El voto 70 costó lágrimas
La Asamblea logró conformar las comisiones legislativas al tercer intento. La fórmula CREO-Pachakutik-ID volvió a imponerse con una frágil mayoría.
Son setenta. Ni uno más. Si alguien llega a faltar, la mayoría parlamentaria conformada por CREO, Izquierda Democrática y Pachakutik corre el riesgo de irse por un caño. Este jueves estuvieron todos y consiguieron finalmente, en el tercer intento y con las justas, repartir las comisiones legislativas a su gusto. Pero costó lágrimas. Literalmente. Bertha Sánchez, asambleísta nacional por Pachakutik, simplemente se negó a votar. El sistema de registro electrónico marcaba 69 votos a favor, el Pleno contenía la respiración con la mirada fija en la pantalla y ella (edad provecta, metro y medio de estatura) permanecía inconmovible en su curul, sin decidirse. El bloque entero la rodeó para rogarle. Finalmente votó, a regañadientes: Sí. Y estalló en llanto. Salvador Quishpe la consolaba. “Ella tiene sus motivos, de los cuales es mejor no hablar por ahora”, explicó a este Diario, críptico como de un tiempo a esta parte. “Sus motivos”: así de frágil es la mayoría parlamentaria.
Qué tan frágil será que Guadalupe Llori demoró por lo menos media hora el inicio de la sesión porque le faltaba uno. Se había acomodado ya en el estrado de autoridades y había pedido constatar el cuórum para instalar la sesión. Total de asambleístas presentes: 136. Bruno Segovia, de la Izquierda Democrática, tardaba en llegar y Llori se hacía la desentendida. Aplaudían los correístas, como se acostumbraba en los cines de antaño cuando la película no empezaba, para acelerar la cosa. Llori miraba al techo. Solo cuando tuvo la certeza de que Segovia estaba por llegar, instaló la sesión.
CREO, PK, ID: juntos pero sin mapa
Leer másCon todo el personal completo, el resto de la sesión fue sobre ruedas, ante la incredulidad de correístas y socialcristianos, que hasta el último minuto no perdieron la esperanza de virar el acuerdo. Antes de que comenzara la sesión, había llegado Rafael Lucero, coordinador de Pachakutik, cantando victoria con una hora de anticipación, y se había arriesgado a desmentirlo el correísta Pabel Muñoz: “Esa mayoría ya no existe”, dijo. Muñoz se imaginó toda una película en la cual otra vez no se conseguía un acuerdo, otra vez la presidenta Guadalupe Llori suspendía la sesión y otra vez la Asamblea se hundía en el descrédito. Entonces llegaban ellos, los correístas, a salvar los muebles organizando una autoconvocatoria: “para ello se necesitan 91 votos”, dijo cómicamente. Si tuvieran 91 votos ya estarían presidiendo todas las comisiones, como solían hacer cuando mandaban. Pero no los tienen, conque les toca conformarse con una: la de Participación Ciudadana.
Justicia poética: Participación Ciudadana es la comisión que los correístas, en sus tiempos, llenaban con todos los asambleístas de oposición a los que no querían ver en otro lado. Los ponían allí y luego no los tomaban en cuenta para nada. Era un destierro. Lo sigue siendo, al parecer. El hecho de que la nueva mayoría colocara ahí, como último miembro de la lista, al socialcristiano Carlos Falquez, barón y cacique de la provincia de El Oro, refleja un cierto ensañamiento que para nadie pasó inadvertido. También los socialcristianos recibieron su premio consuelo: en la comisión de Protección a la Niñez, que hasta la Legislatura pasada era ocasional, aparece Dallyana Passailaigue encabezando la lista.
Lo demás refleja la hegemonía de la alianza. Son cuatro comisiones para Pachakutik: Soberanía Alimentaria, Gobiernos Autónomos, Educación y Derechos Humanos; tres para CREO: Derechos de los Trabajadores, Régimen Económico y Relaciones Internacionales; tres para la Izquierda Democrática: Justicia, Salud y Soberanía. De entre ellos, el que más cedió fue Pachakutik, que aspiraba a presidir seis comisiones y que terminó renunciando a algunas que consideraba claves, pero también lo eran para el gobierno: en Régimen Económico, la comisión de la que depende la aprobación de los presupuestos del Estado, la alianza acordó nombrar a Diego Ordóñez (CREO) como cabeza de lista; en Biodiversidad, donde se centrará el debate sobre las fronteras minera y petrolera, el gobierno consiguió evitar una presidencia de Pachakutik y poner a Washington Varela de Sociedad Patriótica.
Así, el tira y afloja al interior de la mayoría legislativa se resolvió a favor del gobierno en la mayoría de los casos. Que CREO se asegurara también las comisiones de Derechos de los Trabajadores y Relaciones Internacionales facilitará la aprobación de sus reformas laborales y sus acuerdos comerciales, algunos de los cuales tienen una cerrada oposición de las izquierdas. La Alianza del Pacífico, por ejemplo.
En cuanto a Fiscalización, se terminó cumpliendo la voluntad de Guillermo Lasso. A la cabeza de la lista figura Fernando Villavicencio, que había recibido el ofrecimiento del presidente electo y dirigirá sus esfuerzos de investigación, según dijo a este Diario, a desentrañar los actos de corrupción de los últimos catorce años.
Todo terminó sin mayores problemas con la designación de la Comisión de Ética: cinco integrantes, uno por cada bancada. Fueron designados Segundo Chimbo (PK), Fredy Rojas (CREO), Marjorie Chávez (PSC), Dalton Bacigalupo (ID) y la correísta Luisa González. Al cierre de esta edición, algunas de las comisiones (Relaciones Internacionales, Derechos de los Trabajadores, Soberanía Alimentaria y Biodiversidad) se habían convocado para confirmar sus cuadros de autoridades e iniciar sus deliberaciones. Ya puede caerse la mayoría en el salón del Pleno: el mapa del poder en la Asamblea será la fotografía de lo que ocurrió este jueves.
Estrepitosa derrota del PSC y el correísmo
Leer másCorreístas y socialcristianos, siempre juntos
Hay una alianza que, aunque minoritaria, luce más firme que aquella que forman CREO, Pachakutik y la Izquierda Democrática. El correísmo y el Partido Socialcristiano actúan con disciplina, juntos en todas las votaciones. Suyas fueron las 62 abstenciones que intentaron bloquear la designación de comisiones.