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VERONICA ABAD EN ECUADOR
La vicepresidenta Verónica Abad dijo que vino al país aclarar la disputa con el presidente Noboa.RENE FRAGA/EXPRESO

La telenovela de Verónica Abad y Daniel Noboa no acaba | Por Martín Pallares

Análisis | Conocer el motivo de la ruptura es un tema serio que en el país se lo ha tratado más anecdóticamente

La vicepresidenta Verónica Abad (técnicamente suspendida por una leguleyada ilegal y vergonzosa) regresó al país luego de su exilio forzoso y estuvo desafiante. Dijo, en el aeropuerto, que está de vuelta para que el presidente le sostenga en su cara todas las acusaciones que tiene en su contra. ¿Todas las acusaciones en su contra? El desafío de Abad hace parte de toda la inmensa maraña de interrogantes y déficit de información que tanto ella como el presidente Daniel Noboa han mantenido desde la ruptura entre ambos: una ruptura que es anterior al ejercicio de gobierno porque ya no podían verse a la cara desde el día que fueron a recoger sus credenciales en el Teatro Sucre, en Quito, que les acreditaba como mandatarios electos. Casi un año ha pasado y el país se ha desgastado y se ha desprestigiado por culpa de una pugna cuya causa o causas han sido ocultas por ambos.

Abad ofreció dar una rueda de prensa este jueves 21 de noviembre y es de esperar que dirá algo más en concreto que los desafíos que lanzó a su llegada. Según Abad, su regreso es un acto de rebeldía, lo que acrecienta el misterio de su ruptura con Noboa.

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¿Por qué es importante saber cuál es el motivo de la ruptura? En realidad, es un tema serio que en este país se lo ha tratado más anecdóticamente que lo que realmente supone: ¿será un asunto que embarra a los dos? ¿Será que como también lo puede afectar a Noboa, el presidente prefiere no decir nada? La verdad es que, conociendo la personalidad de Noboa si fuera un tema que no lo afecta él, tranquilamente lo hubiera lanzado al aire. Es más, su perfil habla de una persona que no tiene problemas en lanzar las acusaciones para derrocar a sus rivales: lo hizo con el alcalde de Guayaquil, Aquiles Álvarez, lanzando su acusación sobre el tráfico de combustible, invadió la embajada de México para capturar a Jorge Glas y lo hizo con Jan Topic anunciando el fin del permiso habilitante para el cable submarino. Noboa no se mide ni en la forma: cuando va tras su presa nada lo detiene. Hasta ahora, lo único real que aparentemente ha conseguido contra Abad es que la vicepresidente faltó tres días al trabajo. Y por esa nimiedad absurda y ridícula la han sancionado con una suspensión de cinco meses.

El problema no es culpa únicamente del presidente Noboa ni de Verónica Abad, también es de la sociedad que ha sido incapaz de exigir y de conseguir que se le revele la causa. Como dice el periodista de EXPRESO, Roberto Aguilar, el Ecuador no es un país de ciudadanos sino de feligreses que aplauden y aprueba por simpatías. Si Noboa dice que se peleó con Abad porque ella es peligrosa, el feligrés aplaude como foca pero no se cuestiona por una respuesta así de tonta.

Quizá la principal pieza para entender lo que realmente pasa es el del retiro de la visa a EE. UU. a Abad. Una pieza sobre la cual el país ha hablado muy poco, tan poco que es hasta sospechoso. Que a la vicepresidente se le haya retirado la visa es gravísimo y resulta sospechoso que el presidente que está dispuesto a todo no lo menciona. Si la negativa para que entre en suelo estadounidense al expresidente prófugo fue todo un escándalo y nos puso a debatir durante días, ¿por qué no se reaccionó igual con Abad?

Las repercusiones del conflicto entre Noboa y Abad

Es tan poco lo que se ha hablado de la visa de Abad, que parece ser que mucha gente ya se ha olvidado de ese entuerto. Tenemos a una vicepresidenta con la visa cancelada lo cual política y mediáticamente es brutal y hay una especie de pacto de silencio sobre eso.

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En realidad, si se quiere saber con exactitud algo que el mandatario debió hacer transparentado, es necesario pensar en las posibles causas por las que los EE.UU. Tomaron la decisión. ¿Qué puede ser? ¿Lavado? ¿Alguna coima brutal? ¿Relación con el narco? ¿Alguna concesión ilegal? ¿Minería ilegal? Solo puede tratarse de un tema que pudo haber ocurrido antes de asumir el mando, porque todo estalló antes. Y es que la pregunta sigue siendo la misma: ¿por qué Noboa que está dispuesto a todo, incluso a trapear con la Constitución como lo hizo para sacarse a Abad de encima, no ha capaz de denunciar?

Noboa no solo que no ha dicho cuál es problema con Abad sino que hasta ha preferido trapear con la Constitución que hacer pública el verdadero motivo de la pugna. Un trapeo constitucional que le jodió a nivel internacional y que afectó la Cumbre Iberoamericana en Cuenca. Incluso, y hay que decirle, si Noboa la denunciara tendría el apoyo unánime del país. Si Daniel Noboa dijera, por ejemplo, la vicepresidenta no puede reemplazarme porque recibió plata de la minería ilegal (ojo esta es una hipótesis) todo el país la apoyaría. Hasta podría iniciar un proceso de revocatoria y ganaría. Es más, ese sería un lindo proceso para reelegirse pero no lo ha hecho. ¿Por qué no lo ha hecho? De ser cierta esa hipótesis, la respuesta a la pregunta de por qué no ha lanzado la verdadera causa sería que todo se relaciona con el dinero de la campaña.

Pero si el problema, hipotéticamente, tiene relación con los dineros de campaña, ahí sí se entiende que Noboa no quiere que se sepa. Es preferible cualquier cosa a que eso se filtre. Quizá por eso, Abad tuvo un tonito desafiante.

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