Seis meses de Daniel Noboa: ¿Qué cambió de su discurso de posesión?

En seis meses, el presidente Daniel Noboa pasó de un discurso conciliador, en noviembre de 2023, a uno punzante, como el observado en su Informe a la Nación brindado ante la Asamblea Nacional.

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Aunque Noboa inició su mandato señalando que “a muchos les costará encasillarme en viejos paradigmas políticos o ideológicos”, analistas consultados por EXPRESO sostienen que el propio mandatario ha terminado etiquetándose.

Así lo demuestra su Informe a la Nación, señala Gustavo Isch, consultor político y exsecretario de Comunicación, en donde en más de una ocasión el presidente dirigió una puntada al correísmo, cuyo bloque legislativo se ausentó de la sesión.

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Sobre esto último, por ejemplo, Noboa recordó que aunque no hayan asistido a su rendición de cuentas, el correísmo fue parte de la mayoría, junto al Partido Social Cristiano, que aprobó los proyectos de ley económico urgente que impulsó.

También hizo referencia a sobreprecios y que su gobierno no sede ante presiones externas “o incluso de ciudadanos que se hacen llamar ecuatorianos y hasta quieren que se sentencie a su país”, en referencia al expresidente Rafael Correa.

“Se demuestra que era evidente que en la posesión de Noboa había una carga demagógica absolutamente fuerte”, dice y recuerda que el presidente se ha encargado de abrirse frentes, por ejemplo, contra el correísmo y contra Construye.

Esto, pese a que el propio Noboa reconoció en su posesión que la política de “extremos y revanchas” ya no es del agrado de los ecuatorianos y que por ello su propuesta de ‘anti nada’ y ‘pro Ecuador’ tomó fuerza.

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No obstante, la zancada de Noboa, según Mauricio Alarcón, jurista y director ejecutivo de la Fundación Ciudadanía y Desarrollo, responde a la actitud propia de un político que se perfila como candidato para las presidenciales de 2025.

“No me atrevería a decir que (Noboa) ha trazado la cancha para determinar quiénes son sus enemigos, pero sí para determinar quiénes son sus rivales electorales y sus potenciales contendientes”, sostiene.

Otro tema observado por Alarcón es que, pese al breve repaso de resultados que hizo el presidente Noboa, que además deberán ser contrastados con la realidad, no hubo una valoración de su equipo, de su gabinete ministerial.

“Cuando llegó, habló de medir resultados, de manejar indicadores, de evaluaciones periódicas al gabinete... pero me atrevería a decir que su equipo ha quedado opacado por un discurso enfocado en la imagen presidencial”, sostiene Alarcón.

Un panorama preocupante, según acota Gustavo Isch, pues en seis meses de gobierno, el régimen de Daniel Noboa ha tenido más de un escándalo originado o en donde están salpicados ministros de las diferentes carteras de Estado.

El caso Olón, donde se señaló a la familia presidencial y a la ministra de Ambiente, Sade Fitschi, es un ejemplo reciente, dice; pero recuerda que también la canciller Gabriela Sommerfeld estuvo sujeta a críticas por las crisis con Rusia y México.

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Esta última crisis originada por avalar decisión de incursionar en la sede diplomática mexicana en Quito para detener al exvicepresidente Jorge Glas, sentenciado por los casos Odebrecht y Sobornos, quien había recibido asilo político.

Isch además sostiene que el apaciguamiento de la crisis energética, encargada al ministro de Transporte y Obras Públicas, Roberto Luque, no puede ser vista como una bandera de eficiencia cuando aún existen dudas en otros ministerios.

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La omisión de un ‘mea culpa’ por parte del primer mandatario sobre estos temas, según comenta Darwin Pereira, exasambleísta, merma la figura conciliadora que mostraba el presidente y lo ubica en una postura rígida y sin auto crítica.

Si bien es cierto existen diferencias sustanciales entre la presentación del proyecto político de Noboa y su primera rendición de cuentas, los consultados por este Diario coinciden en un aspecto que se ha mantenido: la falta de contenido y proyección.

“Una vez más fue comunicacionalmente bueno, pero deficiente en contenido”, señala Alarcón, quien hace hincapié en que el Informe a la Nación del presidente Noboa no logró el objetivo de ser un espacio de rendición de cuentas, sino de amplificador de mensajes.

Una tónica que para el analista político Giuseppe Cabrera guarda sentido, pues tras estos meses de polarización y toma de la bandera del anticorreísmo, el presidente Daniel Noboa necesita comunicacionalmente mostrarse como lo nuevo.

LOS TEMAS QUE SE LE 'OLVIDARON' A DANIEL NOBOA

De acuerdo a los consultados por este Diario, el presidente Daniel Noboa no abordó temas que, aunque polémicos para su gestión, necesitan definiciones por parte del primer mandatario a miras del último tramo de su mandato en Carondelet.

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Uno de ellos es la tensa relación que mantiene con la vicepresidenta Verónica Abad, quien no estuvo presente en el Informe a la Nación del presidente Noboa y, desde diciembre de 2023, permanece en Tel Aviv, Israel, como embajadora del Ecuador.

Asimismo, sostiene que hizo falta hacer una evaluación -como se comprometió- de su gabinete ministerial. Además, una aclaración sobre las recientes crisis, como la mantenida con México o el presunto conflicto de intereses en el caso Olón.

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