias -la mayoría descendientes de los conquistadores- empezaron a acumular tierras y posesiones. “A esto se le llamaba hacienda, a todos sus bienes”, recalca Guerra.
En esa época la posesión de terrenos era sinónimo de riqueza, poder e influencia. Poco a poco y con el crecimiento de la urbe las grandes haciendas se lotizaron y dieron paso a los barrios que hoy conocemos (ver infografía).
Estas se mantuvieron hasta entrado el siglo XX. María Augusta Urrutia, dueña de la hacienda La Carolina, donó ese territorio al Municipio de Quito. De allí que se construyera el parque con el mismo nombre en una parte de esa propiedad.
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Leer másAsimismo, los títulos nobiliarios resultan ahora poco o nada importantes hoy en día, coinciden los tres expertos, pues el proceso de mestizaje y de migración ha sido transversal en el desarrollo de la ciudad.
“Ya ni siquiera podemos decir que hay quiteños de cepa, ya somos bien mezclados”, puntualiza Rina Artieda.
Además, en América la mayoría de estos títulos fueron comprados a la corona española, con los recursos generados por los indígenas, quienes eran parte de los bienes de los inmuebles.
“Se dice que incluso la familia Carcelén encontró una parte del tesoro inca y con eso se convirtieron en marqueses”.
Las declaraciones de Rosario Granados, que dieron pie a respuestas ingeniosas de los internautas, quedaron sin piso.
“Es insensato en estos tiempos creer en la importancia de los apellidos o la alcurnia”, insistió Ayala Mora.
Detalle
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Leer másPróceres de la independencia como Juan Pío Montúfar, José Cuero y Caicedo, Juan de Salinas también eran poseedores de grandes bienes en Quito. Algunos invirtieron sus fortunas en la gesta libertaria.