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Arroz blanco, el plato estrella de los ecuatorianosFreepik

Cómo preparar arroz blanco y evitar picos de glucosa: consejos prácticos

Estos trucos al preparar arroz blanco ayudan a disfrutar de sus beneficios sin el impacto en los niveles de glucosa en sangre

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el arroz es un alimento básico en la dieta de 17 países de Asia y el Pacífico, nueve de América del Norte y del Sur, y ocho de África. Sin embargo, no siempre es necesario recurrir a recetas elaboradas para incluir este cereal en la alimentación diaria, ya que el arroz blanco se consume habitualmente como guarnición.

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Lo que muchas personas desconocen es que el arroz blanco se transforma rápidamente en glucosa en el organismo, lo que obliga al páncreas a liberar grandes cantidades de insulina para regular ese aumento súbito de energía. Por ello, si se consume con frecuencia, es útil saber cómo cocinarlo adecuadamente para aprovechar sus propiedades sin que el almidón afecte negativamente la salud metabólica.

  • Un estudio publicado en la revista British Medical Journal, liderado por el investigador Asieh Golozar, exploró la relación entre el consumo elevado de arroz y el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Los resultados mostraron una asociación significativa en la población de Teherán, pero no en otras ciudades, lo que llevó a los autores a concluir que se requieren más estudios para confirmar esta relación.

Aun así, es un hecho que el arroz blanco puede generar picos de glucosa. Por eso, es fundamental saber no solo cómo cocinarlo, sino también con qué alimentos combinarlo para minimizar su impacto glucémico.

¿Por qué el arroz blanco puede provocar picos de glucosa?

El arroz blanco, al igual que otros alimentos con un alto índice glucémico (IG), eleva rápidamente los niveles de glucosa en sangre. Esto se debe a que su almidón se digiere con facilidad y se transforma en azúcar en poco tiempo, a diferencia de los carbohidratos complejos presentes en alimentos como el arroz integral o las legumbres. Este aumento brusco de glucosa puede provocar una respuesta del organismo que incluye la liberación excesiva de insulina para tratar de estabilizar los niveles de azúcar.

Técnicas para reducir el índice glucémico del arroz blanco

  • Enfriar el arroz después de cocerlo: Una forma eficaz de reducir el impacto glucémico del arroz blanco es dejarlo enfriar tras la cocción. Al refrigerarlo, se forma almidón resistente, que no se digiere fácilmente y reduce la absorción de glucosa. Lo ideal es cocinarlo, enfriarlo completamente en el frigorífico y, si es posible, consumirlo al día siguiente.

  • Añadir grasas saludables, como el aceite de oliva: Combinar el arroz con grasas saludables, como aceite de oliva virgen extra, aguacate o frutos secos, ayuda a reducir su impacto glucémico. Estas grasas ralentizan la digestión y la conversión de carbohidratos en glucosa. En la dieta mediterránea, el arroz suele acompañarse de aceite de oliva, lo que también mejora su sabor.

  • Evitar la sobrecocción: Cocinar el arroz en exceso provoca que el grano se deshaga y libere más almidón, lo que acelera la digestión y eleva el índice glucémico del plato. Para evitarlo, es preferible dejar el arroz al dente, con una textura firme que conserve mejor sus propiedades nutricionales y su efecto más moderado sobre la glucosa.

Arroz blanco y rendimiento deportivo

Por otro lado, todas estas características explican por qué el arroz blanco es un alimento especialmente útil para quienes realizan entrenamientos físicos intensos. Este cereal aporta unos 28 gramos de carbohidratos y 380 calorías por cada 100 gramos, además de ser una fuente interesante de minerales y vitaminas. Su rápida digestión lo convierte en una excelente opción para recargar energía antes o después del ejercicio.

La glucosa que proporciona el arroz blanco se almacena en forma de glucógeno en los músculos, lo que mejora la disponibilidad de energía durante el entrenamiento. Además, su consumo favorece la síntesis proteica, contribuyendo a la recuperación y el desarrollo del tejido muscular.

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