Ecuador encara su novena consulta popular en 20 años

Una vez más a las urnas. Este 21 de abril de 2024 los ecuatorianos acuden a ejercer su derecho al voto en la consulta popular y referéndum del presidente Daniel Noboa. Es el noveno proceso que se realiza en poco más de dos décadas. Desde el 2000 hasta 2005 no hubo ninguno. Sin embargo, desde el 2006 hasta 2023 se han ejecutado ocho, en distintos Gobiernos.

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Los 13´654.291 de electores habilitados para sufragar en esta ocasión tendrán que decidir sobre dos opciones (Sí / No) en 11 preguntas. En la papeleta, las cinco primeras son preguntas de referéndum y las seis restantes de consulta popular.

10 preguntas son de iniciativa del actual Gobierno; y una, la primera, fue planteada por Guillermo Lasso en su período. Esa última sí modificará la estructura del Estado, en caso de aprobarse, se trata de una pregunta de reforma parcial a la Carta Magna.

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Como ha sido la tónica de las consultas de los últimos 20 años, la propuesta por el presidente Daniel Noboa versa, principalmente, de seguridad. Sin embargo, también incluye otros temas relacionados con la justicia, la extradición, la extinción de dominio, hasta el arbitraje internacional y el trabajo a plazo fijo y por horas (ver gráfico).

Desde el 2004 hasta el 2023, los ecuatorianos han tenido que pronunciarse en ocho consultas populares o referéndums, respondiendo, en total, 43 preguntas. El 2006, el expresidente Alfredo Palacios impulsó un plebiscito de tres interrogantes que aborda las áreas de educación, salud y el Presupuesto General del Estado.

Luego, entre 2007 y 2017, el gobierno del expresidente Rafael Correa, sentenciado por el caso Sobornos, es el régimen que más veces llamó a los ecuatorianos a las urnas en las dos últimas décadas, con cuatro consultas populares o referéndum.

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Inició en 2007, consultando sobre la necesidad de una Asamblea Constituyente que redacte una nueva Carta Magna. La misma fue aprobada y, en 2008, los ecuatorianos debieron volver a las urnas para aprobar la nueva Constitución elaborada por el Parlamento de Montecristi, liderada por la extinta Alianza PAIS.

Luego, en 2011, Correa volvió a convocar a la ciudadanía, esta ocasión para pronunciarse en 10 preguntas. Las mismas trataban temas como la seguridad, las participaciones en empresas, la justicia, los juegos de azar, los eventos taurinos, el IESS y la creación de la Cordicom.

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Así como inició, el expresidente Rafael Correa terminó su mandato con otra consulta popular, en 2017. Esta tenía una sola pregunta que establecía como inhabilidad para ser candidato de elección popular el tener recursos o participaciones en paraísos fiscales.

En 2018, con Lenín Moreno como presidente, la ciudadanía regresó a las urnas para pronunciarse sobre siete preguntas. Como ha sido la tónica de las consultas repasadas hasta ahora, la misma trató sobre la justicia, temas electorales, el CPCCS, la minería, la Ley de Plusvalía y la explotación de petróleo.

Las dos últimas consultas populares o referéndums sucedieron en 2023. En febrero de ese año, y coincidiendo con las elecciones seccionales, el país se pronunció sobre ocho preguntas planteadas por el expresidente Guillermo Lasso. Estas trataban sobre la extradición, la justicia, la Asamblea Nacional, los partidos políticos, el CPCCS y el ambiente.

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Previo al proceso impulsado por Noboa este 2024, la última ocasión que la ciudadanía acudió a las urnas por un referéndum fue en agosto de 2023, durante la primera vuelta de las presidenciales anticipadas. En una única pregunta, el país tuvo que pronunciarse sobre mantener el petróleo del Yasuní bajo tierra.

Finalmente, este 21 de abril los ecuatorianos encaran 11 preguntas más, en esta ocasión, planteadas por el presidente Daniel Noboa. Una vez más, la papeleta contiene preguntas sobre seguridad y justicia, pero también contempla temáticas que no han sido abordadas.

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Por ejemplo, incluir al arbitraje internacional como una alternativa de resolución de conflicto en el área comercial. Además, la inclusión del plazo fijo y por horas entre las modalidades de trabajo aceptadas en Ecuador.

Para Esteban Ron, jurista y experto electoral, la concurrencia de los ecuatorianos a las urnas para ser consultados nunca será un abuso. Sin embargo, reconoce que la herramienta ha tenido diferentes fines según el gobierno de turno.

“Lastimosamente, (las consultas populares) a veces terminan siendo una especie de termómetro de la popularidad del gobierno de turno”, dice y señala que, aunque hay preguntas rescatables, el país no se juega un cambio de rumbo, como ha sido la tónica de los plebiscitos de los últimos 20 años.

Aunque señala que la participación ciudadana en los temas relevantes del país es necesaria, insta a que la ciudadanía también se informe del contenido de las preguntas para que su voto no esté influenciado externamente, sino que responda a lo que considere mejor para su futuro.

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Juan Carlos Rojas, coordinador del Observatorio de Participación Ciudadana y Democracia, dice que este proceso electoral es atípico porque no hubo suficientes debates e información visual como sucede en elecciones de autoridades.

“El problema es que la gente no concentra la energía real de empoderarse, de entender cómo funciona la política pública”, lamenta. Su organización realizó varios foros anteriormente, incentivando el voto informado y responsable.

Pide a los votantes que antes de ir a votar lean de forma crítica todas las preguntas y sus anexos porque “son muy importantes, ojo”. Si tienen dudas, conversen con alguien que comprenda mejor los temas o revisen la información oficial, sugiere. Dice que no es posible que los ecuatorianos asistan recién a leer el momento que se encuentran frente al biombo, “nos quedaríamos media hora”.

Sostiene que “el voto responsable es necesario en estos momentos tan críticos que vive el país, no es el momento de votar por odio, en defensa u oposición de un Gobierno”. La conciencia política y social en el país son necesarias, concluye.

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