Elecciones 2025: Ecuador bajo amenaza democrática en un clima de violencia creciente
Asesinatos, amenazas y violencia política de género ensombrecen el camino hacia las próximas elecciones en el Ecuador
Ecuador se encuentra en una momento crítico en su democracia. El proceso electoral de Ecuador para 2025 está marcado por un sombrío pronóstico, expertos en violencia política advierten que podría ser uno de los más conflictivos en la historia reciente del país.
El Observatorio Ciudadano de Violencia Política (OCVP) ya registra señales preocupantes de asesinatos, secuestros y amenazas hacia figuras públicas, incluso antes del inicio oficial de la campaña electoral.
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Anahí Macaroff, coordinadora en Ecuador de la organización Friedrich-Ebert-Stiftung (FES), sostiene que el panorama es alarmante.
“Para una verdadera democracia se requiere de un proceso electoral libre de violencia”, declaró, enfatizando la urgencia de abordar esta problemática.
Macaroff lidera un esfuerzo conjunto con la Asociación de Mujeres por la Equidad de Género y la Autonomía (MEGA) para monitorear y responder a actos de violencia política, con el objetivo de garantizar elecciones más seguras.
El OCVP, creado para analizar este tipo de agresiones, comenzará su periodo de observación el 3 de diciembre, coincidiendo con el inicio de la precampaña electoral.
Durante este tiempo, el observatorio documentará casos de violencia y evaluará el cumplimiento de recomendaciones realizadas en elecciones anteriores.
Violencia sin precedentes
El contexto actual remite a un periodo reciente de violencia extrema. En las elecciones anticipadas de 2023, consideradas las más violentas de la historia democrática de Ecuador, se registraron 31 agresiones graves, entre ellas el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio.
El informe del OCVP también destaca que, en los dos últimos periodos electorales, se contabilizaron 92 ataques a la integridad y la vida.
Ana Gómez, representante del observatorio, advirtió que la proximidad de los comicios tiende a incrementar las amenazas y atentados, limitando la participación política. “Esto genera inseguridad en quienes se atreven a postularse, afectando gravemente la democracia”, puntualizó.
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Otro punto crítico señalado por el observatorio es la violencia política de género. Según Gómez, las mujeres en política enfrentan ataques desproporcionados, especialmente en entornos digitales.
Imágenes manipuladas con inteligencia artificial, insinuaciones sobre vínculos personales con líderes partidarios y campañas de desprestigio son tácticas comunes para deslegitimar sus candidaturas.
La actual vicepresidenta, Verónica Abad, ha sido víctima de este tipo de violencia, con cuestionamientos sobre su rol y denuncias de aplicación irregular de normativas que limitan sus funciones.
Propuestas y soluciones
El OCVP insiste en la necesidad de implementar políticas integrales desde el Ejecutivo y el Legislativo para abordar la violencia política. Además, se subraya la importancia de fiscalizar el financiamiento de campañas y el ingreso de recursos a la política, aspectos que frecuentemente están relacionados con actos violentos.
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Leer más“Queremos generar no solo reflexión, sino un cambio estructural desde el Estado”, enfatizó Gómez, dejando claro que la violencia política es una amenaza directa a la democracia y requiere respuestas contundentes y coordinadas.
Con los comicios previstos para febrero de 2025, el llamado de atención es claro, la violencia no solo pone en peligro a los candidatos, sino que debilita los pilares fundamentales de una democracia representativa.
La tarea ahora recae en las autoridades, los ciudadanos y las organizaciones de la sociedad civil para prevenir un escenario que, de no controlarse, podría consolidar un precedente preocupante para el futuro político de Ecuador.
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