Población de la Sierra ya no es mayoría en la migración irregular a Estados Unidos

En los últimos seis meses Estados Unidos ha capturado y expulsado a 78.849 ecuatorianos en todas su fronteras, especialmente de aquella que limita con México. Una cantidad alarmante, pues se aproxima a la registrada en todo el año fiscal del 2023, con 117.487 casos.

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Este último dato fue señalado como un récord histórico por la patrulla fronteriza del Departamento de Estado de ese país, porque en 2022 se dieron 24.933 procesos contra ecuatorianos (revisar cuadro).

Sin embargo, las organizaciones de ayuda a migrantes observan que además del sostenido crecimiento, existen cambios en los grupos que deciden viajar de forma irregular.

“De diez llamadas de solicitud de ayuda, cinco son de Guayaquil o de otras partes de la provincia de Guayas. De ahí (en orden de cantidad), vienen dos de la provincia de Los Ríos, una de Azuay, otra de Chimborazo y ahora tenemos casos de la Amazonía, como Morona Santiago, con un caso”, detalla William Murillo, vocero de la organización 1800 Migrante.

Murillo enfatiza que una muestra de ello son las víctimas de los ataques de organizaciones criminales a los grupos de migrantes que pasan por territorio mexicano. Hechos que han sido noticia en las últimas semanas.

Resalta que también se registra crecimiento de migrantes en la población amazónica. “La semana pasada, en el accidente en México hace 15 días, la mayoría de los secuestrados eran de Morona Santiago, Azuay, Guayas... De los 95 secuestrados, mas de la mitad eran de Guayaquil”.

Esta situación se percibe también en el centro mexicano de estudios Continente Móvil, que se especializa en investigaciones sobre la migración. Su directora, Lorena Mena, explica que en lo que va del año ha sido consultada en ocho ocasiones por casos de Guayaquil.

“Estadísticamente no tengo datos exactos, pero de consultas solicitadas a nosotros sí tengo casos de Guayaquil y personas de la (región) Costa. No me atrevería a decir que son la mayoría, pero sí han crecido los perdidos de este sector. Los flujos migratorios son de todas las partes del país y no precisamente de la clase menos favorecidas, sino de la clase media”.

Ambos representantes coinciden en que han tratado de obtener cifras oficiales y detalladas de las entidades ecuatorianas, pero no lo han conseguido.

Diario EXPRESO solicitó al Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana el dato preciso de los ecuatorianos deportados desde Estados Unidos y el desglose de a qué provincia pertenecen, pero hasta el cierre de esta edición no hubo una contestación al pedido.

Lo propio con el Ministerio de Interior, para que a través de la Subsecretaría de Migración se informe sobre el registro de salidas y arribos de ecuatorianos hacia los países de El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá y Belice, rutas utilizadas para llegar a México y luego a Estados Unidos.

El fin es conocer cuántos compatriotas salieron y no retornaron al territorio nacional. Así también, se pidió información acerca de las salidas y arribos de ecuatorianos a México y Estados Unidos, pero se envió un correo a este Diario en el que se delegaba a un responsable de área que tramite nuestro pedido.

Las organizaciones de ayuda a migrantes manifiestan su preocupación por la carencia de cifras, especialmente tras el impasse con el gobierno mexicano. Advierten que la población migrante que cruza fronteras de forma irregular se caracteriza por no acudir a las autoridades a denunciar los crímenes, por temor, pues son víctimas de secuestro, extorsión y asesinato.

Se trata de un punto que consideran vital, pues se conoce de corrupción en las filas policiales mexicanas, lo que perjudica a los viajeros ecuatorianos y desencadena que pidan ayuda a las organizaciones humanitarias, en lugar de hacerlo ante las entidades que sí tienen las competencias, poderes y recursos.

“En las denuncias, los ciudadanos identifican a autoridades, gente con uniforme e identificación estatal. Les sacan dinero para cruzar por México a pesar de que tengan cita agendada con Estados Unidos. Les dicen que no tienen permiso para estar en ese país y les cobran por entrar al territorio”.

Además, exponen que la violencia en la frontera sur y norte de México “se está complicando” y hacen un llamado a las autoridades a involucrarse más en la atención de esta problemática y prevenir la salida masiva de ecuatorianos que huyen de la crisis económica y la delincuencia en Ecuador.

Las elecciones en EE. UU. influirán en las salidas

Otro factor que ha incidido en un ‘efecto de llamada’ de ecuatorianos hacia Estados Unidos son los beneficios de estatus migratorios, como de protección o asilo y promesas de empleo fácil y seguro.

Sin embargo, ese país está a las puertas de una elección presidencial el    5 de noviembre del año en curso, por lo que el    panorama puede cambiar, según quién gane.

En caso de que gane el candidato demócrata, eso representaría una especie de oportunidad para los viajeros, si es que no expide leyes o políticas antiinmigración.

Pero si se establece un mandatario republicano que abiertamente ha manifestado su rechazo a los ajenos a su nación, se desencadenarán escenarios difíciles y peligrosos para quienes se arriesguen a cruzar de forma irregular, como lo que ocurrió en el gobierno de Donald Trump.

En la actualidad rige el denominado Título 8, que establece que las personas y familias que lleguen sin autorización pueden ser deportadas a su último país de tránsito, que en su gran mayoría es México.

De esta forma, se ha complicado la seguridad de los ecuatorianos que se quedan sin documentos en una nación ajena y en situación de vulnerabilidad, pues al ser reconocidos como originarios de un país dolarizado, son un blanco fácil de las organizaciones criminales.

El proceso eleccionario ha influido de tal manera, que en el estado de Texas se mantiene detenida una legislación que pretende calificar como un delito penal el ingreso a ese territorio sin documentos habilitantes. Se trata de uno de los territorios de Estados Unidos que más migrantes reciben de todas partes del mundo.

“Si el discurso antiinmigrante viene desde el mismo Gobierno, pues el pueblo se lo va a pensar dos veces antes de arriesgarse”, dice Mena.

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