Elecciones 2023: la crisis provoca el abuso del arquetipo del ‘outsider’

Dicen ser diferentes, pero terminan siendo lo mismo. La estrategia de apartarse de la política tradicional y ofrecer fórmulas innovadoras a los problemas del país, a criterio de analistas consultados por Diario EXPRESO, es una jugada replicada por la mayoría de los precandidatos que se perfilan para las presidenciales de agosto.

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El arquetipo del ‘outsider’, según explica el docente de la carrera de Ciencias Políticas de la Universidad San Francisco de Quito, Pablo Medina Pérez, está intentando ser explotado por los presidenciables. “Casi todos (los precandidatos) se venden como tal, pero no todos lo son o tienen diferencias”, añade y explica que hay dos definiciones que podrían ayudar a diferenciar sus características.

La primera, según continúa, en la definición dura: “Cuando hablamos de outsiders duros, se habla de candidatos que no han tenido nada que ver en la política o que pueden ser conocidos, pero por otros ámbitos (empresarios, dirigentes sociales o expertos en alguna materia)”. En esta categoría, según puntualiza Medina Pérez, solo estaría el precandidato del Partido Social Cristiano, Jan Topic Feraud.

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La segunda, que abarca a más figuras, es la definición flexible del modelo: “Esta implica que, pese haber participado en la política, no han tenido una gran notoriedad o fue por un breve período. Así son la mayoría de los precandidatos que se están mostrando en estas elecciones”. Otto Sonnenholzner Sper, Fernando Villavicencio Valencia, Daniel Noboa Azín y Eduardo Maruri Miranda.

Ellos, en diferentes tiempos y desde distintos ámbitos, han tenido participación directa en la política, incluso, en puestos claves de influencia. En el caso de Sonnenholzner, además de su actividad empresarial y como radiodifusor, desde diciembre de 2018 hasta junio de 2020 fungió como vicepresidente del expresidente Lenín Moreno, al inicio de la pandemia.

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Por su parte, Villavicencio y Noboa fueron parte de la Asamblea Nacional electa en los comicios generales de 2021 y cesada por el presidente Guillermo Lasso a través de la muerte cruzada el 17 de mayo de 2023. Villavicencio presidió la Comisión de Fiscalización, mientras que Noboa fue el titular de la mesa de Desarrollo Económico.

Por otro lado, aunque su pasado político está algo distante, Maruri también estuvo involucrado en ella. En 2007, fue electo para integrar la Asamblea Constituyente impulsada por el expresidente Rafael Correa, y que tuvo como resultado la Constitución del 2008, por el partido Una Nueva Opción (UNO). Además, a pocos meses de esto, Maruri también fue electo como titular de Barcelona Sporting Club.

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Todos ellos, a falta de la definición del candidato de la Revolución Ciudadana y sumado al resto de presidenciables ya vistos en otras elecciones generales, a criterio del jurista y exasambleísta Héctor Yépez Martínez, generan dispersión y muestran una clara falta de voluntad por lograr consensos entre los precandidatos de una misma tendencia política.

“Lo que me preocupa es la dispersión absurda de candidaturas que apuntan a un electorado similar. Ya lo vivimos en las últimas elecciones locales (de febrero de 2023) y eso generó que ganen candidatos que no tienen mayoría, pero sí son la ‘primera minoría’, como el correísmo en Pichincha o Azuay”, sostiene y hace hincapié en que los presidenciables deben dejar su ego por el bienestar del futuro del Ecuador.

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Asimismo, aunque prefiere no categorizar a ninguno de los precandidatos, señala que esta estrategia de los presidenciables vuelve a poner en riesgo el futuro del país. “(El correísmo) no gana por ser los más populares, sino porque el resto del electorado se divide. Parece que en esta elección algunos políticos quieren volverse a estrellar contra la misma piedra otra vez”, sostiene el exlegislador.

Sin embargo, según explica el docente Medina Pérez, al igual que sucedió con el expresidente Rafael Correa en el 2006 (quien surgió del gobierno del exmandatario Alfredo Palacios, tras la caída de Lucio Gutiérrez), la crisis política por la que atraviesa el país (con la muerte cruzada como su pico más alto) se convierte en terreno fértil para que el arquetipo del ‘outsider’ vuelva a ser apetecido por las organizaciones políticas que empezaron a buscar figuras apegadas a este modelo.

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Esto, según el director de la encuestadora Click Research, Francis Romero Cordero, sumado a que los ecuatorianos tienen un mal concepto de los políticos y, por ende, los precandidatos tratan de despegarse de ese estereotipo.

“La política está muy desprestigiada, incluso en términos de marketing político, les conviene (a los precandidatos) mostrarse como el ‘no político’ de las opciones. Sin embargo, el outsider debe competir con los políticos tradicionales para poder diferenciarse y el problema surge cuando todos se proyectan como tal y ahí ser diferente ya no es un factor diferenciador determinante”.